gobernada ; trueno

capitulo 5

Olimpia ;;

— ¿Por qué vas a salir? —preguntó Julián.

Traté de poner mis mejor cara y lo miré, no quería que peleemos pero me lo estaba haciendo imposible.

— Porque hoy es el cumpleaños de Fátima, amor. —expliqué —Te pregunté si querías venir y me dijiste que no, pero yo voy a ir —le dije.

El bufó rendido, hoy tenía que ir sí o sí, sino Fátima me iba a odiar por el resto de su vida.

—¿Y con esa ropa vas a ir? —dijo con un tono bastante enojado, bufé y asentí —¿Con quién te vas a juntar, Olimpia?

—Con mis amigos —respondí obvia —Escuchame, necesito que confíes en mi, estoy con vos, no quiero ni necesito a alguien más.

Esto pareció haberlo ablandado un poco, pero no mucho, tenía un pensamiento un poco cerrado hacia las relaciones, y pareciese que no iba a cambiarlo, por más que se lo repita miles de veces.

—No me parece que vayas así, Oli —repitió, yo me miré, solamente llevaba una pollera roja al cuerpo y un top del mismo color a juego, y unos zapatos de plataforma negros, ¿cómo pretendía que vaya?

Iba a hablarle ya sin ser tan amable y paciente, pero sonó su celular, haciendo que yo agradezca para mis adentros.

Después de que haya hablado unos minutos afuera de mi pieza vaya a saber por qué no quería que escuche, volvió hacia donde estaba yo.

—Tengo que irme, avísame cuando llegues allá y mándame fotos —dijo antes de irse —Ah, y no vuelvas después de las cuatro Olimpia, vas a saludarla me dijiste —asentí y rodé los ojos sin que el se diera cuenta, se acercó y plantó un beso en mis labios —Te amo, sabelo —exclamó para luego irse de mi casa.

Respire profundo, a veces podría ser un poco pesado el tema de andar lidiando con los celos e inseguridades de Julián, pero él era así y yo lo quería tal y como era.

Marque el celular de mi amiga y la llamé.

—Fati bebé, estoy por salir de casa, en veinte ando por ahí, ¿que querés que lleve?

—Y traete escabio, porque flores y demás ya trajeron los pibes —escuchaba como la música sonaba, estaba demasiado fuerte que la pelirubia me hablaba a los gritos, reí ante eso.

—Bueno bebé, ¿quién está? —pregunté curiosa.

—Los wachos de siempre y ahora volvieron de la gira duki y neo —sentí como alguien le decía algo y está reía —Bueno bebita, nos vemos ahora —dijo para luego colgar.

Sonreí agarré una campera, plata para el escabio y demás, para irme rumbo a la casa de mi mejor amiga.

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Desde que llegué, Mateo me estaba ignorando como los dioses, apenas me acerque a saludarlo a penas me murmuró un "hola" y se fue para la cocina, no se qué le pintó.

No aguanté más estar así por lo que me acerque a Manuel, Mateo le cuenta todo a el, por lo que seguro sabía algo aunque sea.

Toque el hombro de este haciendo que me mire me dió una sonrisa para después preguntar :

—¿Que pasó? —se le cambio la cara al ver la mía, que era una cara de orto terrible.

—¿Sabes que le pintó a Mateo conmigo? —pregunté a lo que el negó —Dale eu, debes saber algo.

—No sé amiga, pregúntale vos —se rascó la nuca nervioso —Anda medio raro desde el otro dia, quizá porque le fue mal en las compes.

No creo que lo de las compes tenga que ver conmigo, por lo que me fui, no satisfecha de la información que me había dado Manu.

Agarré un porro y lo prendí, por lo menos esto me va a distraer un rato, mientras lo fumaba pensaba en que mierda pude hacer para que Mateo este así conmigo, nada.

Este estaba en la punta con una piba que más o menos se le tiraba encima, era obvio que le quería caer, bufé al ver como todos estaban pasándola tan bien y yo sentada fumando una seca, pasándola como el culo.

Para esto me había olvidado mi celular en mi casa, en estos momentos no me estaría importando, quizá el porro hizo relajarme un toque con el tema de Julián, que debería estar bombardeandome de mensajes.

Cuando volví mi vista hacia Mateo el estaba chapandose con la wacha esa, corrí mi vista hacia otro lado, me quedé pensando hasta que un recuerdo llegó a mi mente, digamos que un suceso clave en todo esto.

El otro día yo me fui de su casa sin decirle, cuando el estaba durmiendo, y ahí me cayeron todas las fichas, podría estar enojado por eso.

No aguanté y fui hacia donde estaba el, distraído con un vaso de ron con coca, me miró pero corrió la vista, rodee los ojos y quedé frente a frente con el.

Lo tomé del brazo y este frunció el ceño, pero no se resistió a dicha acción y me dejó guiarlo hacia la cocina.

—¿Que pas...?—lo interrumpí.

—¿Es posta que vos estás celoso porque me fui con Julián?

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