❇HERMANOS AGRESTE❇ []ADRINETTE[] MLA

Capítulo 16 «Incidentes»

¡Feliz Navidad!(atrasada)

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Adrien

Esperábamos a Marinette y a papá fuera del hospital dentro de la limusina.

Tanto Félix como yo, estábamos confundidos. No sabíamos qué había pasado, tampoco querían darnos explicaciones hasta llegar a nuestro hogar. Pero estaba demás decir que algo era evidente y era una de las cosas que no podían negarnos: eso era el hecho de saber que quien estaba principalmente involucrada en todo este lío...era nada más y nada menos que nuestra hermana menor: Marinette.

Yo solo estaba bien acomodado disfrutando del placer que se siente sentarse sobre los cómodos sofás del inmenso salón familiar. Tenía mi teléfono entre manos y los audífonos en mis orejas escuchando música a todo volumen. Me sentía realmente relajado con todo esto de estar por cumplir 14, sumándose a eso el hecho de que papá hace una semana nos había informado que podríamos asistir al segundo año de secundaria en un establecimiento semi-privado.

Todo estaba perfectamente bien hasta que sentí los pasos apresurado y gritos de papá hacia gorila y Natalie. Me asomé al bullicio y vi una imagen que me paralizó: Papá descendía por las escaleras con su semblante decaído, como en plena crisis de desesperación con una Marinette inconsciente entre sus brazos.

Gorila corrió a buscar lo que supuse sería el coche y Natalie nos gritó que subiéramos al coche rápidamente justo cuando tomaba su móvil para llamar a la ambulancia con las manos temblando.

Tuve que presenciar cómo mi padre subía al coche que acababa de llegar junto a unos enfermeros, quienes con una paciencia infinita trataron de calmarle y atender a la chica aparentemente dormida.

Félix junto a mí tomamos asientos en la parte trasera de la limusina que seguía el mismo trayecto que la ambulancia, ambas teniendo como destino final el hospital.

Cuando vi a Marinette en la camilla con un aparato para ayudarle a respirar justo sobre su boca y nariz, quise acercarme para tomar su mano aunque sea un momento, pero los médicos se adelantaron y empujaron hasta perderse entre los pasillos.

Habían pasado casi dos horas de eso y nosotros volvimos a los vehículos, ya que de algún modo la prensa estaba dentro del hospital, era realmente molesto e incómodo. Por ello nos fuimos al estacionamiento privado solo para personal-cosa que no eramos pero teníamos privilegios- para tener algo de tranquilidad.

—No te preocupes Adrien. Ella estará bien. — Escuché a Félix interrumpir mi repaso mental de todo lo que había pasado.

—Lo sé, es solo que no comprendo qué fue lo que sucedió y por qué no quieren darnos explicaciones.

Mi hermano suspiró. — Tal vez sea algo que no nos incumbe a nosotros.

Frunciendo el ceño exploté. —¡¿Que no nos incumbe?! ¡Es nuestra hermana carajo! ¡Todo lo que este involucrado con ella nos incumbe! Maldita sea. —

Félix apretó la mandíbula fijando su mirar en el exterior del auto por la ventanilla polarizada. — Lo sé.

El pecho me dolía y contenía desde hace dos horas unas tremendas ganas de llorar. Me sentía confundido, que mezclado con el miedo que sentía por dentro me provocaba importancia. No tenía ni la más mínima idea de qué hacer o como actuar frente a una situación igual. Todo me traía recuerdos de lo que sucedió con mamá ése día, el día en el que todo se resumió al llanto acompañando el dolor.