Capítulo 22: Un malentendido puede resultar caro (2)

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Parte 2:

Como una tromba, varios hombres entraron en el bosque de Rupet, por distintos sitios. Sin dar tiempo a nada, comenzaron un asedio contra la escolta. Aquellos hombres, no obstante, solo se concentraron en aquellos viajeros que, de buena fuente, sabían que acompañaban a Kouta Muranushi.

—¿¡Garp!? —Gaspar miró con ojos desorbitados al hombre del gremio—, ¿¡qué cojones estás haciendo!?

—¡Es un traidor! —gritaba Garp—, ¡Kouta Muranushi es un traidor!

***

Momentos antes:

Los aventureros del gremio habían detenido su marcha. Estando cerca del bosque de Rupet, Garp tomó un catalejo para explorar a la distancia. Después de horas de avance a marchas forzadas, finalmente visualizaban su objetivo.

—Ahí está, viaja casi a la cabeza —dijo Garp—. Solo Anthony y el príncipe viajan por delante, a prudente distancia.

—¿No se deshizo de la escolta? —preguntó uno de los aventureros—. ¿Qué está pasando?

—No lo sé —respondió el hombre, confundido.

No parecía haber nada raro con aquella partida. Garp se cuestionó si el chico estaría tendiéndoles una trampa. Una suposición que tomó fuerza cuando Andy estalló colérico:

—¡Es obvio que los está engañando! —exclamó—. ¡Es su especialidad!

—No te preocupes, Andy —lo calmó el hombre. Después alzó la voz, dirigiéndose a todos los que lo acompañaban—: ¡Entremos e inmovilicemos a todos los hombres de Kouta! ¡No dañen a nadie!

—¿No deberíamos acercarnos con calma? —preguntó el rastreador del grupo—. Quizás estemos malinterpretando todo.

—No quiero arriesgarme —Garp guardó el catalejo en sus alforjas—. Lo averiguaremos una vez que los hayamos disminuido.

***

Los aventureros crearon un pandemónium en un instante. Ningún caballero de Azelleb, por alguna razón, había dado la alarma al verlos acercarse por el valle. Así mismo, Odette y Kenji habían sido tomados por sorpresa.

—¡¿Y esos quiénes son?! —se cuestionó Kenji.

El larguirucho saltó del caballo, siendo el objetivo de dos aventureros. Su poder de desaparecer le fue de gran ayuda para escapar de sus repentinos opresores.

Odette no contó con la misma suerte. Fue apresada del brazo, de manera violenta, por la persona que menos hubiera querido ver. Su hermano la tenía aferrada, con una expresión más bien sádica en el rostro.

—Hola, hermanita —saludó Andy Lowell.

—N-no... —Odette perdió el aire de tan solo verlo—. ¿Por qué estás aquí?

—¡Chico! —Garp pasó a su lado a toda prisa—. ¿¡Ella es tú hermana!?

—¡Sí, señor Garp! —respondió Andy, ocultando todo rastro de malicia—. ¡La llevaré a un lugar seguro! ¡Creo que el chico que buscamos la confundió con algún hechizo!

—¡Suéltame!

Todo era un caos. Los caballeros en un principio no sabían si detener a aquellos hombres, pero se lanzaron al ataque cuando intentaron verificar el contenido del carruaje. Del vehículo salieron Alfred y Chikara. Ambos, creyendo que aquél era el ataque de los asesinos, respondieron al asedio con mayor contundencia.

—¡Esperen! —gritó Garp a la escolta—. ¡Es posible que estén siendo engañados por el chico Kouta!

—¡No digas idioteces! —reprendió, Alfred—. Yo solo veo un puñado de gente atacando a traición. [Accel]

Hanazonoland: La búsqueda de la heredera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora