gobernada ; trueno

capitulo 1

—¿'tamos todos no? —preguntó Dani contándonos para salir a bailar —Falta uno.

Si, y no iba a aparecer, eso seguro.

—Olimpia —respondí rodando los ojos, no iba a venir, muchísimo menos si estaba con el novio.

—Uh, qué bajón —exclamó el morocho —¿Hay que ir a buscarla a su casa? Alta paja amigo.

Me reí sin ganas por lo pelotudo que podia llegar a ser Daniel.

—No viene porque está con el novio, crack —respondió Manu —Cada día voy confirmando que no te funciona ni una neurona —rió.

Asentí dándole la razón y seguí con lo mío, me puse perfume, me peine un toque y estaba re facha, sonreí al estar satisfecho por como lucia.

—¿Vamos yendo? —dijo Valentín, estaba re manija porque se iba a ver con Fatima, la amiga de Olimpia.

—Para un toque, cebado —exclamó Marcos —Para cojer tenés toda la noche, calentón.

Reí al ver como a Valentín se empezaba a poner más colorado.

—Ay el wosito se puso coloradito —añadí haciendo que este se ponga más rojo de lo que estaba.

—¡Váyanse a la mierda, giles! —decia este, para luego irse de la habitación.

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Llegamos a la joda y no podría estar más aburrido, Manuel se fué a la barra con una mina que conoció recién, Valentín estaba con Fatima, Marcos y Dani vaya a saber dónde.

En fin, estaba solo en la joda hasta que se me acercaron dos chicas.

—¿Que onda bombón? —decia una mordiéndose el labio.

—¿Tan lindo y tan solo? —exclamó la otra también, acercándose a mí.

No amigo, tengo un re ganado.

—Paulina, Carla, váyanse —habló una voz conocida para mí, demasiado conocida, las chicas no tenian intenciones de irse por lo que volvió a hablar —Vayanse.

Bufaron las tal Paulina y Carla después de darle una mala mirada a Olimpia se fueron de donde estábamos, perdiéndose entre la gente.

—¿No era que no venías? —pregunté un tanto enojado.

—Julián se fue porque tenía que hacer unas cosas a último momento, no tenía nada que hacer y vine —respondió la rubia —¿Algún problema?

«Si, todos los problemas» pensé.

—No, ninguno —levanté los hombros en símbolo de que no pasaba nada, Olimpia sonrió.

—Te extrañe feo —me dio un beso en el cachete —¿Vamos a bailar? —y no me dió ni tiempo a contestar que ya me estaba llevando a la pista.

Se movía como si su vida dependiera de este baile, y dios, estaba luchando contra todas mis fuerzas para no acercarme mucho, pero ella lo estaba haciendo cada vez más imposible.

Ojalá algún día la pelirubia se de cuenta de que me jode de que me tenga de segunda opción, pero por ahora estoy disfrutando ser a el que le presta atención en este preciso momento.

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Opiniones?

Primer cap y estoy amando escribirla.