Capítulo 27: Un sólido grupo (4)

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Parte 4


Ambos se quedaron en silencio, mirando como Ryuuta se acercaba en completa calma hacia los violentos árboles. Sin vacilación llegó hasta la jaula boscosa, donde extendió una mano. Pequeñas flamas comenzaron a emerger lentamente de su palma.

—Te convoco, Feradrina —dijo con voz grave—, manifiesta un poco de tu poder en este mundo.

Las llamas se extendieron, carbonizando cada árbol que Odette había invocado por error, sin esfuerzo alguno. Ahora el caballero de Azelleb tenía ante él a un grupo bastante variado: una elfa cansada, un chico de piel pálida, un limo a medio derretir, y una kitsune bastante sucia. Todos mirándolo mitad agradecidos, mitad confundidos.

—¿Quién es este señor ~degozaru?

Ignoró a la pequeña, aunque no lo hizo por falta de respeto alguno. No iba a perder de vista al hombre moreno que retrocedía lentamente, mirándolo con evidente miedo.

—¡Vaya! —exclamó Ryuuta, con una gran sonrisa que dejaba ver sus afilados dientes—. ¿Qué le ha pasado al supuesto gran Liebert? ¿Es qué estos chicos fueron mucho para ti?

Soltó una carcajada. Su tarea, encargarse de un miserable de clase Vasallo, era algo sumamente sencillo para él, pero aquellos chicos ya habían hecho casi todo el trabajo.

—Bien, podemos hacer esto de dos maneras —Ryuuta posó una mano en la espada que llevaba al cinto—. Puedes acompañarnos con unos huesos rotos, o puedo llevar solo tu cabeza.

—¡NO ME JODAS!

La vena en la sien del asesinó saltó mientras invocaba una veintena de brazos de roca detrás de él. Su cuerpo tembló debido al esfuerzo, amenazando con desfallecer, pero no se iba a rendir sin pelear.

Ryuuta hizo un ademán a los chicos que tenía a un lado para ordenarles que se retiraran. No tardó en ser obedecido, pues confiaban en que él sería capaz de lidiar con la situación, e iba a demostrar que así era.

Retrocediendo, con Kenji a cuestas, Felt pudo admirar el verdadero poder de un caballero de alto elite perteneciente al gran continente.

Le sorprendió que, aun viéndose asediado por tantos ataques a la vez, al hombre dragón le bastó con emitir un potente rugido, un rugido que era completamente idéntico al de un verdadero dragón de las montañas, para rechazar el ataque.

El grito destruyó por completo todas las extremidades, golpeando de lleno al asesino y arrojándolo contra el suelo. Aunque Liebert intentó reincorporarse, Ryuuta saltó sobre él y, con un solo golpe de sus escamosos puños en el rostro, quedó fuera de combate.

En dos simples movimientos, sin esfuerzo alguno, aquél semi-humano había derrotado al tipo que a ellos tanto les había costado igualar. Esas eran las verdaderas fuerzas a las que la elfa aspiraba.

—Tiene que ser una broma —Kouta no podía creerlo—. ¡¿En serio lo venciste de un golpe?!

—No sé porque te sorprende —respondió Ryuuta, con una sonrisa socarrona—. Solo era una clase Vasallo.

Kouta no estaba seguro de que pensar. Había creído que Liebert era exageradamente fuerte y resistente, pero aquél hombre dragón lo había derrotado en un santiamén. ¿Cuánta gente fuerte (y quizás problemática) habría más allá del pequeño continente?

Mientras Ryuuta tomaba como un saco de carga al asesino, Kouta sufrió un sobresalto al sentir que alguien posaba la mano en su hombro. Era Odette, quien tenía una sonrisa bastante temblorosa, y las mejillas encendidas.

Hanazonoland: La búsqueda de la heredera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora