𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟐

313 41 21
                                    

Después de forzosamente saludar a Mason, quien al parecer estaba más encantado que yo con mi nuevo corte de pelo, entré a la habitación en donde siempre estaba Annie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de forzosamente saludar a Mason, quien al parecer estaba más encantado que yo con mi nuevo corte de pelo, entré a la habitación en donde siempre estaba Annie. Dave venía detrás de mí con su cámara en manos mientras yo sostenía un pastel entre las mias. Empezamos a cantar feliz cumpleaños mientras la niña se sentaba en el sofá en donde antes estaba acostada.

Coloqué el pequeño pastel sobre la mesita y encendí las velas mientras Dave se encargaba de fotografiar cada uno de los movimientos de la pequeña.

Annie sopló las velas en cuanto terminamos de cantar y aplaudió antes de abrazar a Dave y después a mí.

-Feliz cumpleaños, princesa de los mocos.-Sonreí.

Ciertamente nunca antes me hubiera prestado para hacer este tipo de ridiculeces por un niño, no obstante, sentía que por ella podía hacer lo que fuera.

Solía venir a visitarla de vez en cuando después de salir del curso de fotografía junto a Dave y podía pasar horas con ella hablando, o incluso, cuando ella se sentía muy cansada, simplemente viendo el televisor.

-¡Mira, mami!-La niña señaló el pastel mientras Mirta sonreía observando desde la puerta.-Dave, tómame una foto con mi mami.-Pidió.

Me hice a un lado dejando que Mirta se sentara al lado de su hija.

-Ahora una con Lynn.-Señaló.

Después de tomarse fotos con todo el personal repartimos el pastel y todos regresaron al trabajo dejándonos solos.

-¿Cómo te sientes hoy, princesa?-Le preguntó Dave.

-Estoy bien.-Asintió terminando el pastel de su plato.

-Eso es bueno, porque Lynn te tiene una sorpresa.-Le hizo saber.

-Solo porque es tu cumpleaños.-Informé.-No te mal acostumbres.

Había notado lo mucho que le emocionaba su cumpleaños, ciertamente, a mí no me encantaba el hecho de que todo el mundo quisiera festejar mi cumpleaños, no era muy fan de esa fecha, pero hubo un tiempo en el que me alucinaba y lo que más me gustaba era recibir regalos. Quería que ella sintiera esa emoción y tenía el regalo perfecto para la princesa de los mocos.

-¿Qué es?-Preguntó con emoción.

-Es una sorpresa, mocosa.-Rodé los ojos.

-Dave...

-Lo siento, princesa. La sorpresa te la dará Lynn, yo no puedo meterme.

-Tendrás que esperar.-Sonreí victoriosa. Me gustaba pelear con ella.

-Bien.-Se cruzó de brazos.

-Para poder darte la sorpresa debemos salir.

-Pero debo pedirle permiso a mi mami.

𝐌𝐚́𝐬 𝐥𝐨𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora