Narra ___
- Bueno, ¡Ya llegamos a nuestro nuevo hogar! - dijo mi madre con felicidad.
Esta ha sido la segunda vez que nos mudamos en el año que llevamos en España y no me agrada en lo absoluto tantos cambios. Quité mis audífonos para luego mirarme en el reflejo de la pantalla de mi celular.
Tenía una cara de poco amigos muy común desde que pasó lo que pasó hace años en mi país natal. Acomodé mi cabello y sonreí un poco.
- Mamá, iré a ver mi habitación -asintió mientras mi padre entraba a la nueva casa con algunas personas que ayudaron con la mudanza.
Caminé a las escaleras y las miré con pesadez para empezar a subirlas, miré la puerta de la derecha encontrandome con el cuarto matrimonial, luego ví el baño para finalmente ver el cuarto no matrimonial más grande que he visto en mi vida.
- Madre santa -entré sonriendo.
Puedo poner todas mis cosas en cualquier lugar y aún quedará mucho espacio, ¡estoy encantada!
- ¡Encontré mi cuarto! -grité.
- ¡De acuerdo, amor!
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Han pasado unos días desde la mudanza, ya todas mis cosas están fuera de las cajas y sus lugares. Miré a mi armario viendo lo que me pondría mañana, el uniforme es lindo hasta que llego a ver la falda. Cambié la mirada a mi teléfono y suspiré, vaya amigos solía tener. Dejé mi móvil en la cama para poner mis figuras anime en la estantería negra con cuidado. Tocaron mi puerta y abrí para ver a mi padre.
- Baja a comer -asentí y cerré para bajar al comedor mientras amarraba mi cabello azul plateado en una coleta.
Comimos espaguetti en silencio y miré a mi padre que estaba tambien mirándome.
- ¿Qué? -pregunté con seriedad.
- Mañana sabes que iras a tu nueva escuela, pon atención en clases o te irá mal, te quitaré todo lo que tengas, entendido? -suspiré y cubrí mi rostro. - ¿Por que siempre te molesta que te diga las cosas?
Alterado, me miró con mucha molestia y cubrí mi rostro, tan siquiera me dignaría en mirarlo por que si no, se molestará más.
- Ya déjala, la estas poniendo mal de los nervios -dijo mi madre, me tomé mi refresco y me levanté dejando el plato en el fregadero.
- Mañana no volveré tan pronto salga de la escuela, iré a buscar trabajo - dije con seriedad.
- Pero si apenas nos acabamos de mudar -me encogí de hombros.
- Hasta mañana -subí las escaleras con pesadez y al llegar arriba pegué un suspiro.
Caminé a mi cuarto y me duché ya que tenía mi propio baño para ponerme mi pijama de Sullivan, de Monster Inc., me acosté para rápidamente quedar dormida.
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Comencé a vestirme con el uniforme y acomodé mi cabello en una coleta, para maquillar mis ojos y ponerme un labial de un rosado muy suave, finalmente poniéndome una gargantilla para salir. Me puse los zapatos, agarré mi mochila saliendo de mi cuarto. Bajé las escaleras y miré el perchero.
- Y mi chaqueta? -dije seria.
- Tu madre la está lavando -suspiré.
Supongo que no habrá chaqueta más grande que mi cuerpo. Comí un poco del desayuno y suspiré para levantarme poco después.
- Me voy - subí nuevamente ya que olvidé mi patineta.
Hice lo mismo de antes y agarre una bocanada de aire.
- ¡Mamá, me voy! -
- ¡Okay, hija! -salí de la casa luego de despedirme de papá, dejé la patineta en el suelo y me dirigí al lugar que marcaba mi GPS.
Al llegar, levanté la mirada viendo un edificio de 3 pisos, otros salones muy lejos y una biblioteca la cual realmente no me interesaba del todo. Entré buscando mi horario y clases, chocando con alguien.
- Lo siento -dije tan siquiera mirando a la persona.
- Es mejor que te fijes por donde vas, imbécil! -me empujó con algo de fuerza la chica.
- Oye... -dije volteandome a verla, sin poder evitar recorrerla de manera rápida, evitando una mueca de disgusto.
- ¿Qué miras, gorda asquerosa? -sonreí.
- Nada, perra barata -me voltee sonriendo orgullosa, moviendo mi cabello amarrado de alguna manera más provocativa a una pelea rápida.
No es que me gusten los problemas; pero tampoco me iba a dejar pisotear por una fácil a la cual de le ve casi el trasero. Entré a la oficina dí mi nombre, para agarra mi horario, mapa, toda la información que necesitaba entre ellos una lista de libros.
- La puta -me quejé en susurro al salir y ver la lista.
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Estaba en el recreo, sentada en una esquina, lo más lejos posible de todos. Me quedé viendo a alguna gente jugar y luego mire mi móvil poco después sintiendo varias miradas encima y como se acercaban. Suspiré levantando la mirada, con mi mochila entre las piernas ya que mi padre no me compró un pantalón.
- ¡Gorda asquerosa! -más gente me miró y suspiré otra vez. - Ella fue la que me llamó perra barata.
- ¿Esa imbécil? -miré al chico y sonreí con orgullo, levantandome. - Oye, niña! Creo que lo mejor que puedes hacer es respetar a mi chica!
Miré a la tipa y cubrí un poco mi rostro.
- S-sí -reí un poco -mira, cabrón. Yo no tengo que respetar a nadie si ellos no me respetan a mí.
Miré a otro lugar para llevarme una mano a la nuca.
- ¿Como te atreves a hablarle así a mi novio? -gritó y chiste con la lengua repetidas veces.
- Guardate la voz para cuando grites en la cama para hacer sentir bien a tu chico -se escucho bullicio detrás de mi, la chica chilló enojada mientras el chico me miraba con seriedad, agarró a la chica de la cintura para susurrarle algo.
- Bueno -agarré mi mochila -adiós
Comencé a caminar fuera del lugar, poniéndome mis audífonos.
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Al salir, noté un papel en mi casillero.
'Imbecil'
'Perra'
'Buena para nada'
Agarré el papel y lo hice una bolita, finalmente abriendo mi casillero, agarrando mi patineta y dejando mis libros, viendo otro papel.
'Quisiera verte bajo las gradas a las 3:13'
Miré mi reloj, faltan 3.
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My Fighting Lover
FanfictionSoy ____ Matínez Sepúlveda, tengo 18 años y ahora vivo en España con mis padres, donde pronto ellos no serán capaces de reconocerme. ___ es de cabello azul plateado hasta la cintura, ojos marrones seductores, labios suaves, pequeños y carnosos, un b...