ART POP.

XXV

Llegué a casa hace unas horas.

Y no sólo encontré a mi padre en perfecto estado sino también muy preocupado por mí lo cuál es extraño.

Después de darme un sermón sobre la importancia de la protección y la seguridad y decirme que ya contrataron un agente para mí empieza a hablar sobre otro tema que me molesta.

Dinero.

-La construcción del concesionario ya está en marcha, quedará frente al centro comercial de la ciudad y estará listo para operar en una semana.- dice

Si el concesionario estará listo en una semana eso significa que la construcción la empezaron hace mucho tiempo, así que a mí me notificaron de la idea tiempo después de que la pusieran en marcha. Nada nuevo.

-No sé si para entonces estaré bien de la pierna.- digo a modo de excusa para no tomar el cargo.

-Buscaré alguien para que se encargue mientras te curas.- insiste mirando su teléfono.

No encuentro forma correcta de decirle que no quiero hacerlo, va a pensar que no quiero trabajar o hacer algo por mi vida nunca y que solo quiero seguir viviendo de su dinero y el de mi madre.

Yo quería demostrarle que sí me intereso en conseguir mis propias cosas con mi mérito, por eso esperé todo el año escolar por la temporada deportiva, quería destacar, quería conseguir mi beca y quería pagar así mis estudios universitarios para que por una vez en la vida ellos vean que puedo hacerlo solo. Pero ahora todos mis planes dejan de ser planes debido a que estoy imposibilitado para ejecutarlos y empiezan a convertirse en sueños. Lo cuál me parece deprimente en muchos niveles personales.

Y no sólo me entristece, también me enoja. Por culpa de un desquiciado ya no podré llevar a cabo mi proyecto de vida a corto plazo y eso me enfada, por eso lo quiero preso, para que él o ella tampoco tengan posibilidad de realizar sus proyectos así como me arrebataron los míos.

Aunque suena un poco vengativo y egoísta ahora que lo pienso. Ya que yo tengo los medios para seguir desarrollando esos planes con ayuda de mis padres mientras que no conozco la situación en la que se encuentre el culpable de mi fractura. Pero honestamente, no me interesa.

Quien obre mal debe pagar. Sea quien sea.

-Ben.- dice mi padre rompiendo mi hilo conductor de pensamientos. -Necesito que me ayudes.-

Lo miro a los ojos.

Es la primera vez que mi padre necesita mi ayuda.

-¿En qué?-

-Quiero saber por qué tu madre va tanto a Suiza.- dice levantando al fin la mirada de su teléfono y viéndome a los ojos.

-¿Sospechas que te es infiel?- pregunto

-No quiero hacerlo, pero no puedo evitarlo, y deseo de corazón estar equivocado.-

-Bien, te ayudaré.- respondo.

Es uno de los momentos más íntimos que he tenido con mi padre, teniendo en cuenta que no compartimos casi tiempo juntos y que cuando está en casa está ebrio. Así que sé que éste es un momento que debo atesorar por siempre pues quizás no se vuelva a repetir. Y por primera vez en la vida me siento agradecido por algo.

Mi padre sale de mi habitación no sin antes darme un abrazo y revolver mi cabello con sus manos.

-Debes cuidarte, eres lo único que tenemos ahora.-

Son sus palabras antes de salir a embriagarse en la barra del primer piso con su colección de whisky y vinos costosos.

-Oye, ¿Crees que deba esconder la ropa de Violet mientras están aquí?- dice Jason con su cabeza mirando al suelo.

-No.- respondo desde mi cama. -Que no te avergüence ser quien eres nunca.- respondo.

Jason levanta su cabeza y me mira a los ojos con una sonrisa. Puedo notar que saca sus manos que estaban dentro de su bata de baño. Sus uñas llevan un color violeta bastante bonito.

-¿Cómo va el yeso?- pregunta acercándose y observando mi pierna.

-Pica mucho.- respondo.

-Me imagino, ¿Y las muletas?-

-Incomodan mis axilas- respondo.

-¿Y tu mente?-

Esa pregunta me desconcerta un poco. Quizás porque entre todas las personas que han entrado a mi habitación a verme ha sido el primero y el único que ha preguntado por mi estado emocional. Así que no sé qué responder ante una pregunta tan poco frecuente.

-Honestamente.- respondo -Me siento muy triste.-

Y creo que es la primera vez que soy brutalmente honesto con mis sentimientos sin necesidad de camuflarlos porque me avergüenzan o de omitirlos porque no quiero mostrar ni una sola pizca de vulnerabilidad.

Mi teléfono empieza a vibrar junto a mí.

Branden está llamándome y lo agradezco en el alma porque eso implica no tener que pasar por un momento incómodo hablando de mis sentimientos con Jason.

-Debes venir de inmediato al laboratorio. Matthew recibió la llamada, todos estamos aquí excepto él pero sólo él puede recibir los resultados.- dice sin respirar y cuelga.

-¿Sabes manejar?- le pregunto a Jason y éste niega con la cabeza. -Diablos, llamaron del laboratorio, debemos ir ahora.-

-Oh por Dios.- dice llevando una de sus manos coloridas a su boca. -Iremos en taxi, déjame cambiarme.- dice saliendo de mi habitación.

-¿En qué?- pregunto.

Jason se detiene y gira para mirarme sorprendido.

-En taxi. ¿Que nunca has usado uno?- pregunta y cuando ve que niego se ríe de mí.

En menos de 5 minutos estamos en el dichoso taxi de camino al laboratorio.

Al llegar notamos que Matthew aún no ha llegado pero justo cuando Branden se levanta y me cede su asiento Matthew llega. Entonces me siento pero de inmediato me levanto laboriosamente con ayuda de las muletas.

Sarah, Ethan, Matthew, Branden, Jason y yo, juntos, nos acercamos al despacho del laboratorio donde Matthew deja sus datos y recibe un sobre lleno de documentos que explican los procedimientos realizados, una serie de pautas legales, de confidencialidad y de correspondencia y por último los resultados.

Cuando Matthew lee el nombre de la persona a quién se le atribuye haber usado la barra metálica considerada como el arma Sarah se desploma y cae de rodillas al suelo.

-Nunca me agradó.- dice Ethan. -Desde el principio supe que algo estaba mal con él.-

Yo tomo los documentos en mis manos solo para confirmar que efectivamente ese es el nombre allí escrito.

Y así es.

Liam Michael Hemingway.

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chan chan chaaaan 😂.
Quedan 5 caps.❤️