XXIII

3K 294 62
                                    

Nos escapamos por una ventanilla de su camerino que da directo a un callejón oscuro lleno de ratas y drogadictos desde donde tenemos que correr para llegar a mi auto y escapar de allí.

Mis manos tiemblan mientras conduzco y todo el mundo está sudando, sollozando y temblando dentro de mi auto hasta que llegamos a un semáforo en rojo y decido encender el aire acondicionado para que al menos el ruido nos saque a todos de nuestro estado de shock.

-No puedes volver ahí.- digo.

-¿Y a dónde se supone que iré?- responde Violet entre sollozos. -Ese teatro es todo lo que tengo.-

-Ya lo resolveremos.- respondo. -Mientras tanto puedes quedarte conmigo, tengo cuartos adicionales.-

-Enciende la radio.- escucho a Ethan. -Sintoniza alguna emisora local para escuchar el reporte de la noticia.-

Eso hago.

Qué mala idea.

3 muertos y 7 heridos dentro del bar.

Y ahora la culpa será un fantasma en la espalda de Violet que la perseguirá por muchas semanas o quizás toda su vida.

Al llegar a su casa, empaca ropa y algunos productos en tiempo récord para volver a subir al auto y dirigirnos por fin a mi casa.

Ya en mi casa ayudo a Violet a instalarse en uno de los cuartos vacíos. Le doy el más grande para que se sienta a gusto y decido que lo mejor es que Ethan y Sarah duerman aquí también por seguridad.

Todos dormimos en la misma cama.

A la mañana siguiente soy el primero en despertar y bajo a la cocina a preparar desayuno para todos. Ya perdimos las primeras dos horas de escuela pero aún estamos muy traumados como para ir.

Cuando tocan a la puerta todos nos miramos entre nosotros. Me acerco a abrir solo para encontrar a Matthew, Branden y Liam.

Matthew me abraza y apreta mi cabeza contra su pecho mientras susurra gracias a Dios para sí mismo. Branden corre y levanta a Ethan de su silla apretándolo en un abrazo de oso y Liam hace exactamente lo mismo con Sarah.

Después de asegurarles que estamos bien, se sientan a escuchar la narración de los hechos por parte de Jason.

Branden tiene el uniforme del equipo y es ahí cuando recuerdo que hoy tenemos un partido.

-No debes jugar si no quieres.- dice

-Llevo sin jugar la mayoría de los partidos ¿y ahora quieres que no juegue en éste?- respondo

-Lo digo por lo que pasó. Si no te sientes bien no debes hacerlo.-

-Quiero hacerlo.- respondo y los dejo a todos hablando en la cocina mientras corro a mi habitación a prepararme para la escuela y para el partido de hoy.

Mientras me preparo siento a Jason llegar a mi cuarto.

-Quiero ir a ver.- dice.

-¿Seguro?, Si te sientes listo ven conmigo.-

-¿A qué hora es?-

-2 de la tarde.-

-Bien, allá estaré.- responde y se va a su habitación.

Ahora que lo pienso debería llamar a mi madre y contarle que tenemos un nuevo inquilino.

Lo haré después del partido.

Una vez estoy listo bajo a la sala principal donde están todos esperándome y de nuevo ese aroma me golpea la nariz y me hace querer vomitar.

El hedor ésta vez está impregnado en toda la sala principal.

-Vamonos.- digo queriendo salir de mi casa lo más pronto posible.

Ésta vez estoy calentando con todo el equipo, Branden no me ha dejado solo ni un momento y por encima de mí, en las gradas, está Matthew vigilándome junto a los demás.

Unos minutos antes de que empiece el partido veo llegar a Jason y lo saludo. Él responde mi saludo y toma asiento junto a Sarah.

La primera parte del partido no es tan buena como esperaba. Por ahora vamos perdiendo y los cazatalentos están más interesados en el equipo contrario que en nosotros. Así que en los camerinos junto a Branden empezamos a cambiar algunas tácticas de juego buscando darle la vuelta al marcador y destacar frente a los cazatalentos.

Muchos de nosotros queremos esa beca. Pero por ahora el único que ha conseguido un chance es Branden.

Cuando la segunda mitad del partido empieza notamos que las tácticas que cambiamos y hasta ahora estamos ejecutando están empezando a dar frutos. Los cazatalentos hablan entre ellos mientras jugamos y damos lo mejor de nosotros.

Logramos darle la vuelta al marcador y afortunadamente logro anotar dos puntos, uno de ellos al final del partido. Así que los muchachos me abrazan y felicitan de camino a las duchas.

-Estoy muy feliz.- dice Branden -No solo pudiste jugar, también anotaste y destacaste. Estoy seguro de que los cazatalentos te querrán a ti también.-

-Espero que sí. Aunque solo me han visto jugar un partido entero y medio del anterior.- respondo

-Con eso es más que suficiente.- dice.

El entrenador lo llama y Branden se aleja de mí mientras yo termino de cambiarme para salir a recibir las felicitaciones de mis amigos en las bancas.

De camino allí decido entrar a uno de los baños del primer piso de la escuela pero la puerta está cerrada así que debo buscar uno en el segundo piso. Afortunadamente está abierto.

Cuando entro a uno de los orinales y le doy la espalda a la puerta ese hedor vuelve a aparecer y en cuestiones de segundos tengo las manos atadas en mi espalda y una oscura bolsa de tela cubriéndome la cara.

Por unos segundos no hacen nada.

Pero luego siento un fuerte golpe en mi pantorilla derecha acompañado del sonido de algo quebrarse que hace que mis ojos lloren de inmediato y que no pueda sostenerme de pie ni un solo segundo más.

Luego escucho un ruido metálico golpear el suelo y la puerta cerrarse.

Grito por auxilio hasta que siento unos brazos levantarme del suelo para dejarme caer de nuevo debido a que no puedo sostenerme por mi cuenta. El dolor en mi pantorilla es insoportable.

-¡Dios!, Estás sangrando.-

Es Matthew.

-Levántalo del suelo, levántalo del suelo.- reconozco la voz de Jason.

Entre ambos me levantan y me quitan la bolsa de tela.

Mientras mi visión se enfoca de nuevo, puedo ver delante de mí la cara preocupada de Ethan mirando mis pies.

Así que yo también miro.

Lo que hay debajo de mí es un charco de sangre que sale desde mi pantorilla derecha.

-Hay que llevarte al hospital.- dice Matthew mientras con mucha gentileza intenta levantar mis pies del suelo con sus brazos y me lleva como una pareja de recién casados hasta el estacionamiento dónde me sienta en el asiento del copiloto y enciende el motor.

Jason, Sarah y Ethan están en los demás asientos.

-Llamaré a Branden. Le diré dónde estaremos.- dice Ethan

Y arrancamos.

En cada semáforo en rojo que nos encontramos Matthew intenta maniobrar y salir de allí mientras grita, pita desenfrenadamente y golpea fuertemente el volante y yo solo lo observo con mis ojos llorosos y vidriosos por el dolor.

-¡Muévete imbécil!- una y otra vez.

Para cuando llegamos al hospital yo me siento caer en la inconsciencia pero lucho por no hacerlo.

Hasta que segundos después, me gana.

°°°°°°°
Hendrik Giesler es Liam Hemmingway.
Subí doble capítulo aunque no llegamos a los 50 votos :(, sin embargo muchas gracias a todos

ART POP.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora