-¡Oye, dije que te mantuvieras quieto! –Alegó el dichoso jefe de los asaltantes desde su asiento-.
"¡Esto es estúpido!" Se decía Jason para sus interiores mientras ponía en saco roto el comentario del delincuente. "Dick me echará en cara lo torpe que fui por dejarme asaltar y Tim, ¡ni se diga! Ése va a..." Quiso completar su frase, pero con sólo pronunciar su nombre, todo su brío desapareció en menos de una exhalación. "Cierto... Está esa parte. ¡Maldita sea, fue por estar pensando en él que esto me sucedió! ¡Demonios, ahora no dejaré de sentirme peor! ¡Maldita sea! ¡Maldición!" Exclamaba Jason mientras su aprensión se transformaba en aflicción. ¡Con un demonio, Tim, todo esto es tu culpa!" Concluyó finalmente, retomando sus quejidos y sus contorsiones no para liberarse, sino para expulsar toda la contrariedad que sentía en su pecho.
-¡Oye, dije que te comportaras! ¡No te muevas o te vas a caer! –Jason escuchó, pero ya no le importó-.
Se agitó tanto que sus movimientos lo llevaron incorregiblemente al suelo. Cayó como bulto de aquel sofá mugroso.
-¡Te lo advertí! –Oyó indiferente, retorciéndose una vez más para que su cara se ocultara contra el suelo-.
Y una vez posicionado, lo mejor que pudo hacer fue desahogarse como más le placiera. Así que tomó aire y paulatinamente, se dejó llevar entre sollozos y quejidos lacrimosos.
-¡Oye! –El jefe reclamó un poco molesto-. ¡¿Estás escuchándome?! ¡Mira lo que te pasó, ya te caíste! ¡Y de seguro te lastimaste! ¡Pero qué necio! ¡Al, ayúdalo! –Ordenó a uno de sus hombres-.
El muchacho asintió de inmediato y abandonó su asiento. Corriendo, se acercó a Jason y con un poco de esfuerzo, tomó al renegado de los hombros y lo ayudó a regresar al sofá. Ahí lo sentó y le sacudió cuidadosamente el polvo de la ropa.
-¿Te lastimaste? –Preguntó el asaltante, pero Jason siguió llorando cual niño perdido-. O-oye... ¿estás bien? –Pero con esa pregunta, su llanto no hizo más que aumentar-.
El dichoso Al alzó sus cejas mostrando algo de preocupación.
-Je-jefe... El muchacho está llorando... -Anunció el hombre dirigiéndose al mandamás, quien atendió de inmediato levantándose de la silla-.
-¿Qué le pasa? ¿Se lastimó al caer? –Preguntó seriamente-.
-No sé, pero parece que está teniendo un ataque o algo... -Al quiso explicar-.
-¡Jefe, ¿y si le duele el golpe que le di?! –Preguntó el tercer asaltabancos, aún sentado a la mesa-. ¿Cree que le pegué muy duro?
-Quizá... -Murmuró el jefe-.
-¡Si, eso puede ser! –Alegó Al-. Y con esta caída, posiblemente se volvió a golpear...
-Puede ser... -Acotó el mandamás-. Dave tiene el puño pesado...
-¡Jefe, no lo hice a propósito, era necesario! ¡Pero no fue personal! –Exclamó dirigiéndose de último a Jason, quien hipaba cada vez más fuerte mientras la mordaza se mojaba paulatinamente con su llanto-.
-Bueno... A ver... -Musitó el jefe palmeando al chico justo antes de retirarle la pañoleta de la boca-. Oye... cálmate... Ya no llores... -Le indicó amablemente-. Dave va ir a buscar alguna aspirina y algo de hielo para ese golpe que te dio, ¿está bien? Así que ya no llores... -Habló en tanto manoteaba al susodicho para ordenarle su encomienda-.
-¡Sí, sí, sí! ¡Voy enseguida! ¡Traeré algo de comer también! ¡¿Quieres algo en especial?! –Le preguntó a Jason en cuanto se posó frente a él, pero el muchacho no se dignó a dejar de llorar, al contrario, acrecentó su desahogo con un grito sumamente dramático y exagerado-. ¡Bien, bien, bien! ¡Ya voy! ¡Te traeré algo dulce o algo así! –Añadió acelerando el paso después para marcharse-.
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BABYMON
Fiksi PenggemarLuego de un "desafortunado" golpe en la cabeza, Damian cree que es un niñito pequeño que sólo piensa en jugar, comer y dormir. Sin embargo, esto representa uno de los más grandes desafíos que los batbrothers hayan enfrentado, pues no tienen ni la má...