Capítulo Especial

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Este no es un final alternativo, solo es como una nueva versión de la misma historia, espero les agrade también.

(9 de agosto de 2017-Inglaterra, Londres)

El sol no había salía aquella mañana por culpa de la grises y espesas nubes que tapaban todo Londres, parecía querer llover, la meteorología lo había dicho, pero desde ayer se rehúsa a caer el agua.

—Entonces es importante que vayas Frederick, ya que...

El joven ingles prestaba la menor atención a su padre. Ambos iban en la parte de atrás de su limusina por las transitadas calles, discutían acerca de por qué es importante que la familia real vaya a la especial reunión al palacio presidencial, y de cómo sería buena idea que llevara a su novia Wilhelmina Charlotte. El rey se explayaba mucho para explicare todo y cada uno de los detalles a su hijo, cuando este solo escuchaba: blah, blah, blah...

—Sabes que no quiero ir, ¿por qué me obligas?
—Porque es importante.
—Para mí no.

El hombre mayor le miró seriamente, a lo que el joven rodó los ojos y se recostó de asiento cruzando los brazos.

—Lo siento.
—Entiendo que sea aburrido para ti, pero al menos esfuérzate por nosotros, después, dejaré que vayas a donde quieras.
—¿A donde iré? No tengo amigos y me la paso todo el día en ese enorme y viejo castillo...

El príncipe seguía con la vista fija en las ventanillas deslumbrando el negro cielo.

—¿Qué tal el hijo del Rey Felipe?
—No puedo creer que hables enserio.

El rey puso una mano en su hombro llamando toda su atención y sonriéndole.

—Quizás si sales un poco hagas nuevos amigos, solo si cumples con tus deberes.
—...Bien—(bien sabes que no es verdad).
—Buen chico—le revolvió el pelo y acaricio su mejilla.

El príncipe no es un muchacho rebelde, es educado, responsable y humilde, si tiene que dar un discurso en lugar de su padre, lo hace, es obediente y prefiere desvelarse haciendo tareas o leyendo viejas historias sobre piratas que jugando videojuegos o viendo televisión. Hace todo lo que le dicen, y a pesar de todo, no quieren darle ni tres minutos de libertad para conocer el ámbito más rural. Claro que tiene amigos que no pertenecen a la realiza o a la política, pero está tan encerrado que parece no tenerlos realmente.

Mientras el semáforo se puso en rojo se veían en las aceras un parque un tanto especial para el mundo del arte, siempre en las ferias de música o pintura, danza o cine hacían sus reuniones en aquel parque, Jorge lo había conocido apenas el año pasado, cuando su taxi tuvo que tomar un atajo y le pidió amablemente unos minutos para divisar y explorarlo, se había prometido ir este año y el siguiente. Pero como en aquellos días artístico el parque estaba repleto de grupos y música, ahora en días normales y en especial lluviosos estaba completamente vacío. El estanque de patos era la única motivación que les daba a las personas el resto del año para ir allí, y valía la pena, era un estanque precioso, y tienen la ventaja de que siempre los patos estén hambrientos por pan, así puedes alimentarlos.

—Quiero caminar un rato.
—¿Disculpa, hijo?
—Quiero caminar un rato solo, ¿puedo?

El rey alzó una ceja mirando la cara de súplica y llena de chantaje del príncipe.

—No creo que debes, va a llover.
—Meteorología dice eso desde ayer y no ha pasado nada.
—No creo que sea buena idea.
—¿Ahora no puedo siquiera caminar solo? ¿Qué? ¿También debo de llevar a un guarda espaldas?
—Frederick, no puedes ir a ninguna parte tú solo, y lo sabes.
—¿Por qué? Los asesinos seriales no anda informándose a cada momento si el príncipe irá solo al parque o no.
—Frederick...
—¡Tengo 19 años! Estoy bastante mayor para salir solo.
—No quise decir eso, es que...
—De verdad, a veces mi siento encerrado en una jaula.

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