❇HERMANOS AGRESTE❇ []ADRINETTE[] MLA

Capítulo 11 «Winer»

Adrien apoyó las manos en sus rodillas recuperando aire. El haber estado corriendo lo tenía muy agitado, además de el beso con Marinette y el miedo a que ella lo alcanzara y le pegara la gran paliza de toda su vida.

Miró hacia el frente y todos los invitados bebían un líquido de color amarillo cristal, no supo distinguir que era pero seguro era de esos que su padre de forma egoísta guardaba en su mini barra personal.

Se mezcló con la gente para no ser visto. Ni por Marinette, ni Félix. O su padre que tal vez ya estaba enterado de la situación y lo ahorcaría por su osadía.

Llevó las manos a su cuello con temor.

Su padre no le haría eso a su hijo...¿O sí?

Una mano se posó en su hombro y Adrien tembló viendo pasar su corta vida completa en un pequeño flashback.

Al menos tubo una buena vida.

—AAAAHhh — Gritó del miedo pero esa mano le impidió seguir gritando.

—¿Quieres hacer silencio? La gente nos mira raro. — Expresó Félix soltando al niño.

Adrien calló al suelo arrodillado llevando una mano a su corazón, sintiendo el alma volver a su cuerpo. — No siento las piernas.

Félix bufó y rodó los ojos. —Exagerado.

…………………………………

Los dos hermanos estaban en la habitación del mayor.

El rubio de ojos verdes movía los pies de forma infantil al estar estos colgando de la cama y el Mayor caminaba en círculos por todo el lugar.

De mientras, por la cabeza del blondo menor se pasaba la imagen de Marinette frente a él siendo besado por él mismo.

Se tocó los labios suavemente, cerró los ojos y se tiró hacia atrás con los brazos extendidos. —Ahhh~ —soltó un suspiro enamorado.

Félix por primera vez desde que habían entrado miró a su hermano. Parecía una niña suspirando de rato en rato.

Rodó los ojos por décima vez en el día. Su hermano era muuuy exagerado.

Siguió caminando pensando en qué hacer para quitarle esa estúpida actitud a su hermano cuando de repente se dio cuenta de algo.

—Adrien...¿Dónde dejaste a Marinette?

………………………

—Estúpido Adrien, no sólo me deja tirada en su madriguera si no que tampoco me da el regalo. ¿Quién se cree?—Levantó sus brazos hacia el techo—  ¡Dios! ¡Yo quería el regalo! —

Iba caminando por los pasillos de la mansión hacia el salón donde se montaba la "gran" fiesta, a paso firme y con sus ojos achinados del enojo. Con la caja vacía en una de sus manos.

La habían engañado-abandonado, y era lo suficientemente grave como para enojarse.

Paró cuando vio una puerta enorme que no había visto antes. Se había perdido.

—Genial.

Intentó abrirla pero al parecer estaba sellada del otro lado sumándole el seguro de la cerradura.

Se sentó en el suelo apoyando sus codos en sus rodillas y sosteniendo el mentón con sus manos.

El pequeño beso de Adrien pasó por su cabeza y se sonrojo.

—Tonto Adrien. —

Susurró escondiendo su rostro entre su cabello al caer este para adelante. Sabía que estaba sonrojada y no quería ser vista así por nadie que pasará por allí.