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A pesar de amar mi trabajo, de vez en cuando me pregunto si vale la pena continuar, no me malinterpreten, estoy orgulloso de lo que mi mamá, Arturo (mi mánager) y yo hemos construido desde aquel concierto que di en Oaxaca hace 8 años. No he parado, me han llovido conciertos, entrevistas, convivencias con fans, portadas de revista... ¡Vaya que ha sido todo un reto y problema mantener mi vida privada privada!

Recuerdo que esa noche me moría de nervios, era la primera vez que me presentaba formalmente como cantante. Fue difícil, pues mi mamá y yo no sabíamos cómo nos iba a ir con Arturo, ya que después de Rufo, quedamos muy ciscados, teníamos mucho miedo de que de nuevo nos hayamos cruzado con alguien que quisiera hacer y deshacer con mi carrera y mi imagen. Pero después de platicarlo entre Eduardo, mi papá y nosotros dos, pudimos llegar a la conclusión de que debíamos darle un voto de confianza a Arturo, pues mi mamá también tenía otras responsabilidades con Arqui, quien iba creciendo cada día y merecía la atención total de ella.

Como se pueden dar cuenta, las cosas con mi papá han cambiado de igual manera. Por fin aceptó quién soy y ahora me da su amor sin condiciones. Cuando lo decidió, se impuso ante mi abuela Imelda; discutieron un buen rato, pero mi papá no despegó el dedo del renglón y me defendió hasta que a mi abuela no le quedó más remedio que reflexionar acerca de sus acciones y arrepentirse.

De ahí, pues Audifaz aceptó que seguía teniendo sentimientos fuertes por mi mamá, ya que ha sido el amor de su vida desde hace muchos, muchos años. Pero ahora que la ve junto a Eduardo, siendo tan libre y feliz, y luchando por alcanzar sus metas, también decidió hacerse a un lado y solo apoyarla sin interferir de más en su vida. Es extraño, lo sé, pero hemos logrado convivir los cinco.

Así que decidimos aceptar la ayuda que nos brindaría Arturo con todo esto de la cantada, sabíamos que él sabía más que mi mamá y yo.

Su primera idea fue una presentación estelar como telonero de un artista reconocido en México. Para mi era todo un riesgo, pues casi nadie me conocía. Pero las estrategias de Arturo eran buenas.

Antes del show, comenzamos a hacer ruido. En redes sociales, con mis amigos, conocidos y familia, por todos lados. Recibimos buenas respuestas.

Me lancé con los brazos abiertos, nada de expectativas (un buen consejo de mi ahora mánager y amigo) y mucha pasión.

Muerto de nervios me paré en ese escenario. Tan solo tuve media hora de presentación. Comencé por el más grande de mis éxitos, hasta el momento: Amor valiente. Las personas corearon y gritaron, la conocían, claro que la conocían, pues fue una canción que ya había presentado antes en televisión nacional. Seguí conPerfectoy luego Bronceados de amor; canté y bailé y la media hora se me pasó rápido. Me despedí de mi público, agradecí, bajé del escenario.

Lo primero que hice fue ir a los brazos de mi mamá y solté en llanto, era un llanto de amor y agradecimiento por su gran apoyo, pero también porque no podía creer lo que acababa de vivir, la mejor experiencia de mi vida. A partir de ese momento, mi carrera había comenzado. Al fin.

¡Qué tiempos aquellos! ¡Qué nostalgia! Hoy ni siquiera quisiera parame de mi cama y cumplir, pues después de todo lo que ha pasado se me hace un suplicio hacerlo... a veces me pregunto si a él le gustaría verme así, desmotivado y desganado, con un estrés tan grande que me ha llevado hasta ser medicado, con ganas de parar todo, hacer un pausa en mi carrera...

Después lo pienso mejor. Él no está aquí, no le importa...

Ese es el primer pensamiento que me embarga todos los días desde... desde lo que sucedió...

Cierro los ojos con fuerza para tratar de espantar esos recuerdos. Tal vez si hoy me quedo en mi cama, no tenga que enfrentar ni al mundo, ni a mi realidad... si, ese será mi plan para hoy.

Hasta que entra una llamada... Arturo.

Sin ánimos contesto -¿Bueno?

-Espero ya estés bañado, cambiado y desayunado. ¡Vaya! Jamás creí que al ser tu mánager tendría que sonar como una mamá preocupada.

-Arturo... ¿es necesario hacer esto?.. mira, la verdad no creo que necesitemos otra versión de Labios de miel, la gente ya está contenta con las dos versiones existentes y ...

-Mira, Aristóteles, la verdad es que no has escrito nada nuevo y novedoso, pero tu carrera debe de seguir; mientras la gente sigue esperando tu nuevo material, debemos darles algo con qué entretenerse y si ese "algo" son las versiones acústicas de tus éxitos, pues eso haremos. Así que no quiero más pretextos. Tienes 30 minutos para estar listo en lo que me preparo algo de comer. Yo pasaré por ti, que los choferes luego te alcahuetean, si te conozco.

Resoplo, pero como no hay más opciones, Arturo me cuelga. Eso me hace saber que está hablando más que enserio.

Vuelvo a cerrar los ojos. Hago acopio de toda mi energía y, por fin, me levanto.

No sé de dónde, pero tengo que sacar fuerzas, hoy, sin duda, será un día tedioso.

El corazón a veces se equivoca [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora