Jon encontró un cómodo espacio en las sillas de la sala de espera. La madrugada ya estaba muy entrada y aunque Jonathan fuera un digno representante de Kriptón, ni siquiera él se salvaba del cansancio que la noche traía consigo. Y mucho menos después del día tan largo y pesado que tuvo que vivir. El muchacho recostó su cabeza y ahora se relajaba en un sueño profundo.
Junto al chico de acero, Damian reposaba como si no hubiera un mañana o como si nada malo hubiese intervenido en su vida. Su respiración era amena y su descanso se mostraba inmutable.
A esas horas de la madrugada, el resto de los visitantes en el hospital también compartían la tranquilidad que les provocaba un descanso. El silencio se desbordaba en todas direcciones salvo por los caminares de los enfermeros y los tapeos de los asistentes médicos. En general, el ambiente pacífico no regalaba otra cosa que durmientes o bajos perfiles.
Sin embargo, el destino no preparaba continuar con la calma; se había acostumbrado y jactado de arruinar las cosas cuando todo estaba más tranquilo y apenas les daba un respiro a los involucrados. Tanta era la urgencia del destino por dramatizar el ambiente, que provocó en Damian unas inocentes ansias por levantarse y querer buscar un baño.
La sensación invadió su vejiga y las urgencias aparecieron bochornosamente. Entonces, Damian se despertó alarmado queriendo desaguar. Lo primero en su vista fue la sala de espera y algunas personas durmiendo. Luego, virando su cabeza, se encontró con Jonathan, quien permanecía muy adentrado en su descanso que ni cuenta se dio de que Damian se había levantado y había abandonado su regazo.
-Jon... -Habló Damian agitando el hombro del muchacho-. Jon... -Repitió, pero no obtuvo alguna respuesta-. Jon, quiedo id al baño... -Insistió nuevamente recibiendo una nula palabra del menor-. Jon... -Exclamó alzando un poco la voz-. ¡Jon! –Gritó, pero el aludido reacomodó su cabeza y suspiró para continuar durmiendo-. Jon... -Lloriqueó frunciendo el ceño e inflando sus mejillas-.
Se apresuró entonces a abandonar las sillas de las salas y empezar a buscar a alguien despierto. Giró en todas direcciones encontrando a todos igual a su amigo.
-¡Quiedo id al baño! –Exclamaba-. ¡Baño! ¡Quiedo haced pipí! –Decía, pero no obtenía una respuesta satisfactoria-.
Entre las pocas personas ahí yacidas, sólo dos o tres le prestaron una diminuta atención, sin embargo, así como lo miraron, así de rápido lo ignoraron viendo a un desagradable bromista al que debían tirar de a loco.
-¡Baño! ¡Baño! ¡Quiedo id al baño! –Alzó reiteradamente la voz, esta vez llevándose las manos a su entrepierna-.
Su aspecto desconcertó a los que aún lo miraban; lo que se tradujo en gruñidos y más indiferencia.
Damian comenzó a brincar y apretar todavía más su bajo vientre. Chillaba virando en todas direcciones. La desesperación lo invadió; por lo que mejor corrió lejos de la sala.
Caminó veloz a través de los pasillos. A cualquier persona que se encontraba, le pedía llevarlo al baño, y como al principio de su urgencia, sólo recibía miradas de indignación, desaprobación, aberración o asco. La gente a su alrededor, incluyendo el personal médico, pasaban simplemente de largo.
Damian acuñó su expresión emberrinchada y salió corriendo hacia uno de los tantos corredores.
Se adentró llamando a todos los que encontraba, pero sólo se desesperaba más.
Volteó decenas de veces hasta perderse en el camino. No cruzó alguna puerta, pero si tomó varios recovecos de ese enorme hospital. Sus pasos devinieron más pequeños debido a la necesidad biológica; por ello, su aguante disminuía entre más segundos pasara caminando. Por supuesto, el llanto tan característico de su estado fue ineludible. Su apariencia desastrosa, dramática y su actitud extraña no hicieron más que ahuyentar las potenciales ayudas. Al final de los tres minutos que duró su aventura, Damian superó su propio llanto con un berrinche supremo. Fue de ese modo que aflojó los brazos y dejó que su presión disminuyera al soltar el líquido caliente entre sus piernas.
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BABYMON
FanfictionLuego de un "desafortunado" golpe en la cabeza, Damian cree que es un niñito pequeño que sólo piensa en jugar, comer y dormir. Sin embargo, esto representa uno de los más grandes desafíos que los batbrothers hayan enfrentado, pues no tienen ni la má...