No sabían a ciencia cierta por qué se habían levantado tan temprano. Ninguno de los tres adultos presentes estaba propiamente de un humor amigable. Mucho menos Roy, quien había llegado como lo prometió, tan puntal y predispuesto a probar las delicias que Jason le prepararía a cambio de la mano extra en la compostura de los autos. Y qué decir de Damian, quien se aferraba a Dick como si de un mono bebé se tratara, se le veía animado y bastante impetuoso, nadie sospecharía que el día anterior estuvo a punto de ser raptado por un mercenario sin escrúpulos.
-Sí que tienen mala suerte... -Roy le comentó al segundo hijo, quien bostezaba mientras se colocaba una sudadera encima-.
-¿De verdad no me creíste? –Jason le inquirió golpeando levemente el hombro de su pelirrojo compañero-. ¡Y ni se te ocurra decirle a nadie! ¡Si te lo dije es porque confío en ti!
-Descuida... Nadie me creería de todos modos... Ni siquiera yo te creí. Y si no es porque lo veo, no lo hubiera hecho...
-Aun así... no le digas a nadie o ya no seremos amigos...
-Vaya, vaya... ¿Eso quiere decir que puedo chantajearte?
-¿Qué? ¡No! –Jason exclamó golpeándolo más duro-.
-Buenos días... -Tim saludó amargamente en cuanto se reunió con los otros en el jardín-.
-¡Hola, Timmy! –Damian devolvió las palabras alegremente. Se entusiasmó tanto al ver a su hermano que empujó violentamente a Dick para hacerse bajar-.
Corrió a abrazar al tercer petirrojo, quien se sorprendió con el recibimiento. Nunca se imaginó que su mañana iniciaría con semejante euforia y armonía. Caso contrario con su mala noche que a esas alturas había comenzado a desaparecer en cuanto vio los brazos de Damian acercarse para abrazarlo. No tuvo otra opción más que sonreír y corresponderle, cargándolo sin mucho problema.
El gesto natural de Tim hizo sonrojar a Jason en cuanto sus movimientos fraternales llamaron su atención. Su embeleso no hizo más que aumentar al ver cómo se iluminaban risueñamente los ojos de Timothy. Sin embargo, esos dos trozos de cielo se nublaron en un mar de celos en el mismo instante de escuchar aquella voz aberrante proviniendo del pelirrojo invitado.
-¡Hola, Timbo...! -Roy saludó enseñando su mano en un ademán característico-.
Sólo hasta ese momento, Tim confirmó su nefasta presencia y el pequeño espacio que había entre él y Jason, a quien encuadró en una mirada de recelo mientras recordaba la conversación que escuchó cuando estaban a solas en el jardín.
"Vaya, vaya... Sí vino... Y veo que no perdió el tiempo...". Tim pensó frunciendo el ceño y pasando de largo frente a ellos.
-¿Cómo estás, Damian? ¿Dormiste bien, pequeño demonio? –Tim preguntó sonriéndole amenamente, en un evidente intento para ignorar a aquellos dos-.
-Chi... Dick me cantó una canción... -El menor respondió desinhibidamente-.
-¿En serio? Interesante...
-¡No fue la gran cosa, lo hice porque quería hacerlo, nada más...! –El acróbata aclaró ruborizado sin retirar su mirada del teléfono que sostenía-. ¿Tú, qué tal pasaste la noche? –Le interrogó a Tim guardando su móvil y palmeando al chico-.
-¿Te estás burlando? –Tim contestó bajando a Damian y arreglando su cabello-.
-Bueno... debe ser duro no dormir en tu cama...
-¡Cállate, Dick! ¡Sabes que no iba a usar esa cama mojada!
-¿Y dónde dormiste?
-¡¿Qué te importa?! –El muchacho respondió cruzándose de brazos-.

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BABYMON
FanfictionLuego de un "desafortunado" golpe en la cabeza, Damian cree que es un niñito pequeño que sólo piensa en jugar, comer y dormir. Sin embargo, esto representa uno de los más grandes desafíos que los batbrothers hayan enfrentado, pues no tienen ni la má...