No había podido salir de las sabanas de la cama, mi ropa de todos los días eran unos pants holgados y una enorme playera que era de Cedrik. Mi cabello de seguro estaba demasiado enredado debido a que ni siquiera tenía ánimos de pasarle un peine y todo el tiempo estaba atado en un terrible moño.
Entre semana me sentía tan sola cada vez que Cedrik se iba a trabajar a pesar de que su madre venía todos los días para ver como me encontraba, pero yo no quería a nadie a mi alrededor a pesar de aquel sentimiento. Sentía que no merecía ni la más mínima gota de pena por nadie. No la quería en primer lugar, solo quería que me dejaran sola.
Eran las cuatro de la tarde cuando sentía como mi estomago rugía. No me daba mucha hambre últimamente, por lo que el doctor me había recomendado que en cuanto sintiera la necesidad de la comida, lo aprovechara. Aún llevaba mi tratamiento contra la anemia por lo que no me convenía estar ayunando por tanto tiempo si quería terminar por completo con él.
Con mucha pereza y sintiéndome un poco mareada debido a que me la pasaba casi todo el día tirada en la cama, salí de la habitación y caminé hasta la cocina.
-No estoy segura, mamá.-Escuché la voz de Ceci ¿A que hora había llegado?
Iba a entrar a saludar, pero algo me detuvo.
-Conoces a Lynn, Ceci.-Escuché decir a Cira.-Sabes que la quiero, pero la creo demasiado capaz.
-Mamá...-Parecía que la regañaba.
-Es demasiado extraño que se negara a tener hijos y que de la nada cambiara de opinión. No me sorprendería que lo haya hecho a propósito.
Parpadeé intentando convencerme que no se refería a lo que yo pensaba.
-Mamá ¿Te estás escuchando si quiera?.-Parecía que Ceci estaba molesta.-Lo más seguro es que este procedimiento haya sido muy doloroso para ella no solo mentalmente, también física ¿Por qué iba a hacerlo?
-Pues porque no quería al bebé. De ser así se me hace lo más bajo del mundo.-Escuché decepción en su voz.-Ya le había dicho a Cedrik que no creía que ella fuera una buena opción para él. Nunca ha parecido una chica muy estable y Cedrik lo es.
Retrocedí lentamente. Ahí estaban esas ganas de llorar.
No lo había hecho a propósito, pero era horrible el escuchar que ellos pensaran que si. No era algo que me esperara. No por parte de Cira quien todo el tiempo se había comportado demasiado bien conmigo. Lo había dicho, me quería, pero no creía que yo fuera lo que más le convenía a su hijo.
Ya éramos dos.
Me senté nuevamente en la cama sintiendo como mi rostro se humedecía. No quería ser madre, pero no lo había hecho a propósito. No hubiera sido capaz de haberlo hecho si quiera y que ella pensara así, si es que era la única que lo pensaba de esa manera, me hacía sentir como si yo fuese una perra a la que no le importaba nadie más que si misma.
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𝐌𝐚́𝐬 𝐥𝐨𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 (Editando)
Roman pour AdolescentsDespués de seis meses de haber terminado su larga relación, Lynn decide que quiere ayudar a Cedrik a cumplir su deseo más grande en el mundo, aun si no es a su lado. Por otro lado, Cedrik acepta con la ilusión de que Lynn se dará cuenta que con la ú...