Llegaríamos tarde a casa. Por suerte sabía por medio de Félix que mi padre estaba bien encerrado en su oficina terminando unos diseños para la nueva temporada otoñal.
¿A poco ése hombre se daba un descanso?
Por otro lado, Félix nos había interrogado por llamada con un listado de preguntas que lo hacían parecer una puñetera periodista entrometida. No me culpen, quiero a mi hermano, pero aveces- casi siempre- es la jodida espina en el...dedo.
Aún así nada impidió que manejara entre risas con Marinette, hablando tonterías, riendo por estupideces, ella dejando besos en mi mejilla cuando me veía concentrado en el camino...uuf.
Si así es estar con tu pareja pues es maravi- ¡Esperen! ¿En qué momento dijimos que éramos pareja?
La respuesta me cayó como balde de agua fría con cubitos de hielo a la cabeza. En ningún momento se lo pedí ¿O sí? Nooo, sólo lo imaginé, pero justo después divagué y ella me calló.Bien Agreste, mereces el premio al distraído del año.
Conduciendo, me percaté de que faltaba bastante para llegar a casa y si doblaba a la derecha me encontraría con el puente y la pequeña laguna. Doble ante la mirada sorprendida de mi acompañante.
—¿Qué haces Adrien?
No respondí, seguí conduciendo por una ruta que no llegaba a nuestra casa.
—¿Vas a secuestrarme? —Dijo con ése tono chistoso.
Riendo le negué sin despegar los ojos del camino. Las casas comenzaban a disminuir a medida que avanzaba.— No, aunque me gustaría hacerlo pero sería ilegal y un poco...perturbador.
Reímos unos segundos. El silencio nunca fue un impedimento para pasarla bien entre nosotros. Solíamos disfrutar todo lo que pasara siempre y cuando estuviéramos en la compañía del otro.
Llegamos, pasamos de la carretera a estar a unos metros de la lago. Sabía que estaba medio prohibido estacionar tan cerca pero me pareció adecuado y nadie nos vería. Recuerdo haber venido con mis padres de pequeño. Tenía bonitos recuerdos chapoteando como un renacuajo en el agua con Félix cuando él no era tan aburrido.
—¿Qué hacemos aquí? — Preguntó mirando el anochecer reflejado en el agua. Habían unas cuantas nubes grises pero la luna se podía apreciar un poco.
—Has venido antes ¿No? — Evite su pregunta cambiandola por otra.
—No. Le vi por imágenes en Internet. Es...bonito. Pero es de noche.
Sonreí, aún no tenía ni idea.—Sí. Ven, bajemos. —
Después de hacer de caballero, abrirle la puerta y sacar una manta (que siempre estaba en el maletero por si las dudas) para ponerla en la hierba verde, nos acomodamos sobre ella quedando acostados mientras mi brazo derecho le servía de almohada a mi chica.
La tranquilidad, el sonido del viento y la superficie del agua moviéndose, las pocas estrellas que no eran tapadas por las nubes que poco a poco se dispersaban me hicieron un escenario perfecto para lo que tenía planeado mi alocado corazón.
—Marinette.
—Mmm?
Me removí un poco, me giré, apoye mis brazos sobre la manta e incline mi cabeza centímetros sobre la suya, de modo que podíamos vernos sin esfuerzo alguno a los ojos y el aire de nuestras respiración intensas chocaban mezclándose entre sí.
—Yo...—Susurro inseguro.
—Sí? —
—Iré a encender las luces del auto. — Dije y me levanté casi de un salto para realizar lo dicho. Me habían ganado los nervios.
Eres un cobarde Agreste.
Patee a mi subconsciente. Encendí las luces alumbrando un poco el espacio en el que estábamos recostados.
Cuando me aproximé nuevamente a mi chica y me recosté por segunda vez en la manta mirando el cielo, creí que todo por hoy estaba perdido, podría volver a intentarlo mañana u otro día si surgía algo. Porque creí haberlo arruinado, o que tal vez no volvería a tener otra oportunidad para hacerlo. Más el cielo me sonrió cuando fue Marinette quien tomó mi antigua posición sobre mí, mirándome con sus ojos más brillantes que el mismo cielo en ésa noche.
—¿Por qué te noto nervioso o...triste? — Sonrió de una forma tan...tierna que me dieron unas tremendas ganas de llenarla de besos. En contra de mis deseos solo acaricie lentamente una de sus mejillas sonrojadas y tomé un mechón de sus cabellos llevándolo detrás de su oreja.
—Sólo pensaba...
—¿Seguro?
Allí me dije ¿Por qué no? Desperdiciar esta oportunidad sería tentar contra mi vida junto a ella.
—Yo pensaba en que...—Tragué las saliva que creí que tenía atascada en la garganta.
—En que...? — Animó a hablar con una sonrisa que intentaba ocultar. Supongo que ya sabía a donde me dirigía con todo el nerviosismo. Quizá por mis innegables nervios u ansiedad o tal vez por cómo latía mi corazón bajo su ahora apoyado pecho contra el mío.
—Seguro sabes que te amo y yo estuve pensando en que, sé que los títulos para nosotros en nuestra relación no son importantes porque ya hay muchas: hermanos bajo la ley, amigos con nuestros conocidos y...—Suspiro. Ya se entendía a lo que me refería.— Aún con todo ése se asunto me siento con la necesidad de que esté claro ante nosotros lo que somos. Por ello, me encantaría que aquí, debajo de la luna y las estrellas como testigos de nuestro amor me respondas...¿Quieres ser mi novia? — susurro aquello último.
Marinette sonrió apareciendo sus pocillos en las mejillas. —Si, claro que quiero Adrien Agreste, Creí que ya estaba claro.
Ambos sonreimos mirándonos cono los adolescentes enamorados que éramos. Sin esperarlo más llevé mi mano a su nuca, ella a mi cabellos y nos besamos con la intensidad, el amor, y el deseo que sentíamos por el otro.
Su lengua danzaba junto la mía en el vals de los enamorados. La sentí subirse a orcajadas sobre mi abdomen y no me importó mi incomodó, sólo me provocaron más ganas de besarla.
De jamás soltarla.
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°No fue el mejor capítulo pero es lo que hay ¿Perdón?
Aquí, desde mi cama, robando wifi de mi vecino, les comento queeeee...
Voy a actualizar este mismo día con otro cap. No lo publico ahora porq los quiera hacer esperar...más. jejejejje
¿Qué hacen en su tiempo libre por cuarentena?
¡Adiooos!
ESTÁS LEYENDO
❇HERMANOS AGRESTE❇ []ADRINETTE[] MLA
FanficMarinette y Adrien son hermanos, no biológicamente hablando, pero hermanos a fín de cuentas. Desde niños comienzan a sentir una conexión especial y única, su cariño hacia el otro crece sin límites sin poder evitarlo aunque se esfuercen en hacerlo...