Existen personas que viven en un mundo de perdición, tú las has juzgado lo sé, pero ¿Te has puesto a pensar que los llevó a llegar a ese mundo?
Yo no soy la persona más legal del mundo pero si de algo puedes estar seguro, es que defenderé a los que...
Las siguientes semanas fueron raras, Daryl venia por mi cada día después del trabajo, pero ya tiene una semana que no se de él, no me llama, ni un mensaje, he estado tentada a ir a su casa pero siempre freno unas calles antes y me regreso, para colmo Colín pidió mi cambio de piso, argumentando que ya no puede enseñarme más cosas, como si me hubiera enseñado algo, con su mal genio tuve que aprender todo yo sola con tal de no ver esas miradas frías y ese gesto arrogante, lo odio. La oxigenada me mira y se ríe a veces pienso que ella sabe algo que yo no, ¿Y si lo que me dijo de Daryl era cierto? Después de todo ya hace dos meses que salimos, no es que seamos algo, pero puedo notar en él algo que me gusta, que me atrae, pero tal vez ya pase de moda o se consiguió otra chica, quizás yo no fui importante para él. Papá y mamá se quedarán un tiempo más en París por los negocios de papá, por lo cual he decidido mudarme a un hermoso apartamento bastante amplio.
—¿Te pasa algo? — me pregunta Matt que desde hace unos días es mi nuevo tutor, sus ojos me recuerdan a los de Daryl, (es obvio son gemelos, genia 😑).
—Nada, solo es... (Piensa rápido Miranda)... estoy pensando que aún me quedan algunas cosas que debo llevar a mi apartamento.
No sabía que podía mentir así y más al único amigo que tengo ya que Alana decidió irse a Londres, se que es una gran oportunidad de trabajo para ella pero eso no hace que la extrañe menos.
—Yo te ayudo. — pone su gran sonrisa. _Le puedo pedir a un amigo su camioneta para llevar tus cosas.
—Sabes que eres un amor ¿Verdad?, eres como mi príncipe azúl que siempre me rescata. — le digo jalándole las mejillas mientras él se sonroja.
—Basta Miranda, que me harás perder el encanto de tipo rudo. — ambos nos vemos y soltamos una carcajada.
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A la hora de salida, Matt me pide que lo siga, llegamos con un amigo suyo al que le había llamado para pedirle la camioneta. Me acompaña a casa de mis padres y posteriormente a mi nuevo hogar.
—Bienvendo a mi casa. — le indico abriendo la puerta e invitándolo a pasar. Matt camina hasta la amplia sala y deposita mis maletas en el piso.
—Vaya casita que tienes. — dice silbando.
—No es ningún mérito, papá me lo regalo al entrar a la universidad, pero nunca me había atrevido a vivir sola.
—Pues es que aquí caben varias personas, no habría necesidad de que estuvieras sola.
De pronto recuerdo lo que me dijo hace unos días
—Oye Matt ¿Ya solucionaste tu problema con el apartamento? — él niega.
—Aún no, pero ya saldrá algo, me tocará ir a vivir a casa de Daryl un tiempo, aunque ahorita no es buen momento porque... — guarda silencio y se encoje de hombros, como si el solo nombrarlo fuera algo que no debió hacer.
