Alfred no abandonaba su ceño fruncido. Observaba enfurruñado mientras Dick y Tim acomodaban las cosas compradas en el carrito luego de pasar por el escáner. Por supuesto, cada dos minutos, alzaba su vista y dedicaba su vista a los otros dos hermanos. Veía a Jason expresar toda su molestia y aprensión a través de su rostro apachurrado en tanto mantenía a Damian a su lado, impidiéndole alejarse con la sujeción a su mano. De vez en cuando, Damian le hablaba o preguntaba algo, terminando con su dulce conversación perdida entre gruñidos o condescendencias que Jason usaba para no tratar con el menor.
En su cabeza, permanecían decenas de ideas relativas a lo que Tim quiso hacerle, así también a su actitud renuente a hablarle, a arreglar sus problemas o al menos a tratar el tema. Pero no, ahí permanecía Tim, con su rostro sucio, mal limpiado luego de golpearlo en la nariz, tan enojado, ofendido e irónicamente orgulloso en su comportamiento. Eso fue demasiado para Jason, quien yacía de pie, quieto, cuidando a Damian como si nada le estrujara el corazón, ocultando toda la tristeza y coraje que realmente sentía. Aún no se hacía a la idea de haber sido la víctima de Tim y de haber caído a causa de la enorme confianza que le tenía. Y lo reflexionaba en pasado, porque ahora, ni soñando, le entregaría otro gramo de intimidad o confidencia.
El renegado se sentía traicionado, engañado, timado. Jamás se imaginó que Tim actuaría de ese modo. No había razón de ser. Jason nunca le dio alguna pauta permisiva para que actuara así. Al contrario, mantenía su distancia evitando enrolarse en una relación que no sería beneficiosa para ninguno de los dos. Sin embargo, con todo el asunto de Damian y su accidente, al ver a Timothy reaccionar tan maternal y responsablemente, su impresión comenzó a cambiar. Creyó ilusamente que Tim podría ser alguien maduro en quien posar sus sentimientos. Alguien con quien podría contar si lo necesitaba, pero al final, cayendo en una rotunda decepción, se dio cuenta que Tim no era más que otro muchacho incipiente en sus verdaderas intenciones. El menor no veía a Jason con amor o cariño, sino como un trozo de cuerpo del que podría aprovecharse.
Pensar en ello lo arrastró a una profunda incomodidad y tristeza. Jason estaba a punto de soltarse a llorar, pero estar rodeado de gente y con los ojos de Alfred encima, sus ánimos para desahogarse se detuvieron, así como se pausó un poco su sofocante aflicción. Sin embargo, si no se reconfortaba ahora mismo, sería contraproducente después.
Se permitió entonces, buscar alguna excusa y salir huyendo de ahí. Se acercó a Alfred aún sosteniendo a Damian.
-¿Me-me... prestarías las llaves de la camioneta...? –Demandó Jason al mayor-.
-¿Por qué, amo Jason? ¿Se siente mal? –Inquirió Alfred de pronto, algo preocupado-.
-Me... me duele un poco la cabeza... Sólo quiero tomar aire... -Respondió entregando la custodia del ojiverde-.
-Bien. Pero no pierda el tiempo y acerque la camioneta hasta aquí. –Pidió Alfred recibiendo la mano de Damian y entregando las llaves-.
Timothy escuchó la conversación, pero ni por equivocación se atrevió a levantar la mirada. Se concentró en tomar los productos y echarlos en el carrito. En eso aunaban sus sentidos cuando Dick le dio un codazo mal intencionado. Tim comprendió la indirecta, pero ni aun así reaccionó.
-Mira nada más lo que has hecho... -Musitó Dick burlonamente-. Hiciste que Jason se sintiera mal...
-No hagas que te golpee... -Le respondió Tim en voz baja-.
-Si tanta curiosidad tenías en esos temas, pudiste acudir a mí, Timbo... -Le sugirió aumentando la ironía en su sonrisa-.
Tim frunció el ceño y se asqueó de momento. Lo único que pudo hacer fue colocarle un pie atrás a Dick y empujarlo para que cayera de espaldas al tropezarse.
ESTÁS LEYENDO
BABYMON
ФанфикLuego de un "desafortunado" golpe en la cabeza, Damian cree que es un niñito pequeño que sólo piensa en jugar, comer y dormir. Sin embargo, esto representa uno de los más grandes desafíos que los batbrothers hayan enfrentado, pues no tienen ni la má...