Mi periodo estaba matándome. Las hormonas eran algo que yo simplemente no podía controlar. Extrañaba a Cedrik por las mañanas cuando él debía trabajar y los cólicos eran lo que más me mataban. Agréguenle eso al hecho de que ahora iba conduciendo camino a California Beach para pasar la tarde junto a mi madre, Dallas y la odiosa de Virginia en el parque acuático.
No podía decirle que no a mi madre, más tomando en cuenta que regresaría a Kansas el próximo fin de semana. No me quedó de otra más que ponerme un tampón. Odiaba usar tampón.
Estacioné en el lugar exclusivo para trabajadores y caminé hasta el laboratorio ya que era el camino más corto para llegar al parque acuático. Además de que quería saludar a Ced, en la mañana no se había despedido antes de irse.
Cuando llegué a la zona de cuidado, que era donde estaba, lo vi de espaldas. Hablaba con Diane quien parecía muy concentrada en la tabla y en lo que le decía Cedrik. Diane Harris era la típica riquilla que trabajaba en California Beach solo por ser hija del dueño.
Y no decía que ser hija de Gilbert Wood estaba mal, sino el hecho de creer que por ser más que otra persona ibas a intentar humillarla.
Diane había estado enamorada de Cedrik desde que habíamos iniciado a trabajar en California Beach y la mayor parte del tiempo se la pasaba insinuando que yo al lado de Ced no valía nada. Solo por ser una "simple salva vidas".
Fue la primera bióloga en California Beach en irse de intercambio y para cuando volvió ella ya estaba casada y yo ya estaba en el laboratorio. Peor para ella fue cuando su padre me había nombrado la encargada de Betty. Nunca se disculpó por ser tan grosera, y por eso disfrutaba el hecho de que le diera vergüenza verme.
Caminé hasta ellos y abracé a Cedrik por la espalda sobresaltándolo. Volteó la cabeza para ver que se trataba de mí.
-Hola, mi amor.-Lo saludé.-Diane.-Le dí un asentimiento de cabeza.
Vi como bajó la mirada incomoda.
Eso es, sufre, perra.
-Turner.-Asintió sin siquiera verme a la cara.-Yo, iré a hacer lo que me pediste.-Le informó a Ced antes de irse.
-Tú de verdad disfrutas esto.-Negó con la cabeza.
-Bueno, yo actúo como si nada pasara.-Me encogí de hombros.-La que le da mucha importancia es ella.
-Ella creé que la odias.
-¿Te lo dijo?-Enarqué una ceja.
-Me lo preguntó.-Aclaró.-Créeme que está arrepentida.
-No es mi problema.-Me encogí de hombros.-Cuando alguien está arrepentida lo mínimo que debería de hacer es enmendarse.
-Eres más dura que una piedra.-Volvió a negar.
Me encogí de hombros restándole importancia.
-Esta mañana te fuiste sin despedirte.-Hice un mohín colgándome de su cuello.
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𝐌𝐚́𝐬 𝐥𝐨𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 (Editando)
Novela JuvenilDespués de seis meses de haber terminado su larga relación, Lynn decide que quiere ayudar a Cedrik a cumplir su deseo más grande en el mundo, aun si no es a su lado. Por otro lado, Cedrik acepta con la ilusión de que Lynn se dará cuenta que con la ú...