capitulo 12

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Mateo ;

— ¿Que está pasando, Mateo? —repitió Olimpia, haciendo que me lleve una mano a la cabeza, y sin poder mirarla a los ojos.

No quería decirle nada, ¿y si me dejaba de hablar? ¿y si se iba de vuelta con el? No podría permitirmelo, no, eso no.

Hice como si no la estuviese escuchando, y me fui hacia la cocina, simulando buscar en la heladera algo para poder comer.

Y eso que siempre tenía hambre, pero ahora se me había ido completamente.

Siento la presencia de la única persona que está acá conmigo, avanza y siento bruscamente como me aparta de la heladera y cierra la puerta de esta, para luego encontrar sus ojos fijos en mí.

— ¿Podes parar de evadir lo que te estoy diciendo? Creo que si yo soy el tema de esa conversación tengo el derecho de saberla —habló, y tenía razón, pero no sé lo quería decir, no en estos momentos.

—No, vos no sos ese tema de conversación, no es nada que ver con vos —mentí, haciendo que está me mire frunciendo el ceño.

—Vos no hablarías nunca con Julián, nunca lo hiciste —soltó obvia — Decí la verdad Mateo, ¿Que sos? ¿Narco?

Repentinamente mí cara paso de pura tensión a relajar mis facciones y comenzar a reírme a carcajadas.

—¡No Olimpia! —hablé —¡Que decís! ¿Tu novio es narco? —reí.

Pero a esta no le causaba nada de gracia.

—No, Julián no es narcotraficante, Mateo —se acercó un poco más a mí —Pero si no es eso, ¿Que es?

Estaba perdido, no podía hacer nada, ni siquiera escaparme, no podía escapar de ella, y no porque no quisiese, sino porque estaba en mí propia casa y cuando vuelva seguro ella seguía ahí.

Me arrepentía de hablarle dado la dirección y llaves de mí casa en este preciso momento.

—Mateo vos no me lo decís y me voy a la mierda, acordate, cero secretos —dijo con la voz un poco, ¿temblorosa?

—No, no te lo voy a decir —hablé frío, y eso pareció enfurecerla.

Asintió con la cabeza, y se fue apurando el paso, la seguí, y cuando vi estaba en el living buscando su cartera para seguido esto, irse.

—¿Que haces? —pregunté un poco confuso y nervioso.

—Me voy, ¿Por qué vamos a tener una amistad si no confías en mí? ¡Me estás ocultando cosas en las que yo estoy metida Mateo! —gritó.

—Dios Olimpia, no seas histérica, vení para acá —la tomé suavemente del brazo, no quería que de vaya así.

—¡Soltame flaco! ¡Sos un falso! ¡Un careta! —se soltó bruscamente.

—Olimpia, para un toque, vení para acá.

—¡No voy a ir una mierda! ¡Me voy! —soltó con los ojos con lágrimas, pero no por tristeza, sino por bronca.

—¡¿Que mierda querés que haga?! —grité yo también, llevando la mano a mí pelo para así revolverlo, está situación me tenía para el orto.

—¡Que me cuentes que mierda es lo que te pa...—no la dejé terminar que hablé.

—¡Estoy enamorado de vos, Olimpia! —confesé, haciendo que está quedé estática, con la cara completamente neutra.

No decía nada, se quedó ahí, sin hacer nada.

Ella se dio media vuelta, abrió la puerta y estaba casi por irse cuando hable, haciendo que quede de espaldas, casi por salir.

—Oli, no te vayas sin decir nada, por favor —supliqué, no quería que se vaya así y termine todo mal, es lo que siempre temí.

Quedé parado ahi, esperando que diga algo, pero sin embargo ella se dio media vuelta avanzó y rápidamente tomo mí cara y juntó nuestros labios.

Al principio no tuve reacción alguna, hasta que está saltó y tuve que agarrar sus piernas que estaban ahora enrolladas en mí cadera, ahí fue cuando reaccione y la presione aun más a mí, y mi lengua pidió permiso para entrar en su cavidad bucal, nuestros labios encajaban a la perfección, y no quería que este beso terminase jamás, ella junto a mí, por primera vez.

¿Esto no hacen los mejores amigos, no?

Mordio mí labio inferior haciendo que suelte un gruñido, la quería cerca, muy cerca y no quería ni imaginarme de que se fuese con el estupido del novio, la quería conmigo y para mí.

Pero toda la fantasía terminó cuando ella habló, dejándome completamente confundido y sin saber que podría pasar.

—No...no...no, esto no está bien —se bajó de mí y se fué dejándome con el corazón en la mano, y completamente confundido y miedoso ante lo que podría pasar pronto.

Si, yo, Mateo palacios, tenía miedo.

Mucho miedo.

✨✨✨

pipollll si, Mateo se le confesó lpm

✨✨✨

gobernada ; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora