Siempre que me preguntan cómo conocí a Jaime, las personas esperan que les cuente un cuento de hadas moderno en el que un modelo choca con un cantante e instantáneamente se enamoran.
La realidad no es tan cercana a esa versión, pero tampoco está muy alejada.
La verdad es que Jaime y yo nos conocimos gracias a Julieta.
Un día en el que me encontraba en Oaxaca, recibí un mensaje de ella que decía que me necesitaba de nuevo en Cklass, pues uno de sus modelos canceló de último momento y había drama en la oficina. Con la pena le dije que no estaba disponible, la verdad es que estaba cansado, había tenido una serie de conciertos y quería despejarme. Pero como es Julieta, no aceptó mi respuesta y pronto me llamó para decirme que me necesitaba, pues era el único chavo de mi edad, guapo y con cierta experiencia en modelaje y con el caos que representan las oficinas de Cklass. No me quedó de otra más que darle el "si".
Me bañé y fui a su rescate. Sin embargo, fue toda una sorpresa para mi el llegar y ver que no estaban del todo solos. Habían tres modelos profesionales en pleno "shooting".
Le quise reclamar a Julieta por haber hecho que me saliera de mi casa, pero no pude, ya que al verme, me saludó y de inmediato puso a Cassandra a explicarme cuántos cambios de ropa tendría ese día y le pidió que me cambiara de una vez.
Ya puesto el primer look, me llevó a una sala donde había dos sillones, esa sala se me hacía familiar, pero no recordaba por qué. Me pidió que esperar sentado, que no tardaban en llamarme.
Ahí estaban los otros dos modelos, parados, esperando.
Sonreí y me senté. A mi lado se sentó Jaime. Yo ya lo conocía, pues su carrera iba en ascenso y en las revistas donde yo salía, él también salía, no solo modelando, si no también le dedicaban artículos sobre su carrera.
-Hola, tu debes de ser Ari.
-Si, y tú debes de ser Jaime ¿no?.-no sé de donde, pero me salió lo audaz y coqueto.
Él me sonrió pues notó mis intenciones. Pronto nos pusimos a platicar acerca del shooting, el modelaje, Cklass... ningún tema serio. Terminamos riendo. Su risa me parecía melodiosa. Es curioso, pero era la segunda vez en toda mi vida que opinaba eso de la risa de alguien.
-¿Sabes? Julieta arregló este encuentro, es obvio. Este shooting no necesitaba de cuatro modelos.
-Sí, lo sé.-Creo que esto es demasiado atrevido, entonces corrijo.-Es decir, si se me hizo curioso cuando llegué y los vi. Por lo general, yo le ayudo a Julieta cuando no consigue a ningún modelo.
-¿Te molesta? ¿Qué lo haya arreglado todo sólo para poder presentarnos?
-La neta es que no.- de repente siento una desesperación por probar los labios de aquel modelo que estaba sentado a mi lado. No voy a mentir, después de la ruptura con Temo, mi vida amorosa ha sido un total desastre provocado por mi.
No soy un santo y nunca he pretendido serlo.
Me di unos meses para acomodar mis ideas y sentimientos, pero al no ver progreso ni sentir alivio, me desaté un poco. Pronto se me hacía vicio ir a alguna fiesta y terminar besando al que me pareciera el hombre más guapo del lugar. Sin embargo, debo admitir que, aunque al principio era divertido y sentía la adrenalina del momento recorrer todo mi cuerpo, más tarde terminaba solo, llorando por tantos recuerdos acompañados de dolor.
Antes de que pudiera hacer algo, entró Cassandra para llevarse a Jaime, era su turno de tomarle fotos.
Después de él, seguí yo. Julieta se hacía la desinteresada en el tema. Se le olvida que es mi prima política, la conozco bien.
-Ari, solo disfutra ¿quieres?- me guiñó un ojo y fue todo lo que se tocó del tema.
Decidí hacerle caso, al final uno no sabe con exactitud dónde y con quién terminaremos.
Jaime y yo nos subimos a su carro después del shooting. Puso una playlist y manejó. No me molesté en preguntarle a dónde me llevaba, sólo me concentré en la música y en su compañía, me estaba divirtiendo de verdad, como hacía muchísimo tiempo no lo hacía.
Después de cinco horas, llegamos a la playa Carrizalillo en Puerto Escondido. Bajamos unas infinitas escaleras hacia la playa, estaba atardeciendo. Nos sentamos a la orilla del mar, pedimos unas cervezas y simplemente platicamos. Creo que esto era lo que realmente me atrajo de Jaime, con él todo era sencillo.
-Julieta me había dicho que eres buena onda y me ha contado otras cosas interesantes de ti. Ya era hora que se me hiciera conocerte... ¿cómo fue que te diste cuenta de que te gustan los hombres?
-Es una larga historia...
-¿Tiene algo que ver con Cuauhtémoc?- No sé que cara puse porque de inmediato se disculpó- Lo siento, yo no quise sacar el tema de esta manera... Julieta no me ha querido contar mucho sobre eso, pero cuando me recomendó tu último disco, fue inevitable no relacionar las cosas... tus letras, tu voz, hay cierto dolor placentero ahí.- Sus palabras eran una manera de describir lo que yo nunca pude decir de mi propio disco, era cómo si él comprendiera sin que le contará todo a detalle. Su manera de ver a través de mi también me erizaba la piel.
Sin pensarlo dos veces quise que mi respuesta a cualquier insinuación y pregunta suya fuera un beso el cual él correspondio con ganas y sin dudas. Nunca me habían besado así; era una combinación excitante entre amor, dulzura y lujuria.
Nos fuimos a un hotel en Puerto Escondido para pasar la noche. Creí que esto era lo único que necesitaba para enamorarme de él, y si lo estaba llegando a sentir, o por lo menos sabía que se sentía diferente que con los otros hombres con los que había estado. Pero aún así, no lo era todo.
Regresando de esta improvisada "luna de miel", íbamos juntos a todos lados, poco nos importaba la prensa. Los titulares hablaban de nuestra relación y la catalogaban como "goals".
Los primeros meses, me sentía bien, tenía ganas de enamorarme perdidamente y creí que tardaría poco tiempo en sentirlo. Pero al paso de los meses, no pude reproducir todo el amor y cariño, incluso la complicidad que algún día tuve. Me decepcioné un poco, pero después lo pensé mejor y llegué a la conclusión de que el amor adolescente ya no debía de ser lo mismo, esto era el amor adulto, maduro.
Jaime también lo sintió, y aunque los dramas no eran lo suyo, no pudo evitar reclamarme una o dos veces. Incluso llegó a decirme y casi jurar que le estaba poniendo el cuerno.
Jamás podría hacerle eso, soy alguien demasiado leal y sentimental, no he tocado a nadie más desde que empezamos esta relación.
Una noche, después de un after party de un desfile al que lo acompañé, me soltó la verdad.
Jaime estaba borracho y cansado. Llegando a casa su ánimo cayó, dando lugar a lo que él considera la verdad. Cuauhtémoc estaba entre nosotros.
Al principio, le dije que era una total locura, pues hacía años que no hablaba con él. Su contestación fue simple.
-No hace falta que lo veas o que le hables, él es el dueño aquí... de tu corazón, de tus pensamientos... estoy harto Ari, no importa lo que yo haga, él siempre estará entre nosotros ¿verdad?
Se quedó dormido y jamás volvimos a sacar el tema. Pero desde ese mismo instante, se sintió una enorme barrera entre nosotros, una con nombre y apellido. Una que nunca he sabido como tirar o rodear o ignorar.
*************************************
Esta vez, les vengo a regalar un atardecer en Carrizalillo, Oaxaca. Es un lugar del que me enamoré muchísimo. La foto fue tomada por mí, les comparto mi Instagram personal ( mynameisalerosa ) por si quieren ver más fotitos de este hermoso lugar y darles amor. Gracias por todo, sus lecturas, comentarios, votos.
ESTÁS LEYENDO
El corazón a veces se equivoca [Aristemo]
FanfictionHan pasado ocho años desde la última vez que Aristóteles vio a Cuauhtémoc. Ahora, con 25 años, una carrera prometedora en la música y un novio modelo, debe enfrentarse a sí mismo y a las consecuencias de ser famoso. Hasta que un día, el destino vuel...