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Temo da un suspiro y continúa la conversación que me sigue rompiendo el corazón.

-Supongo que "Aristemo" ya pasó de moda. Es decir, es obvio, éramos unos escuincles babosos jugando a amar...

Su comentario me pega en lo más profundo y sensible de mi alma, neta no puedo creer que el mismo Temo nos rebaje a un simple "amor de adolescente"... mi nivel de ansiedad sube y necesito algo, lo que sea para calmarlo. Justo cuando pienso en eso, pasa un vendedor ambulante y no puedo evitar comprar un cigarro.

Temo se sorprende tanto que abre los ojos como platos.

-Deberías dejarlo, no creo que sea algo bueno para tu voz.- dice señalándolo.

Me encojo de hombros restándole importancia y lo enciendo – No lo hago siempre, no te preocupes, no es una adicción.- y así es, muy pocas veces he fumado, sólo lo hago en casos extremos como este.

-Eso crees tú, pero si cada vez que te sientes estresado lo haces... además, no creo que dejarlo sea difícil, mas bien, tomar la decisión y dar el paso es lo complicado.

-¿Eso fue lo qué te pasó conmigo? ¿Decidirte a dejarme fue lo difícil, pero hacerlo fue la parte más fácil?

-¡Vaya, por fin! Esperaba que lo soltaras, ya te habías tardado.

-¿Qué se supone que debo hacer? ¿Seguir fingiendo?

-No, obvio no, pero...

-¿Por qué te fuiste así? ¿Por qué dejaste de luchar? ¿Fui yo?- Necesito saber la verdad de su propia voz, no importa que tan duro sea.

-No, no fuiste tú como tal...

-¿Entonces por qué? ¿Por qué, Temo?

-¡Por muchas cosas, Ari! Entre ellas, como te dije en ese momento, cuando estabas conmigo no podías ser tú mismo. Pero no sólo me refiero a tu comportamiento ante la prensa o así, si no también tu forma de ser conmigo cambió.

-¿De qué hablas?

-Exactamente de eso... dejaste de hablarme.

-¡Eso es absurdo! ¡Estábamos juntos todo el maldito tiempo! Hablábamos constantemente...

-Eso no es del todo cierto...Por un lado estaba todo lo que querías decirme, y por otro, lo que realmente decías. Me dolía mucho que fueras así conmigo... podía entenderlo de todo el mundo, pero no de ti... Sabía lo que algunas personas pensaban de mi papel en tu vida y cómo eso afectaría tu carrera porque todo estaba en tu contra; pienso en lo que nos pasó con Rufo, fuiste honesto y eso nos salvó, pero por alguna razón, esa vez decidiste no serlo.

-No quería perderte ni que te sintieras responsable por algo que ni yo entendía... sabes que yo habría hecho cualquier cosa por ti.

-Lo sé... siempre has intentado protegerme.

-Lo dices como si fuera lo peor que podría hacerte.

-Ari.. a veces tu actitud me daba a mi un papel de víctima. Sé que no era tu intención pero ese era el resultado. Además, en tu afán de querer protegerme de todo, me ocultabas cosas y eso me alejaba de ti... como dice Martín "no hagas cosas buenas que parezcan pendejadas".

-¿Martín? ¿Qué chingados va a saber él?

-Sabe demasiado, la verdad. Su papá es compositor y su mamá fue actriz. No tenían mucho tiempo para él y sus abuelos terminaron criándolo.

-No bueno, pues pobrecitos los dos.- digo con evidente sarcasmo.- O sea ¿qué es esto? ¿un club del dolor por tener personas que trabajan en el medio artístico y yo por eso no puedo formar parte de él?.- Temo se queda pensando un poco, luego suelta con calma

-Quizá no es un club del dolor, pero si uno de culpa. Culpa por "detener" la carrera de alguien a quien no sólo amas, sino también admiras.

Al escuchar estas palabras, ya me encuentro al borde de las lágrimas, pero como ha sido mi costumbre desde hace años, la ira amenaza con sustituirlas.

El corazón a veces se equivoca [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora