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En esta despedida, palabras me sobran

Tu corazón ya no me ama, ya no me quiere cerca

Las lágrimas hablarán por mi

Palabras no quieren salir

"Palabras", El corazón a veces se equivoca, Track 8

Es un lugar que con toda su historia detrás habla. Es curioso como la modernidad está presente en la estructura y algunas expresiones artísticas. Y Aún así, el edificio antiguo se conserva.

Después de pasar por los jardines de la explanada, entro a la biblioteca. Hay una sensación abrumante recorriendo mi cuerpo que no entiendo. Supongo que se trata de todo lo compone al lugar, es casi una locura: hay aviones colgando del techo, los pasillos son casi laberínticos y obviamente hay estaterías llenas y llenas de libros de miles de temas diferentes, esperando ser leídos. Definitivamente es un lugar hermoso y muy fotogénico.

Llego a un módulo de información y pregunto por el evento del día. La señorita muy amable me dirige a un salón que está siempre dispuesto a acondicionarse para diferentes tipos de eventos.

Las paredes siguen la misma estructura antigua de todo el edificio; en las ventanas hay fotos de Octavio Paz. Todo está listo. Hay muchas sillas en dirección a una puerta de vidrio. Y hay un mesa y tres sillas. Ahí estará Temo, lo sé porque en la mesa hay unas tarjetas con los nombres de los presentadores.

Ya hay bastante gente sentada esperando a que todo empiece, todo va con 15 minutos de retraso. Evalúo mis opciones y creo que lo mejor será quedarme en las últimas filas y no llamar mucho la atención.

De repente, sale un joven y detrás de él, camina Temo, seguido por otro chavo.

Temo se ve igual de guapo que hace ocho años. Lleva una playera blanca de manga larga que se arremanga, con tres botones en el escote, de los cuales tiene abiertos los dos primeros; unos jeans azul claro y zapatos. Siempre logra verse bien sin hacer el mayor esfuerzo.

Uno de los chavos que están sentados junto a él lo presenta, se presenta y presenta al otro chavo. Al parecer, tiene una relación estrecha con Temo, tal vez sea algún tipo de representante.

Después, Temo comienza a hablar del libro. Se nota la pasión en sus ojos; cuenta cómo le surge la idea principal y trama, el proceso creativo que tuvo, sus inspiraciones... nadie se mueve por una hora que parece segundos. Puedo notar gestos familiares en su cara, la forma en que mueve las manos mientras va hablando, la manera en que usa su voz para comunicarnos distintas emociones... es como si el tiempo no hubiera pasado, éste es el Temo que conocí a los 16 años.

Cuando termina de darnos ese "resumen", los dos tipos que están con él dan algunas explicaciones, comentarios y críticas; Temo se limita a asentir a cada cosa que dicen, de vez en cuando soltando alguna palabra.

Cuando acaban, abren el espacio para preguntas y respuestas. La capacidad que tiene Temo para resolver todas las dudas de los presentes me asombra. No deja ningún espacio en blanco ni a nadie en espera de una respuesta.

Pronto, el joven que lo presentó al principio, anuncia que el evento llegó a su fin; da las gracias a nombre de Temo, se paran y se van por donde vinieron.

Todos los presentes se paran de sus asientos, es cómo si todos ahí se conocieran desde hace mucho tiempo atrás, pues comienzan a saludarse y a comentar el evento y el libro. Yo me siento pesado, muy cansado, agotado...

Decido parame y tal vez tomar un taxi de regreso al hotel, ni de chiste podría regresar caminando.

Pero en cuanto me paro, siento una mano en mi hombro. Volteo algo paniqueado para darme cuenta de que es uno de los chavos que acaban de estar con Temo.

-Hola ¿Señor Córcega?- No sé a que se debe tanta formalidad, pero me limito a asentir.-El señor López quiere verlo.

No entiendo nada, pero antes de que pueda preguntar algo o emitir cualquier sonido, me toma del brazo y me saca del salón, llevándome a un lugar de la biblioteca donde se encuentra Temo.

Estando frente a él, me congelo, las palabras no salen de mi boca, mi cuerpo no reacciona, no entiendo nada. Al parecer, él entiende mi reacción porque se ve igual de conmocionado que yo. Aún así, él es que rompe con el silencio.

-Aristóteles, que sorpresa.

-Hola, Cuauhtémoc.- Silencio... ¿Qué se dice en estos casos? Mi cuerpo tiene la inercia de acercame, cortar toda distancia, abrazarlo... ¿Besarlo?

Pero la poca cordura que aún no abandona mi cuerpo me lo impide.



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¡Hola a todos! Sólo para decirles que la bella foto no es mía, es del usuario de Instagram nopineapples, si van a su Ig y le dan like estaría muy lindo, gracias y gracias por sus lecturas, recomendaciones, votos, por estar aquí. 

El corazón a veces se equivoca [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora