Virgo ( H ) x Aries ( M )

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Virgo era conocido como alguien emocionalmente inestable. Todo el mundo lo reconocía por eso, sin embargo había una chica que era más terca que una mula y decidió entablar una amistad con este muchacho.

El nombre de la muchacha es Aries. Esa pelirroja simpática y amable, ¿quién llegaría a pensar que terminaría enamorada del chico sarcástico, misterioso y explosivo? Pues así era, y para su suerte consiguió tener una muy bonita amistad con Virgo.

Virgo caminaba hacia la escuela a paso apurado, mucho más serio que de costumbre. En el camino se topó con su pelirroja amiga.

- Hola Virgo. - Saludó con emoción por verlo una vez más. Le encantaba pasar tiempo con él.

- Hola Aries. - Respondió seco, Aries se sorprendió ante la actitud, normalmente Virgo bromeaba con ella llamándole enana o pequeña, incluso le decía troll. Pero a ambos les parecía divertido.

- ¿Estás bien? - preguntó Aries preocupada.

- No Aries, no estoy bien, y no quiero hacerte nada, así que por favor, déjame solo. - Pidió Virgo acelerando el paso. Aries estaba confundida ante la respuesta tan directa, pero no se detendría hasta saber que era lo que había ocurrido. Ella había logrado hacer al muchacho sonreír y le encantó, quería verlo sonreír otra vez. 

Las clases comenzaron, y de vez en cuando le lanzaba notitas a Virgo, quien las tomaba, las leía y las arrugaba para después tirarlas al cesto de basura. Aries fruncía el ceño cada vez que veía a Virgo levantarse para desechar sus notas. 

Una vez en el almuerzo, Aries trató de alcanzar a Virgo, quien caminaba sin rumbo, incluso se pasó la cafetería. Muchas veces, las amigas de Aries le decían que era inútil lo que intentaba hacer.

- Aries, déjalo. Si sigues así te va a lastimar. - Dijo la amiga de Aries, Piscis.

- No me importa, no me gusta verlo así, no lo conoces como yo. - Soltó Aries algo molesta, soltándose del agarre que Piscis tenía sobre su muñeca.

- Debe de haber una buena razón por la que no tiene amigos. - Agregó Piscis, haciendo enojar mucho más a Aries. Quien caminó lejos con el ceño fruncido. Buscó con la mirada al muchacho, sin embargo lo perdió de vista completamente, y maldijo por lo bajo. 

Se dio la vuelta dispuesta a irse cuando choca con alguien. Era uno de los chicos más peligrosos y machistas de la escuela, Capricornio.

- ¡Idiota! ¡Mira por dónde caminas! - Aries tembló ante el tono de voz del muchacho frente a ella, tragó de golpe y lo miró nerviosa.

- Lo lamento, solo me iré. - Aries trató de rodear al chico, pero éste le tomó por la muñeca con fuerza. Aries se quejó, ante el fuerte agarre.

- ¡Me haces daño! ¡Suéltame! - Exclamó Aries, mucha gente que pasaba por ahí los miraba pero pasaban de largo. Sin embargo, había alguien en específico que miraba, y comenzaba a enojarse.

Después de que Virgo logró librarse de la chica, suspiró pesadamente. Al menos ya no tendría miedo de llegar a dañarla. Hasta que escuchó la potente voz de Capricornio y la nerviosa voz de la pelirroja. Virgo se dio la vuelta y comenzó a abrirse paso entre las personas que miraban y grababan.

- ¡Te voy a enseñar a respetar tu lugar! - Virgo estaba a punto de saltar, al ver el brazo de Capricornio elevarse a punto de golpear a la pelirroja que estaba muy alarmada. Pero entonces vio como alguien más sostenía el brazo de Capricornio.

- Capri, amigo. Tu eres el que debería aprender a respetar a las mujeres. - Virgo frunció el ceño al ver el rostro de Sagitario. Capricornio soltó un bufido y se alejó, muchas personas comenzaron a murmurar.

One-Shots de Virgo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora