gobernada ; trueno

capitulo 4

Olimpia ;;

—Hola amor —iba a besar a Julián pero me corrió la cara — ¿Amor, que te pasa?

—¿Que me pasa? —respondió frío —Esto me pasa —me dio su celular con el chat abierto en el se encontraba un audio de Fátima.

Lo reproducí y este audio se basaba en mi mejor amiga diciendo que nunca estuve en su casa, que se habrá equivocado el al llamar, y ahí supe que Fátima no se rescató de que yo le había mentido a mí novio, lo miré nerviosa sin saber que decir.

—¿Dónde estabas Olimpia? —preguntó frío.

Tragué saliva y iba a responder, pero el me interrumpió.

—¿Estabas con ese tal rayo, no? —exclamó.

—Trueno —corregí —Y no, no estaba con el —respondí mordiéndome el labio, sabía que si Julián se enteraba no iba a dudar en ir y cagarlo a piñas a Mateo.

—Me estás mintiendo —afirmó —Te vuelvo a preguntar, Olimpia, ¿Dónde estabas?

—Estaba de shopping Julián, pero no compre nada porque no me gustó lo que había —menti, pero por el tono de mí voz parecía que decía la verdad, por lo menos para el, que me creyó.

Se acercó a mí y me abrazó, y colocó su cabeza en mí cuello.

—Perdón por desconfiar de vos amor —murmuró —De verdad no quise, pero yo te celo porque te amo y tengo miedo a perderte, ¿entendes? —asentí.

—Lo sé Juli, pero no podes andar haciéndote la cabeza por cada lugar donde estoy sin vos, me duele que desconfies de mí —expliqué.

El se acercó a mí y me besó, luego él tomó mí nuca para profundizar más el beso, sonreí entre este, sentí sus manos en mí remera, quitándomela, y supe por donde iba a ir la cosa, y le seguí el juego, besándolo con más pasión que antes.

Mateo ;;

Me desperté y sonreí al saber que Oli se quedó durmiendo conmigo como hacíamos en los viejos tiempos, me di vuelta y mí sonrisa se borró, porque me di cuenta de que ella no estaba al lado mío.

Me puse de mal humor al toque, pero quizá ella bajo con mí mamá, ellas a veces hablan, tienen mucha confianza que a veces eso me juega en contra porque cuentan algunas cosas sobre mí, quizá en chiste pero cuando se unen no hay con que pararlas.

Rápidamente me levanto de la cama y bajo las escaleras, buscando a mí mamá, que estaba en el sillón mirando Netflix, reí al verla hablarle al televisor criticando por qué la protagonista era tan tonta.

—Ma —hablé pero no me escuchó debido al volumen alto de la tele —Ma —repetí, ya estaba pensando que era sorda —¡Mamá!

—Ay Mateo, cálmate nene, ¿Por que gritas? —exclamó —Estoy mirando mí serie, mejor que sea importante.

—¿Viste a Olimpia? —pregunté a lo que ella sonrió pícara —¿Por qué sonreís así?

—Nada, nada —rió —Olimpia se fue a la casa porque se le hacia tarde, hijo.

Reí falsamente, claramente no se había ido a la casa.

—Ah, gracias Ma —dije esto para luego irme a mí pieza, cansado de como Olimpia podía ser tan gobernada por un estupido como lo es el novio de ella.

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re gobierno Olimpia je

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