Virgo ( h ) x Sagitario ( m )

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Los días en el pequeño pueblo al norte de México sinceramente no estaban siendo de lo mejor. Temperaturas de más de 35º grados y menos de 1º grado se hacían presentes constantemente. Durante estos días de extremas temperaturas, Sagitario, una chica con un gran carisma se encontraba caminando hacia sus clases rutinarias. Bueno, en realidad se encontraba corriendo. Llegaría 10 minutos tarde seguramente. Todo estaba bien hasta que algo interrumpió su carrera. O mejor dicho alguien.

- Fíjate por dónde vas, quieres? - preguntó molesta la chica en el suelo frotando su espalda, que había recibido un gran azote.
- Lo lamento, déjame ayudar. - Aquel chico con voz reconocida le extendió la mano. Sagitario la rechazó, pues aún no sabía quién había sido su "agresor".
- No necesito ayuda. - masculló la orgullosa chica sacudiendo sus ropas. Al momento de levantar la vista se encontró con su compañero de clase. Virgo Piersman. Sagitario tomó un color carmesí en sus mejillas, pues aquel chico de ojos marrones había sido su novio de juego cuando estaban en el preescolar. Y hacía años que no lo veía.
- De acuerdo, supongo que entonces no te ayudaré. Nos vemos - el chico se volteó y siguió con su camino, dejando a una Sagitario muy enfadada, pues la había abandonado ahí a mitad de camino!
La chica bufó y continuó con su recorrido a la escuela. Dos, tres, cuatro, cinco, seis cuadras enteras recorrió. Hasta que por fin logró dar con su destino. Sin embargo las puertas de la escuela ya estaban cerradas. Sagitario sin muchas ganas de hacer lo que estaba a punto de hacer ingresó a dirección por la entrada a los padres de familia que siempre estaba abierta.
- Buenas tardes señora directora. Me preguntaba si podía pasar a clases. - Dijo de manera "amable"¿ pues estaba completamente enfadada con la vida.
- Es la tercera vez que llegar tarde esta semana. ¿Por qué debería dejarla pasar? - preguntó la directora con semblante serio.
- Por qué he estado tomando tutorías, y he llegado tarde por qué me he desvelado haciendo trabajos. - dijo con sinceridad. Es verdad, estaba teniendo tutorías y había estado trabajando hasta noche. Sin embargo esas tutorías no eran de ninguna materia de las clases. Pero la directora no tenía por qué saberlo.
- De acuerdo. Puede pasar. Pero que sea la última vez. - Replicó la directora.
Sagitario salió de la oficina de la autoridad suprema y caminó hacia su clase. Tocó tres veces y abrió la puerta.
- Buenos días profesor. - dijo para pasar al salón.
- Señorita Sagitario. Es una pena que hayan tomado su lugar. Puede sentarse a lado del nuevo. - Sagitario volteó hacia atrás y se topó con aquellos ojos marrones. El chico se limitó a volver a su trabajo de química. Sagitario comenzó a caminar, a cada paso se ponía más nerviosa, había tratado mal a aquel chico y ella lo sabía. Al final tomó asiento a lado del chico.

- Hola. Oye, quería pedirte perdón por lo de ahorita en la mañana. Venía apurada y frustrada. Pero me gustaría saber si quisieras dejar eso atrás y ser mi amigo. - Comentó Sagitario dejando salir el aire que retenía. El chico no le hizo caso.
- Disculpa? Hellow? - Mascullaba la chica pasando una mano por en frente de sus ojos.
El chico de nombre Virgo retiró la mirada de sus apuntes para dirigirla a la chica pelirroja que lo acompañaba.
- Perdona, me hablabas? - preguntó Virgo, quien se retiraba un audífono. Sagitario bufó y negó con la cabeza. Esto estaba siendo agotador. El chico miro de nuevo a la pelirroja que ahora se encontraba mirando hacia el suelo.
- Espera. Tú no eres Sagitario? - Preguntó el chico. La chica se sorprendió. El si se acordaba de ella.
- Emm... Si, soy yo. Si me recuerdas? - Preguntó un poco aturdida y nerviosa. Como no estarlo, pues frente a ella tenía a aquel pequeño niño que alguna vez conoció, tan caballeroso y sonriente.
- Ya decía yo que te conocía de algún lado. No te veo desde... - El chico trataba de recordar.
- Preescolar. - Masculló la pelirroja.
- Claro, preescolar. Cuando "Terminamos". - dijo entre comillas, refiriéndose a su noviazgo de infantes.
- Si, se me hacía raro no haberme topado contigo antes. Pensé que te habías mudado. - Comentó la pelirroja entrando en un ambiente de confianza en el que los dos podían platicar sin temor alguno.
- Pues de hecho si lo hice. Pero regresamos. Y aquí me ves. - Dijo con esa sonrisa que Sagitario extrañaba desde que había cumplido los 2 años. La chica sonrió junto con el.
- Perdona por lo que sucedió en la mañana. Estaba apurada. - Comentó con Peña Sagitario bajando la mirada.
- Habría hecho lo mismo si fuera tu. De todos modos, quien quiere ayuda cuando eres una mujer independiente. - Dijo Virgo mirando a los ojos a la chica, que se sonrojó levemente, un sonrojo que pasaba casi desapercibido, pero no para el rey de los detalles.
- Señor Virgo, señorita Sagitario. Les gustaría explicarnos la clase que acabo de dar? - Preguntó El profesor molesto. Sagitario ya se había puesto nerviosa, pues cuando platicaba no le ponía atención a nada más que a la persona que le hablaba.
- Con mucho gusto señor. Lo que usted acaba de explica, en resumidas cuentas refiere a que si nosotros mezclamos el hidrógeno químico con el mercurio se podría desatar una terrible y devastadora explosión que podría acabar con la raza humana. Es por eso que ambas sustancias se mantienen alejadas la una de la otra por todo el mundo.- Explicó con calma el chico de ojos marrones.
- Lo subestime Señor Virgo. Continuemos con la clase. - Sagitario miro a su amigo y ex-novio de la infancia con cara de sorpresa.
- Que? No puedo disfrutar de platicar con una amiga y prestar atención al mismo tiempo? - Preguntó Virgo. Sagitario sonrió y negó para prestar atención a la clase nuevamente.

One-Shots de Virgo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora