Capítulo 10

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Entraron a la pequeña isla tomando lo necesario de Ursula pensando a la vez donde podría estar el cofre, si a simple vista o escondido. En eso, una oscura y voluminosa nube se formó encima de la isla avisando que en cualquier momento llovería.

—Tienen que estar bromeando—susurró William maldiciendo una y otra vez.
—Que raro...—decía uno de los tripulantes, todos miraban sorprendidos la oscuridad que vestía ahora la isla mientras caminaban en fila por los frondosos bosques extrañamente algo húmedos.
—¿Entonces ahora tendremos que buscar por nuestra cuenta? ¿Qué esperaba tu padre? ¿Que cuando llegáramos lo encontraríamos de inmediato? ¡Nos tomará días saber siquiera dónde está!—el marinero estaba alterado, a pesar de lo pequeña que puede ser a comparación con otras islas, tiene bastantes kilómetros y no le gustaría estar ahí más de lo necesario.
—No me hable como si fuera mi culpa, ¡yo ni siquiera sabía que existía tal cosa!—vociferó el príncipe el cual tenía un ropaje menos elegante.
—Bueno, eres lo más cercano al rey que tengo al lado ¡lo es!
—¿Entonces soy un irresponsable que aceptó la idea de mandar a quince tripulantes a dar vueltas en una isla?
—No pudiste describirlo mejor—halagó el pirata con sarcasmo, quien momentos después sintió en la parte posterior de su cabeza un fuerte golpe provocado por una áspera y dura roca—¡auch! ¡¿Y eso por qué?!
—¡No me compare con mi padre!
—Realmente no me das muchas razones para no hacerlo.

Mientras caminaban y buscaban el corazón de la isla los tripulantes iban atrás mirando la discusión a largas distancias con interés y burla, ni aun siendo amantes esas peleas han parado y aún parecían enserio.

—Tendremos que dividirnos si queremos salir de aquí lo antes posible—ordenó el pirata.
—Ocho se van conmigo, siete con usted—habló con autoridad el joven con la idea de deshaserce por un rato de las burlas del pirata.
—Hecho—Willian parecía comprender la idea y ambos se dieron la espalda tomando caminos diferentes con sus tripulantes.

Jorge estaba enojado realmente, pero no por William, más bien porque tenía toda la razón sobre lo de su padre, ¿por qué lo envió a este viaje? La corte podía fácilmente vigilarlo y traer todo sano y salvo, Jorge solo ha servido para estorbar y el que tengan más preocupaciones al protegerle, sin embargo este viaje no le ha desagradado del todo, si su padre nunca le hubiera elegido para asistir a esta aventura en su nombre y conocer al pirata Bellamy, es probable que aún hubiera seguido haciendo tontos deberes reales, y jamás hubiera podido elegir en que podía escoger otra vida para ser feliz.

No se dieron cuenta cuando oscureció ya que no se distinguía la noche de las oscuras nubes, la tripulación se volvió a reagrupar cerca de la playa de la isla, hicieron una enorme fogata para iluminarles contando que aún no veían rastro del cofre y tachando los lugares que ya revisaron. Era una isla muy extraña, se escuchaban pasos aún cuando nadie caminaba y un silbido el cual no podías distinguir si era el viento o de una persona, te sientes observado a cada minuto y ves sombras por doquier tratando de convencerte a ti mismo de que solo fue tu imaginación. Muy extraño.

—Solo hemos revisado por encima el sur y el oeste de la isla, mañana temprano volveremos a revisar antes de ir al norte y este—le comunicó William al joven príncipe.
—Me parece bien, propongo que deberíamos de esparcirnos más, quizás tengamos más suerte—le contestó.
—De acuerdo.

Ahí había acabado el tema, William se sentía muy cansado y tan solo quería apartarse del grupo para descansar profundamente, además aún estaba rencoroso por el golpe que el príncipe le había dado, pero se lo merecía en el fondo, le había provocado. Se sentó entre unas rocas que podían servirle de espaldar y la tierra a sus pies no estaba tan húmeda, no sentiría ninguna incomodidad, cruzó sus piernas y llevo sus manos detrás de su cabeza suspirando el estrés que sentía al recordar lo difícil que será encontrar ese maldito cofre. Sabía que había ruidos raros en la isla, y si no se hubiera percatado de que el príncipe era quien estaba enfrente suyo probablemente hubiera saltado del susto. Miraba al joven como tenía sus manos detrás de la espalda con una inocente mirada de arrepentimiento.

Mi Tesoro Más GrandeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora