Capítulo 27: Un sólido grupo (1)

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Parte 1

Sentía que su cuerpo podría desfallecer en cualquier momento. Haber vomitado solo le dejó una sensación de debilidad y un pulso de dolor en la cabeza. Había sido una mala idea usar [Reforce] para llegar a toda prisa.

—Hermano —Chikara se acercó a él, con la preocupación reflejada en sus ojos—. ¿Estás bien ~degozaru?

—Por supuesto —respondió, usando el más grande de los sarcasmos—. Vomitar es mi manera de animarme, ¿no lo sabías?

—Tomaré eso como un sí —dijo la kitsune, molesta.

—¡DEJEN DE IGNORARME!

Kouta pensó que el grito de furia de Liebert estaba de más. Solo a un idiota ignoraría a un tipo que no paraba de arrojar puños de roca con intensiones asesinas.

Se veía bastante estúpido corriendo de un lado a otro, esquivando al azar los descomunales brazos que trataban de caer sobre él. No le importó con tal de seguir sobreviviendo. Lo que realmente le molestaba, es que aquellos golpes también eran arrojados sobre Chikara. Aquello no lo podía aceptar.

—¡Chikara! —El chico observó a la pequeña que tenía a unos metros—. ¡Largo de aquí! ¡Lo distraeré un momento para que escapes!

—¡No lo haré ~degozaru! —replicó la chica—. ¡No te dejaré para que mueras!

—¡Idiota, voy a escapar en cuanto te vayas!

—¡Mentira! ¡No tienes la habilidad para hacer eso ~degozaru!

«¿En serio discuten una estrategia frente a mí? —pensó el asesino, incrédulo—. ¿Tan poca preocupación les causa mi poder?»

—¡NO ME SUBESTIMEN!

—¡Ya cállate! —gritaron Kouta y Chikara a la vez.

A un grito de [Reforce], Kouta saltó sobre una de aquellas extremidades de roca para usarla como puente hasta Liebert. Chikara no iba a escapar, lo había imitado y ambos se dirigían en un suicida ataque frontal.

«Posa una mano en su cuerpo —le dijo la siempre extraña vocecilla en la cabeza—. Puedes hacerlo.»

Fue el primero en llegar hasta el asesino. Trató de golpearlo con la palma de su mano en el rostro, pero fue detenido por la mano férrea del hombre moreno. Sin miramientos fue arrojado por los aires, donde una mano de roca aprovechó para abalanzarse sobre él.

«Detenlo —dijo la vocecilla, con calma—. Usa tus manos.»

Por instinto, el chico recibió el golpe con la palma de ambas manos. Sintió un agudo dolor en el codo derecho al recibir el impacto, pero también como la corriente eléctrica que atravesaba su cuerpo se liberaba en sus manos para desfragmentar en pedazos el ataque de roca, volviéndolo polvo.

El aliento le fue cortado al caer de espaldas sin ningún reparo.

Se llevó una mano al codo que le estaba doliendo, sintiendo que algo andaba mal con él. Tal vez se lo había fracturado.

No tenía tiempo para pensar en su cuerpo. Delante de sus ojos, Chikara fue rechazada por la fuerza de Liebert, siendo arrojada hasta impactar contra un árbol. Un puñetazo se abalanzó sobre su preciada compañera.

—¡Reforce!

Como un destello, se interpuso entre la niña y el golpe. Al contacto con la palma de su mano izquierda, múltiples ondas desfragmentaron la roca en un santiamén, poniendo fuera de peligro a la pequeña.

—Chikara —Kouta la miró con preocupación, tratando de recuperar aire—. Dime que estás bien por favor.

—Descuida —La kitsune logró ponerse en pie, sonriendo—. Soporto más daño que tú ~degozaru.

Hanazonoland: La búsqueda de la heredera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora