Capitulo 36

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Narra ____

15 meses pasaron, cumplí todo lo que pude, lo amé, lo extrañé, lo aconsejé y lo lloré. Hoy salí de ese infierno. Al llegar al aeropuerto no hice más que agarrar una gran bocanada de aire. Uno nuevo, limpio y relajante. Caminé a la salida y miré a todas partes, había olvidado este lugar tan deprimente. Al menos no volvería al campo jamás. No pude sostener las lágrimas de la emoción, estaba devuelta, viva y completa. El auto que ahora había rentado para llegar a casa estaba frente a mi, lo miré y subí sin dudarlo, lancé mis cosas a la parte de atrás y miré al aeropuerto una última vez ya en el auto cuando arranqué me eché a reír.

- ¡Adiós hijos de puta! -

Dios, salí de ahí sin mirar atrás. El camino a casa se me hizo largo, demasiado, vamos, no era la gran cosa, una urbanización que parecía un bosque enorme. Al llegar a casa me bajé y abrí la puerta de golpe; pero todo se veía lúgubre. Ví a Nana que sostenía a Adara.

- Nana, ¿Qué sucede? - Ella me miró con los ojos llorosos y me abrazó.

- ____, Salvalo, Salva a Frank... - Instantáneamente me preocupé. - No sabemos donde está, anda desaparecido desde anoche, él... Él está en una muy grave depresión, ayudalo.

Dí unos pasos hacia atrás y empecé a correr aun con mi maldito uniforme puesto. Miré a todas partes y luego lo seguí derecho al centro de la ciudad. Por mi cabeza solo pasaban millones de cosas horribles que jamás pensé volverían otra vez a mi; pero esta vez solo observando como quien amaba se iba de mi lado para siempre. Miré a todo mi alrededor hasta que choqué con alguien, cuando miré solo lo agarré de los brazos y lo removí.

- Dime que tienes una idea de donde podría estar - Alex me miró agitado y negó con la cabeza. Mi respiración se entrecortó y cubrí mi boca.

- Te iba a preguntar lo mismo, ¿Hay algún lugar que creas significa mucho para el? Es probable que esté en algún lugar así. -

- El parque... ¡El árbol rosa! - Me empujó un poco y me siguió, las rejas estaban cerradas, los jamaquee y miré a todas partes.

- Esta, cerrado... No... No lo creo... - Miré las rejas y empecé a trepar por ellas.

- ¡Llama a los chicos, rápido, Alex! - el asintió y agarró su móvil para llamar a los chicos.

Con desesperación corrí hasta lo último del parque, esta mierda era enorme. Cuando ví el árbol rosado me tropecé, maldije y ví a alguien cerca de ahí.

- ¡Frank! ¡Francisco Garnes! - poco a poco la persona se volteó mientras bebía luego de meter algo a su boca.

¿Era él? Demonios, verdaderamente necesito gafas para ver mejor. Me levanté y al llegar solo me puse a llorar, agarré mi móvil llamando a la primera persona que tenía en mis registros.

- ¿Hello? ¿____? -

- ¡Lana! Llama a una ambulancia para el parque, el árbol grande y rosado, por favor, apurate, esta en lo último del parque. -

Dije mientras agarraba la camisa descuidada de Frank y la rompía para cubrir sus brazos.

- S-Sí, o-okay. - Me colgó y dejé caer mi teléfono. Lo miré, estaba tan palido que no lo podía creer.

Me quité la chaqueta para cubrir su cuerpo frío.

- ¿____? -

- Sí, soy yo, estoy aquí. Aquí estoy, amor - sequé mis lagrimas, la voz se me entrecortaba por cada palabra. Me concentré en sus brazos y miré la botella. - ¿Que es esto? Frank, háblame, ¿Que es?

Miró la botella de ron y me miró.

- Ron... Y clorox, creo... -

- Y qu... ¿Estás imbécil? - grité y lo puse sobre mi. - Mas te vale que te hagas vomitar ahora, escuchas? ¡Ahora!

Asintió y llevó sus dedos a su boca, tratando de vomitar. Solo hubieron un par de arcadas; pero nada. Maldita sea.

- N-no... Puedo, perdón... - lo shusheé y lo levanté para caminar con él. Estaba casi cargandolo hasta la entrada.

Lo senté luego de unos minutos y le puse mi chaqueta militar. Se miró y miré sus labios pálidos y temblorosos.

- Cuando te recuperes hablaremos, ¿Sí? - Cubrí mi boca con el dorso de mi mano y lo abracé con cuidado. - Cuando te mejores nos casaremos, y tendremos otro bebe, lo prometí, lo cumpliré, por eso llegué, llegué, maldición! ¿Por que no me esperaste un rato más? ¿Por que me mentiste con que estabas bien? ¿Por que no me dijiste de tu estado? ¿Por que hiciste esto? ¿Por que me haces esto? ¿Por que?

- ¡______! - miré a un costado, Samuel llegó con unos enfermeros y un par de policías.

Me puse de pie y traté de ayudar. Samuel se me adelantó en la ambulancia.

- Yo me encargaré desde aquí -

Antes de poder hablar cerraron las puertas. Cuando se marcharon sentí los brazos de Guillermo a mi alrededor, estaba con los nervios de punta.

- Calma, calma, estará bien, estará bien. - me separé de un empujón mientras retrocedía y negaba con la cabeza.

- ¿Por que no me dijeron? - los miré mientras bajaban la cabeza.

- Nos hizo jurarlo - habló Rubén que estaba junto a Mangel, ambos agitados y casi sin poder respirar.

- ¡Que se joda si lo juraron o no! ¡Miren como está ahora! - les grité y pronto, otra vez hice el maratón hasta el hospital.

Al llegar ví que llevaban a Frank adentro, los seguí y antes de entrar a la sala Samuel me agarró de la cintura para retenerme.

- ¡Sueltame! ¡Samuel, sueltame, puñetero idiota! -

Me sacó del hospital y me dejó caer.

- Calmate, ____, ¡Calma! - me levanté del suelo y lo empujé tratando de entrar al edificio. - ¡Escuchame, juro que si no te calmas...!

- ¡No me harás nada, Samuel! Quítate, ¡Quítate de mi camino! -

- ¡Sorry! - me voltee a verla recibiendo directamente la cachetada que me hizo dar unos pasos atrás, cubriendo mi mejilla. Samuel me agarró de los brazos fuerte. - ¡Necesitas calmarte, please!

- ¡Te volverás loca si no lo haces! Haznos caso, por favor, ____. - Habló Mangel esta vez.

- Eso no importa, Lo siento, ____ - Miré hacia arriba antes de que todo se pusiera negro a mi alrededor.

My Fighting LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora