—No veía responder de esa forma necesario —dictamina Hana en un suspicaz y lento mirar—. Ya habíamos hablado sobre esa clase, no puedes eximirla.
—Pues a mí me parece un total desperdicio de tiempo.
Vaya que irá a la lista de sus respuestas épicas.
—Le pediste directamente que te expulsara de su clase porque la creías inútil. Eso no estuvo bien —le asevera la mayor de largas pestañas y labial rojo mate pronunciado—. Pero no puedo quitarte que es razonable, ahora esperemos a que Bottom te asigne una nueva materia como nos fue prometido.
Sí, porque llegaron al extremo (otra vez) de hacer arreglos con la directora. Lo más seguro es que vea el otro idioma que toma la clase superior.
—Es tan genial que la clase A del tercer año vea italiano avanzado —sonríe ladinamente y su mamá estalla de su expresión seria en risas. Mack le asiente como triunfadora con ojos cínicos.
—Siempre te sales con la tuya, pastelito de limón —ella sabe lo agria que puede ser su hija—. Hubiera amado ver la cara de esa profesora, ¿sabes? Tú padre era uno de los que hacía eso con gracias, mientras que yo era de las obstinadas que lo hacía seriamente, llegué varias veces a formar problemas en dirección, ¡hice que nos cambiaran de maestro! Eres un pequeño monstruo elocuente.
Mack ríe con la buena imaginación que le trae eso. —¡Nunca he visto a una profesora de idiomas que se abanicara, iba a desfallecer! Y con el alboroto de la dirección obvio que le reventé la paciencia. Soy receptora de su odio ahora.
—Ow, cariño, nadie podría odiarte —su madre se concentra en acariciar las mangas del abrigo de pelo rosa hasta la cintura que lleva Mack.
Sí tan sólo supiera... Un demonio en su mente ríe mientras frota sus mini-manitas.
Termina de vaciar el mocca con caramelo de Starbucks, las burbujas haciendo soniditos contra el hielo.
Su madre le está dedicando un pequeño tiempo antes de tener que abordar el jet de la familia a Bora-Bora para un contrato de bienes raíces, están sentadas en los grandes sofás de terciopelo negro de la caseta del patio.
Un empleado trae par de cócteles y la madre de Mack desliza el de alcohol moderado para ella.
—Oye, eso no es justo.
—Sólo tienes 15 —remarca la última palabra, o número—. Deberías agradecer que me arriesgue a un arresto por darle alcohol a una menor de edad.
La heredera arruga las cejas tras las gafas fendi que lleva puestas.
—Cariño tu atuendo de hoy es espléndido, lindo para el jardín —su madre intenta ocultar un minúsculo tono de burla que se proporciona mayormente por ser halagador.
—Huelo tu envidia, madre —aletea sus pestañas.
Sabe que la chaqueta de pelo rosa junto con el crop-top cuello cerrado negro y el short alto negro brillante y los botines de tacón la hacen ver como un millón de dólares.
—Tu estilo es un tanto diferente este año. Ya no es Chanel Oberlin, ahora es un plus de aquella y la combinación de un grupo k-pop con adicción al negro rosa y la página de tumblr.
—¿En serio, señora Nishi? Wow, ni yo misma me había podido describir tan bien.
—Oh, y empezaste a usar tacones más seguido, eso me fascina. Eres un icono confundido.
—Bien, digamos que aún me estoy aferrando a las botas combat y a los superstar pero lo estoy intentando al menos —ella piensa que sigue siendo algo joven, pero lo primero que desea es terminar de crecer.
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R O Y A L S H I L L H S ♡ 王室の丘 H S → b e g i n
AcakSiempre tiene que haber una escuela, un lugar, que te haga sentir inferior de la peor forma. En este caso el ejemplo exagera en magnitudes desproporcionadas. 王室の丘 (Ōshitsu no oka) entre locales, se le conoce a la célebre institución de señoritas fun...