Capítulo 25 «Si todo sale bien»

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Adrien

Desde que iniciamos el viaje. Marinette me obligó por medio de la ignorancia a quedarme callado. Tenía lágrimas secas en su rostro, pero algo en su mirada me quería mostrar que se sentía libre. Capaz.

La conocía bien, no es un secreto que fue a ver a sus difuntos padres. Pero jamás la había visto salir llorando del mismísimo cementerio. Y yo me preguntaba ¿Por qué? ¿Qué había de diferente en esta ocasión? ¿Debo preocuparme?

No podía dejar de prestarle atención al camino porque conduzco en este momento, mas aún menos evitar mirar por el rabillo de mi ojo a la chica que miraba por la ventanilla.

—Marinette, se que tal vez no quieres hablar pero al menos demuéstrame que estas bien. —No fue un ruego, más bien una reprimenda.

Me miró, dubitativa unos segundos —Estoy bien, solo...solo pensaba.

—¿Puedo saber en qué?

—En ti.

De haber estado tomando algo me habría atragantado u escupido la bebida. Es decir, no me esperaba que dijera éso. Por mi mente habían pasado miles de posibilidades relacionadas con sus padres pero...¿En mí? ¿A qué venía éso?

Antes de decirle algo respecto a su respuesta, reduje la velocidad, deslice el auto a un costado fuera de la carretera y apagué el motor exceptuando las luces.

Aún con el volante en mis manos y sin mirarla le hablé:— ¿A qué se debe éso?

Su respuesta tardó unos segundos.— A que no sé que pasa entre nosotros. Deja me explico mejor, yo sé bien lo que siento por ti, no tengo excusa valida para negarlo, creo haberlo demostrado. También sé que tu no me quieres como tu hermana a pesar de llamarme hermana, pero no sé en qué posición o situación estamos entre nosotros porque jamás lo hemos hablado con... claridad. —  su voz se desvaneció y mis manos apretaban el volante con demasiada fuerza.

No podía mirarla ahora. Nunca tuve fuerza de voluntad para frenar todos mis impulsos. ¿Cómo los frenaría ahora que ella me pedía que aclarara todo? No es complicado para mi demostrarlo, ya lo he hecho extremadas veces, con mis celos, mis detalles, la forma de mirarla, consentirla, apoyarla, e incontables acciones que me delataban como un tonto enamorado. Pero sabía bien que está bien que lo demuestre, pero muchas veces también se necesitan las palabras para aclarar todo.

Un te quiero o un te amo nunca estaban de más si los sientes de verdad.

—Creí que ya estaba claro cuando admití delante de Luka que te quería mucho más de lo que todos piensan. Incluyéndote. — Me justifique mirado sus ojos por primera vez desde que me agarró desprevenido.

—Éso fue hace un año cuando él intentaba volver conmigo y te enojaste diciendo que ya estabas tú para mí. Y se dijiste a él no a mí. Incluso nunca hablamos de...nosotros. —

—Tienes razón. Pero te dije que quería convertirme en alguien lo suficientemente bueno para ti. Que quería ser alguien. — Resalte aún sabiendo que ya me sentía alguien medianamente listo para estar con ella. Pero quería ver si ella notaba éso en mí, si ella realmente me veía como yo quería que me viera.

Aquellos ojos azules como el cielo brillaron acompañando a sus labios contentos elevándose al cielo levemente.

  —¿Acaso ya no eres alguien, Adrien? Para mí siempre has sido tú. Para mí siempre fuiste lo que tú quisiste ser y lo que yo quería para mí. Jamás me importó quién eras, ni mucho menos en lo que te convertirías, es claro que miestras más corre el tiempo mas te amo a ti y a tus cambios. — Susurró bajito. Como si me estuviera confiando un secreto.

❇HERMANOS AGRESTE❇ []ADRINETTE[] MLA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora