Capítulo 37

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DARYL

La mano de Miranda se aferra a la mía mientras avanzamos hasta la habitación donde Evan a instalado a Cecilia, al entrar la veo sentada en el borde de la cama, parece agotada, al escuchar nuestros pasos levanta su mirada hasta encontrarse con nuestros rostros, cuando ve a Miranda suspira como si hace mucho no hubiera podido respirar bien y ahora lo a hecho.

- Creo que hay mucho que necesitan saber. - dice de manera tranquila con su mirada fija en mi mujer.

- ¿Porque?. - suelta Miranda esa pregunta que sonó más a una súplica.

Los ojos de Cecilia se clavan en los suyos y esboza una tímida sonrisa.

- Yo nunca quise dañarte, dios sabe que nunca he querido hacerlo. -

- Entonces ¿porque lo hiciste?. - la acusa.

Evan se acerca y coloca una silla para Miranda, le agradezco con una sonrisa que él me devuelve, casi la obligo a sentarse, porque vaya que si es terca esta mujer pero lo que menos necesita es estar incómoda, ella y mi hijo son lo único que me mantiene en pie, los amo demasiado.

- Siempre fuimos Salvatore y yo contra el mundo, papá y mamá murieron estando nosotros muy pequeños así que él tomó el mando de nuestro hogar en sus manos, siempre fuimos una familia rota, estábamos tan deseosos de sabernos amados que eso nos hizo convertirnos en esto. -

Por un momento sus dedos se deslizan ansiosos por el dobladillo de su blusa hasta que los entrelaza para dejar reposar las manos sobre sus muslos.

- Cuando conoció a tu mamá pude ver una felicidad en mi hermano que tenia años no veía, ella era su mundo, lo hacia feliz y él a ella o al menos así era al principio hasta que Salvatore comenzó a cambiar, se adentró en este maldito mundo donde solo importa el poder y el dinero. - bufa. - Pero de nada sirve eso cuando pierdes a los que amas, eso hizo él, comenzó a perderla cuando le dio el primer golpe, intenté detenerlo pero obtuve lo mismo que ella, Salvatore se había convertido en un monstruo sediento de avaricia y poder, tenia todo lo que podía desear excepto el amor de la única mujer que el amó, por eso cuando Greg llegó aquella tarde para visitarnos como siempre lo hacía y vio por primera vez a tu madre lo supe, era el final a la tortura de tu mamá pero era el inicio de la de mi hermano su mujer se había enamorado del que él consideraba su mejor amigo, pero él se lo merecía, por eso no le dije nada cuando ví a quien se había convertido en mi mejor y única amiga ser feliz con un hombre que la amaba, Greg había llegado para ser esa luz de esperanza que ella necesitaba, porque ella estaba rota, no era ni la sombra de esa hermosa mujer que llegó enamorada a compartir su vida con quien ella creyó era el amor de su vida pero que sólo se había convertido en su verdugo, no podía verla así por más tiempo así que........ yo le ayudé a Greg a que escaparan. -

Los ojos verdes de Miranda se abren como platos ante la declaración de Cecilia.

- Mamá dijo que había sido un amigo de papá el que la ayudó. - asiente.

- Si, pero no te dijo que era su cuñado, él lo hizo con mi ayuda, ambos los ayudamos, yo amaba a ese hombre más que a mi vida y quería salir también de esa cruel prisión. -

- ¿Era tu amante?. -

- Era mi todo ese hombre tenía su propia lucha interna y creo que nos complementamos a veces las personas que sufrimos nos apoyamos, creo que sin siquiera planearlo su corazón roto encajo perfectamente en las pocas piezas que quedaban del mío, él tenía un hijo al que amé desde el momento en que lo ví y una hija la cual le había sido arrebatada de sus vidas. -

Ilegal (is it love Daryl) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora