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He perdido la llave a tu corazón

La que cariñosamente atesoraba

He perdido la clave de tu amor

La que celosamente guardaba

"La llave", El corazón a veces se equivoca, Track 5

De repente ya no puedo más, los recuerdos se agolpan uno tras otro, me invade cierta desesperación combinada con angustia y tristeza. Pero no pasa mucho cuando todos estos sentimientos se transforman en una ira casi irracional.

Me paro de golpe y pongo una mano en la página de la libreta de Alejandra, donde escribe cada detalle de todo este momento, estoy seguro que no se ha perdido ningún gesto, y le impido que siga escribiendo. -¿Qué te hace pensar que te contaría a ti "la historia"? Ni tú ni nadie tiene derecho a meterse con Te... con esto... mi vida privada.- ¡Maldita sea! Estoy más que seguro que la cagué, esta casi fue una declaración/confirmación para ella.

-Por favor, Aristóteles, tú y yo sabemos que toda tu vida era ese muchachito. Créeme, si investigo esto es por puro amor a tu carrera; hay que ser sinceros, tu música, tus letras, tu estilo, todo, ¡Todo! Cambió demasiado y no podemos ignorar que Cuauh...

-¡Deja de decir su nombre! ¡No tienes ningún derecho!

-¿Por? ¿A qué le tienes tanto miedo, Ari? Todo esto me hace pensar que algo realmente grande y fuerte pasó, solo mira cómo te pones.

A veces me cuesta trabajo asimilar que la gente puede ser demasiado descorazonada cuando se trata de una figura pública. ¿Qué nunca han sentido un corazón roto? ¿Por qué el morbo? Todo esto me recuerda que, cuando Temo y yo cortamos, él me pidió que no lo hiciera "público" pues ya había exhibido demasiadas cosas de su vida y de nosotros y esta vez queria un poco de privacidad. Yo obvio acepté, pues tampoco era un buen momento para mí. Asi que solo dejamos que la gente lo intuyera. Temo siguió con su vida, yo con la mía. Cada quien hizo lo que tenía que hacer para reparar su corazón roto. Pero a mi realmente me lo pusieron muy difícil, las personas comenzaron a comentarlo, estaba en cada revista de chismes, las fans lo comentaban en redes sociales, no paraban, pasaban su tiempo escuchando mis canciones y tratando de juntar las piezas de un rompecabezas que jamás podrían armar, pues nadie sabía más allá de lo que dejábamos ver; le daban todo tipo de significados a mis letras, incluso ponían palabras y sentimientos en mi boca... muchas veces quise salir y dar alguna declaración, pedir que pararan pues sólo me lastimaban, pero Arturo, mi mamá y yo concluimos que eso sería alimentar el fuego y resultaría peor.

Es por eso que ahora, aquí, frente a Alejandra que quiere ser simpática para ver qué saca, cómo reinicia un fuego que ya estaba apagado, me embarga una impotencia y rabia. He hecho de todo por contenerla, pero es más fuerte que yo.

Sin pensar y en un movimiento rápido arranco algunas hojas de la libreta de la periodista frente a mi. Ella me mira horrorizada, no se la esperaba.

-¡¿Pero qué demonios?! ¡¿Estás loco o qué te pasa?! ¡no puedes hacer eso!

-Pues... ya lo hice.- pongo las hojas enfrente de su cara y las arrugo con fuerza, pero no las suelto. Doy media vuelta, no quiero saber más de esto. Camino hacia a la salida.

Arturo se para de inmediato y me sigue. Se ve preocupado y un tanto asustado, creo que nunca me había visto así con la prensa.

-¿Qué pasó ahí? ¡Ari! ¿Te das cuenta de que esto está mal? Alejandra le dirá a todos los medios lo que acaba de pasar. No podemos desmentir nada, porque ¡Relamente pasó! ¿Qué quieres que haga? ¿Estás loco?

Pero yo no pienso. Mis manos tiemblan aún con las malditas hojas entre ellas. Quiero llorar, gritar, escapar. Por un minuto quisiera dejar de ser yo, ser otra persona, la que sea, no me interesa.

No tengo buena pinta y se nota porque Arturo ha dejado de hablar y reclamar. Su rostro ahora refleja genuina preocupación.

-Lo sacó en la conversación... a Temo... me preguntó por él, sacó una foto... yo... no pude...- para este punto hay lágrimas recorriendo mi cara sin que yo lo pueda evitar. No tengo que decir nada más, Arturo ha entendido todo.

Da un suspiro, y se da dos minutos para pensar y tranquilizarse.

-Escucha, Ari. La gira ya viene. Necesito que estés bien para que rindas en el escenario. Después del último concierto podrás irte de vacaciones a donde tú quieras, lo prometo, no más compromisos por un tiempo, corto, obvio. Así que te daré el día libre, has lo que quieras, respira, lo necesitas. No te preocupes por nada más, yo me encargo.-Me da un abrazo el cual correspondo con gratitud genuina. Ha sido un día largo e intenso y sólo son las 3:30 pm.

-Gracias, de verdad. No fallaré en la gira, lo prometo.

-Nunca dudaría de ti... bueno, será mejor que vaya a arreglar...no importa, te dejo. Mañana pasará un chofer por ti para llevarte al aeropuerto, tienes que estar ahí con dos horas de anticipación.

-Lo sé. Gracias de nuevo.

El corazón a veces se equivoca [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora