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Y aunque un día te dije que brillaríamos como las estrellas

Las noches se han vuelto tan oscuras

Las noches se han vuelto tan frías

Y todo ha perdido su brillo, hasta mi corazón

"Estrellas", El corazón a veces se equivoca, track 9

Estar parado frente a Temo después de años de no verlo es como un sueño, todo parece surreal, pero pronto me doy cuenta de que no soy el único.

-¿De verdad eres tú, Ari?- dice Temo con una sonrisa que no refleja felicidad.

-El mismo, en persona.- le devuelvo la sonrisa.

-No puedo creer que estás aquí. Juraba haberte visto en las últimas filas, pero también creí que era algún tipo de alucinación... En fin, me alegra muchísimo verte. No esperaba que vinieras a una presentación mía.

-Ya sé, ha sido una gran coincidencia, lo juro. Por cierto, felicidades, me encantó todo lo que dijiste de tu libro. Se ve que será todo un éxito.

-¡Gracias! Hablando de éxitos, me enteré que tu último disco ha pegado cañón... ¿Saldrás de gira?

-Sí... algo así... y tú ¿Harás más lecturas y presentaciones del libro?

-Sí, hemos estado preparando presentaciones por aquí y allá, estamos muy contentos con los resultados.-¿Estamos? ¿Quiénes? ¿Por qué de la nada Temo habla en plural? Pero no puedo ni debo hacer ninguna de esas preguntas, la verdad es que le tengo demasiado miedo a las respuestas. De cualquier manera, no me queda mucho tiempo para indagar, pues se acerca el que parece su representante.

-Perdón que interrumpa. Temo, necesitamos cerrar el contrato...-se acerca a su oído, evidentemente ya no puedo escuchar nada y me quedo ahí, plantado e incómodo. ¡Vaya que las cosas han cambiado! Al Temo de antes no le hubiera parecido nada bien esto, siempre se ha distinguido por sus buenos modales y por ser diplomático; porque siempre sabe cómo manejar estas situaciones penosas para que nadie se sienta incómodo. En estos pensamientos me pierdo cuando, por fin, Temo decide presentarnos.

-Ok, ok, ya voy.- dice casi susurrando y con prisa, alejándose un poco, carraspea.-Este... Aris..tóteles, te presento a Martín; Martín, él es Aristóteles.-Una sonrisa forzada aparece en mi rostro al tiempo que el tal Martín me tiende la mano y me dice un "mucho gusto" para nada sincero. Yo sólo me limito a devolverle el saludo.

Posa una mano en el hombro de Temo, da la vuelta y se va. Temo ahora se encuentra algo incómodo, entiendo que es porque debe checar aquello que Martín le ha pedido que vean y yo sigo aquí, interrumpiendo sus actividades. Es por eso que decido que lo mejor sea irme. Pero de nuevo me invade la duda de qué es lo que debo hacer ¿Abrazarlo?

Opto por lo menos complicado, un apretón de manos. Extiendo la mano y digo:

-Bueno, Cuauhtémoc, me da mucho gusto ver que estés bien y que todo marcha increíble... yo... tengo que irme.- Temo parece sacado de onda, pero me da la mano.

-Gracias, Aristóteles. Espero nos veamos pronto.

Le doy una última sonrisa triste y me dispongo a caminar hacia la salida.

Una vez que me encuentro de nuevo en la explanada, busco la pared más cercana. Mi cuerpo no puede aguantar tanto, necesito recargarme. En este momento no puedo evitar arrepentirme profundamente de haber salido del hotel, hubiera sido mil veces mejor la opción de quedarme y pedir servicio a la habitación. Ante todos estos pensamientos, cierro los ojos y paso mis manos por mi cara. No sé exactamente cuánto tiempo pasa, parecen unos quince minutos cuando abro los ojos a consecuencia de escuchar que alguien acaba de salir de la biblioteca corriendo. Volteo hacia donde viene el sonido y me encuentro con un Temo que parece estar buscando a alguien.

Parece decepcionado al no encontrar a quien buscaba cuando voltea en mi dirección y dice "Ahí estás". Camina confiado hacía mi. Este nuevo Temo viene cargado con una confianza en sí mismo que no le conocía.

-Aris... la neta es que me puse demasiado nervioso por este reencuentro. No me lo esperaba, no te esperaba. Pero... ¿te latería ir a algún lugar? Ya sabes, sentarnos tranquilamente para ponernos al día.

Aunque una parte de mi cerebro lo duda, mi boca no puede evitar decir que sí a su invitación. Nos sonreimos y caminamos juntos hacía la salida.

El corazón a veces se equivoca [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora