❇HERMANOS AGRESTE❇ []ADRINETTE[] MLA

Capítulo 10 «En la Mejilla»

Después de deshacerse de una Chloe roja de la vergüenza y el enojo. Los tres hermanos decidieron dejar los juegos y bajar porque no sería educado dejar a los invitados sin el motivo de la fiesta.

O eso es lo que dijo Félix porque realmente a Marinette y Adrien no les importaba.

Marinette creía que era mejor irse a dormir. Mientras que Adrien pensaba en la mejor forma de darle el regalo de cumpleaños.

No se decidía en si darle el beso antes o después de dárselo.

Por otro lado, fuera de el lío mental de Adrien, Marinette observaba como el rubio menor de los Agreste ponía un dedo en su mentón y miraba hacia arriba como pensando algo super importante.

Rodó los ojos por pensar que Adrien pudiese pensar algo más inteligente que no fuera cómo robar croissant de la cocina.

«Aunque eso se le da bien.» pensó y rió entre dientes.

Adrien parecía medio tonto y algo lelo pero en realidad cuando se lo proponía era muy inteligente.

Eran las cosas que ella iba aprendiendo de su hermano.

Félix se levantó y caminó como solo un chico con clase y modales lo haría, con la espalda recta, mirada al frente, hombros relajados y demás. Miró a sus hermanos que uno parecía estar pensándolo todo y el otro burlándose de las payasadas de su contrario. Dejó de lado su seriedad unos segundos y rió un poco por lo payasos que eran ambos.

-Me voy, no tarden en bajar. Saben que no está bien visto que desaparezcan por...

Adrien saliendo de la pelea de dos mundos lo interrumpió

-La fiesta ,la educación, Marinette y blablabla. -

-Exacto. - Afirmó satisfecho el de ojos azules y salió por la puerta, no sin antes mirar a Adrien en una señal de que se apresurara.

Una vez solos Adrien automáticamente se sonrojo y sus nervios no lo dejaron hablar.

Pasaron unos minutos en la misma posición y ninguno se movió ni tubo el atrevimiento de decir algo.

La pelinegra al ver que su hermano no haría nada interesante por él mismo decidió terminar con ese silencio.

Se puso de pié y habló- Me voy. No hay nada interesante por hacer y yo quiero comer de mi pastel. Adiós. - agitó la mano caminando hasta la salida del cuarto y el rubiecito de ojos verdes corrió hasta ella y le tomó la mano deteniendo su recorrido.

-¡Espera! -Exclamó exaltado y con miedo de que se fuera su oportunidad.

Marinette le miró confundida pero no dijo nada y esperó a que él dijera algo.

-Yo...no te he dado tu regalo. Por favor, ven a mi habitación.

Pidió con la cabeza gacha y agarrando una de sus pequeñas manos.

…………

Adrien había guiado a Marinette a su habitación y había hechado llave para que nadie los interrumpiera.

Tenía todo planeado y después de una lucha mental había decidido que le besaría la mejilla después de decir el discurso, luego le entregaría el regalo.

Avanzó con las piernas temblando hasta abajo de su cama. Debajo de ella sacó la caja arrugada mal envuelta en papel de regalo y se apeno aún más al verlo peor de lo que creyó que estaba.

—Lo siento, MArinette. Soy un asco envolviendo regalos, esque no podía poner papel en todos lados, debía dejar un poco de lugar aquí para …— explicó de forma rápida mirando el regalo y señalando la caja de cartón que tenía varias perforaciones mal hechas.