𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟗

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Lynn Turner era la persona menos expresiva que podías conocer

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Lynn Turner era la persona menos expresiva que podías conocer. Nunca te decía como se sentía y si tú hablabas con ella, era difícil que pusiera una expresión diferente al desinteres, pero conmigo nunca había sido así, al menos no hasta la última semana.

Actuaba tan extraño, era un poco cortante y de cierto modo parecía que evitaba hablar conmigo, y dolía. De verdad dolía mucho.

La veía ir y venir de un lado a otro mientras me decía en donde me encontraría con mi próxima cita. No sabía nada de esa chica, solo que estaba en su curso de fotografía y que la vería en un restaurante que estaba en el centro de California. Lynn parecía nerviosa, en la mañana Dave le había mandado un mensaje en donde le decía que podrían ir a visitar a Annie al hospital. Sabía lo importante que la niña era para ella y sabía lo asustada que estaba con respecto a su condición, por eso le había pedido que cancelara la cita con Caly. Quería estar con ella en un momento difícil, pero solo obtuve un rotundo no por respuesta. No sabía qué más hacer para regresar la actitud de mi novia. Sentía que desde aquel día que se había enterado de lo que habíamos hecho con Sed, la perdía poco a poco.

-Te esperará allá saliendo del trabajo ¿De acuerdo?-Hablaba mientras buscaba sus zapatos bajo el sofá.

-Nena...-Intenté llamar su atención. Ayer había llegado muy tarde del trabajo y se veía muy cansada por lo que decidí dejarla descansar, pero aún había algo que no me dejaba descansar.

-Dime.-No me prestaba atención.

Cuando se levantó vi la oportunidad de tomarla de la cintura, jalé de ella posicionándola sobre mi regazo. Solo entonces me miró a la cara.

-Cedrik... se me hará tarde.-Intentó ponerse de pie.

-¿Podemos si quiera hablar de todo lo que esta pasando en California Beach?

Parpadeó un par de veces antes de captar de lo que estaba hablando.

-Sabes que eso no es verdad, Cedrik.-Murmuró.

-Lo sé.-Pasé un mechón de su cabello detrás de su oreja. Tomé sus brazos que estaban cruzados y los pasé por mis hombros para tenerla más cerca.-Pero quiero asegurarme que esto no está afectándote.

-¿Alguna vez me afectó lo que dijeran de mi?.-Enarcó una ceja. Suspiró.-Escucha, ya nos ha pasado una vez, tú mismo lo dijiste. Ellos se van a aburrir del tema y... lo dejaran de lado.-Parecía que ella intentaba convencerse.

-¿Segura que estás bien?

Asintió. Sus manos fueron a mi cabello, de ahí bajaron a mi rostro mientras de manera distraida observaba mis labios. Pasó su pulgar sobre estos y se inclinó un poco antes de darse cuenta de lo que hacía. Alejó sus manos de mí y quitó mis manos de su alrededor poniéndose de pie. Carraspeó su garganta.

-Llegaré un poco tarde. Divierte, ¿Si?-Me dio una plana sonrisa.

Asentí.

-Lynn.-La llamé cuando ya estaba por la puerta.-Te amo-dije cuando volteó a verme.

𝐌𝐚́𝐬 𝐥𝐨𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora