Quiero creer de nuevo, entregar mi corazónQuiero caer de nuevo, otra vez, otra vez, otra vez
Quiero creer de nuevo, quiero creer en ti
"Creer de nuevo", El corazón a veces se equivoca, track 3
Después de cuarenta y cinco minutos, bajo al elegante patio lleno de restaurantes del Hotel Downtown México, donde me estoy hospedando, y en una de las mesas está Arturo esperándome. Toma una limonada con cara de pocos amigos, pues me tardé quince minutos más de lo que "debería".
En cuanto me ve acercarme, se levanta no dejándome llegar hasta donde él está. Comienza a caminar a la salida y yo lo sigo; la puntualidad nunca ha sido del todo mi fuerte, pero por quince minutos no me parece que esté actuando bien.
Nos subimos a una camioneta que nos lleva al estudio.
El camino es pacífico, silencioso pero no incómodo, hasta que Arturo se ve obligado a romper la armonía con una "mala noticia"
-Necesito que te concentres bien en la grabación. A lo mucho serán 45 minutos, casi nada... y bueno, después tendremos que ir al restaurante "La ópera", ya sabes, ese bar que es muy famoso por su gran historia... bueno, equis, el punto es que... -duda y me pregunto que sorpresa trae su comportamiento- tienes una entrevista. La periodista de la revista "Wow", ya sabes, la que todas las chavitas leen hoy en día, quiere hacerte un artículo. La veremos a las 2 pm.
Resoplo, pero antes de que pueda negarme o si quiera dar mi opinión, llegamos al estudio.
Entramos y todos nos saludan. Me dan algunas breves instrucciones, nada nuevo. Entro a la cabina y ya está todo preparado para mí: hay un teclado y un micrófono. Comienzo a tocar para calentar y no puedo evitar recordar mi primer teclado. Sé que dirán que estoy loco, pero para mí era muy importante la conexión que yo tenía con este. Pensar que con él compuse mis primeras canciones; bien él podría contar la historia de mi vida, mi primer crush, mi primer amor, esos días difíciles de adolescente y los más felices también... no sé en qué estaba pensando hace 6 años atrás cuando decidí que era buena idea subastarlo para la beneficencia. Mi mamá fue la única que me preguntó miles de veces si estaba seguro de lo que hacía, las miles de veces contesté que si. Obviamente, en la subasta me quise rajar, pero ya no había marcha atrás... Arturo me consiguió un teclado nuevo y más tarde, en la nueva casa de Oaxaca, donde ahora vive mi mamá con Arqui y Eduardo, mandé colocar un piano. Ninguno, mío o prestado como los teclados del estudio, se han vuelto a sentir verdaderamente míos. Ya nada es igual...
Clavado en estos pensamientos, canto y toco y justo como Arturo dijo, en unos 40 minutos acabamos y checamos todo el trabajo. Todo bien. Quisiera hacer más tiempo para retrasar esa entrevista pero no se me hace. Pronto soy arrastrado por Arturo de nuevo a la camioneta hacia el lugar del que me habló.
Se me revuelve el estómago. No es que me ponga nervioso por aquello de dar entrevistas. Simplemente las cosas han cambiado. Cuando comencé a ganar algo de reconocimiento en Oaxaca, la prensa local buscaba tener unos minutos conmigo. Me encantaba hablar de mí, de mi trabajo, de lo mucho que amo componer, cantar, estar en un escenario. Pronto más y más personas me buscaron, desde periódicos y revistas hasta personas que manejan blogs de música. Un día un periodista amarillista llegó a mi. La entrevista había estado bien, hablamos de lo profesional, pero no tardó en hacer las preguntas obligadas que manchaban mi imagen pública. En ese momento, con 19 años no supe como reaccionar, sólo me congele; las palabras no salían de mi y Arturo tuvo que salir en mi defensa. Se despidió del periodista y me encaminó hacía la salida del lugar. No pude contenerme más y comencé a llorar. Arturo no tiene ningún problema con mi llanto, de hecho me ha visto llorar más veces de las que pueda contar; pero tenemos reglas muy firmes respecto al tema: frente a la prensa o productores, lo personal quedaba fuera de los negocios.
Este no era mi primer encuentro con publicaciones amarillistas, recuerdo que cuando tenía 16 años una mujer me entrevistó para un artículo acerca de la diversidad sexual. Pronto descubrimos que sacó una y cada una de mis palabras de contexto, moldeando las situaciones a su favor con tal de vender más. Gracias a mi mamá, la pudimos obligar a sacar la entrevista originlal y a pedirme disculpas públicas.
Y aún con estas dos experiencias, intenté no cerrarme y seguí dando entrevistas abiertas. Pero poco a poco me fui hartando y en lugar de sentir ganas de llorar, cuando la prensa pasaba mis límites me inundaba una gran ira. Arturo me conoce bien y sabe que soy de mecha corta, así que inteligentemente, antes de cada entrevista entrega a los periodistas una lista (que funciona como contrato) de temas intocables: mi relación con el modelo Jaime, el divorcio de mis padres junto al periodo "negro" en el que mi abuela, tío y padre no aceptaban mi orientación y por supuesto, Temo. Pero al parecer, a algunas personas no les importa nada con tal de generar contraversia.
Entro al restaurante seguido por Arturo. Hay algo dentro de mi que me dice que las cosas no acabarán bien. Mi estómago lo siente y protesta.
Arturo me dice que estará en otra mesa mientras pasa todo, de cierta manera eso me tranquiliza.
Sigo caminando y encuentro una mesa casi al fondo donde hay una mujer con una libreta. Ya no me queda de otra más que continuar.
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¡Hola! La foto del impresionante patio del hotel Downtown Mexico pertenece a glencyfeliz en Instagram, ojalá puedan ir y darle amor a su foto.
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El corazón a veces se equivoca [Aristemo]
FanfictionHan pasado ocho años desde la última vez que Aristóteles vio a Cuauhtémoc. Ahora, con 25 años, una carrera prometedora en la música y un novio modelo, debe enfrentarse a sí mismo y a las consecuencias de ser famoso. Hasta que un día, el destino vuel...