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Hacemos el recorrido que trazó Temo, la ansiedad ha bajado bastante, me siento mejor. En el camino hablamos pero no de cosas tan importantes y yo lo agradezco.

Nos paramos frente al Ángel, es algo imponente, el estar ahí te hace sentir pequeñito.

-Es hermoso ¿no? Siempre me gusta verlo más de noche que de día; de nuevo con el tema de la iluminación, creo que hacen un gran trabajo, lo hacen lucir más bello. Te hace querer preguntarle su secreto...

-¿Su secreto?

-Si... su secreto para lucir así de bello... ¿no quisieras preguntárselo?

Siento como si esta conversación fuera una burla, pero cuando veo el rostro de Temo, me doy cuenta de que él habla en serio. Carraspeo y digo bajito:

-Mmm... ¿Ángel? ¿Cuál es su secreto?- Temo y yo nos quedamos unos segundos en silencio y ladeamos la cabeza hacia la izquierda, como si de verdad estuvieramos tratando de escuchar la respuesta.

-Justo lo que creí... su secreto es la libertad.

-¿La libertad?

-Sí, así de simple, libertad...- nos sumergimos en un silencio profundo, mis pensamientos comienzan a revolotear, tengo que decir lo que pienso y siento, o si no, podré arrepentirme el resto de mi vida.

-¿Cómo es que decidiste no regresar?-  la pregunta tiene la intención de hacer una pequeña referencia a Oaxaca, pero la realidad es que me refiero a mi mismo.

-¿Para qué querría regresar?

-No sé... para ver a tu familia, y las personas que te quieren, los Córcega, pues.

Se encoge de hombros y dice – La gente de allá puede venir para acá... mi Papancho no se negaría a traerlos con ellos en una de las tantas visitas que te conté.

Me desarma, no sé que decir, es cómo si supiera que cualquier cosa que diga, Temo me dará la misma respuesta que me deja insatisfecho.

Mi mente comienza a viajar al pasado y un recuerdo muy específico viene a mi.

Después del accidente del campamento provocado por Sebastían, a Temo le daba miedo acampar. Pero yo moría por tener un momento a solas con él en nuestro lugar, donde nos dijimos TAHI por primera vez, donde tuvimos esa cita maravillosa.

Lo hablamos mucho, yo trataba de convencerlo. Era nuestro lugar, ahí había magia, no entiendía por qué era tan difícil para él aceptar acampar ahí.

Hasta que un día, sin esperalo, Temo acepta.

Pancho sólo ríe, pues conoce a Temo. Los López tienen dinero, pero han decidido vivir una vida sin lujos innecesarios, son bastante humildes y siempre dispuestos a ayudar a quien lo necesite. Temo nunca ha sido de esos niños mimados insufribles, es lo que más amo de él, su sencillez. Así que me sorprende que Temo ponga demasiadas condiciones para esta pequeña escapada. Pero acepto, muero por tener esta experiencia con mi novio.

No llevamos chaperones, sólo seremos los dos. Por el día, todo es diversión, comemos, bailamos, jugamos, hablamos de todo y de nada. Pronto se nos hace de noche, nos metemos en la casa de campaña y siento como Temo comienza a temblar.

Me extraña pues no hace frío, la temperatura es ideal, pues tampoco hace calor.

-TAHI ¿Estás bien? ¿Qué pasa?

-Ari... te... tengo mucho miedo.- por fin lo dice, tapándose un poco la cara con sus manos.

-TAHI, ven, no pasa nada, estamos los dos aquí. Yo te protegeré de todo mal. Lo sabes.- le beso la frente y lo abrazo lo más fuerte que puedo, pero eso sólo logra hacerlo llorar.- No, no, por favor, no llores, háblame ¿qué pasa?

Después de un rato de llanto, se repone un poco hasta que puede hablar de nuevo.

-Perdón, Ari, sé que estoy arruinando nuestro momento, pero... para mi es inevitable sentirme así... vulnerable... es cómo si el mundo fuera muy, muy grande y yo muy pequeño.

Entiendo lo que quiere decir, después de todo, casi pierde a su hermano en un campamento, y esas son las cosas que uno nunca olvida.

-Tu sitio es aquí, conmigo. No pasará nada si estamos juntos... lo prometo, lo que pasó no es para menos, pero déjame ayudarte a sanar, a soltar, a olvidar.- lo abrazo y dejo que llore un poco más. De pronto se calma. Se limpia las lágrimas y me da un beso.

-Gracias por no soltarme nunca. Te amo, Ari y me alegro de estar aquí contigo.

-Yo también, menso.- Nos quedamos abrazados por un largo rato. Compartir el silencio con él no era incómodo. Temo es el que lo rompe.

-Bueno, para estar un poco a mano, ahora tienes que contarme algún miedo que tengas, algo irracional.

-Mmmm... pues... la verdad es que le tengo miedo a los elevadores. No te rías, es en serio.- rio un poco con él.

-Lo siento, Ari, pero debes aceptar que eso es algo raro, la neta.

-No, deja te cuento por qué. Una vez, fui con mis papás a un centro comercial. Mi mamá nos pidió a mi papá y a mi que nos adelantaramos en lo que ella veía algunas cosas. Mi papá me cargó y nos subimos al elevador, pero este se trabó y nos quedamos ahí, atrapados los dos, yo no entendía bien lo que pasaba, tenía unos 7 años. Pero sé que ya me quería bajar y no podíamos. Después de una hora, por fin nos sacaron. Desde ese momento, evito lo más que puedo los elevadores.

-Vaya, Ari. La neta si estuvo cañón, cualquiera se hubiera traumado a esa edad.

-Sí... lo sé... bueno, equis, te toca.

-Mmmm... la verdad, tengo mucho miedo a... perderte.

-Temo, dijimos "miedos irracionales", sabes que eso es imposible, menso.- siento cómo su cuerpo me envuelve, es cómo si su miedo actuara por él. Lo lleno de besos en toda la cara, jamás me perdería, lo amo demasiado.

-Bueno, señor Aristócles ¿Qué otra anécdota de tu infancia me contarás?

Y entonces pasamos el rato hablando de nuestra infancia y nuestros miedos y lo nuestros planes a futuro, de nosotros. Lloramos, reímos, nos emocionamos.

No sé qué hora nos da, pero Temo es el primero en caer. Se queda dormido en mis brazos y yo no puedo más que contemplarlo, es hermoso. Me duermo con una paz que nunca más volví a sentir.

Días después, Temo se muda a CDMX y es cuando todo acaba, todo pasa.

Muchas veces, nos he imaginado en esa casa de campaña de nuevo. Es cómo si fuera un mundo a parte donde no existe nada ni nadie que no seamos los dos. Ahí no hay corazones rotos, ni peleas o distancia, ni cosas malas. Sólo amor. Sólo él. Sólo yo. Sólo nuestro lugar seguro.

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¡Hola! La foto del imponente Ángel de la Independencia es del usuario de Instagram knighttones, espero puedan pasar y dejarle mucho amor. ¡Gracias!

El corazón a veces se equivoca [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora