Soy ____ Matínez Sepúlveda, tengo 18 años y ahora vivo en España con mis padres, donde pronto ellos no serán capaces de reconocerme.
___ es de cabello azul plateado hasta la cintura, ojos marrones seductores, labios suaves, pequeños y carnosos, un b...
- Te he estado llamando todo el día, ____, haz estado durmiendo? -me indigné.
- ¿Como te atreves a insultarme de esa manera? -dije en un leve gruñido. - He estado en la escuela, nada más. ¡Yo no duermo!
- ___... ¿Como vas a estar en la escuela un sábado? -suspiré y seguí caminando a casa. - ¿En fin, que quieres?
- Mañana a las 10 será nuestra cita. -dijo serio.
- De acuerdo... -
- ¡Novata! -me volteé bajando el móvil un momento.
- ¿Sí, Capitán? -se puso frente a mi.
- Quiero que te prepares para ir al campo el Lunes en la mañana a las 4 horas, estará aquí. -mi corazón latió con muchísima fuerza.
- S-sí... Aquí estaré, Capitán, con su permiso... -me volteé luego de despedirme adecuadamente y salí shockeada.
No puede ser. No puede ser, yo... Yo no... Miré el teléfono y colgué. No quiero saber de nadie por ahora. Caminé a la salida, viendo a mi padre esperándome, subí al auto sin decir una palabra y me miró.
- ¿Y bien? ¿Como te fue hoy? -ni me digné en mirarlo, solo negué y miré la ventana.
¿Como se puede volver al pasado? Yo... Quisiera volver a tener la familia en la que solía vivir. Luego de unos minutos llegamos a casa, bajé y entré a casa, rechazando nuevamente la llamada de Frank. Subí las escaleras, suspiré para entrar a mi habitación y dejar mis cosas en la esquina de siempre. Preparé la mochila para el Lunes y sequé mis lágrimas. Si él me puso en esa escuela y mi madre aceptó, no les dolerá si me voy por sabe Dios cuanto tiempo.
[^^^^^^]
Llegué al rin y miré a mi oponente. Tenía ganas de llorar por todo lo que me ha pasado en menos de 24 horas. Yo quisiera desaparecer de alguna manera. Escuché ese típico sonido molesto que me decía podía pelear. No hubo mucho, dí una patada en la rodilla de mi oponente, luego dos fuertes golpes en la cabeza y un rodillazo en su mentón para verlo caer. Hice un gesto con la mano para que metieran otro, no pasaron cinco minutos y volví a hacer el mismo gesto. Una y otra vez, cada cinco minutos había otra persona que no conocía; pero sabía necesitaban dinero o solo peleaban por pelear.
Tenía este vacío ya conocido en mi pecho, estaba enojada, hastiada del mundo, por lo tanto ni me fijé cuando había una persona nueva frente a mi. Si esa Claudia estaba aquí... Quería... Deseaba... Estaba anhelando se cayera por las escaleras.
Golpeé con fuerza a la persona escuchando algo romperse. Todos gritaron, lo miré y retrocedí, el corazón me latía con fuerza y las manos me temblaban.
- Wolf... Lo mastaste... -me miró asustado, yo estaba aterrada con lo que había hecho.
Tal vez tenía familia, como yo. Tal vez tenía alguien que dependía de él y lo maté. Retrocedí con la respiración entrecortada, salí empujando a varias personas que se me ponían enmedio para insultarme o mirar lo sucedido. Me cambié con rapidez empezando a correr a ese lugar que me relajaba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A
l llegar me apoyé en la pared y grité con fuerza por la frustración, tenía miedo tambien por lo que me eché a llorar. Mi teléfono sonó, lo dejé hasta la tercera llamada, contesté con pereza y suspiré quitando las lágrimas de mi rostro.
- Dime... -
- ¿Qué pasa? -sonaba preocupado.
- No me pasa nada... -suspiró pesado.
- Dime... ____, conozco ese tono de voz. ¿Qué ocurre?
- No te importa, tú estas con tu prometida, no? Ponle atención.
- ____, Sabes que si me cuelgas, te voy a seguir llamando hasta reventarte el maldito puto teléfono, me oyes? -asentí.
- Lo sé. No es nada, solo mi padre. Lo de hoy... Él... Nunca te dije; pero en las escuelas militares solo tienes un día libre. Estoy en una de esas... Los domingos son días libres, que solía disfrutar contigo. -
- Solías... Ese duele... -
- Debo irme, Garnes... -
- Nos vemos mañana, Te Amo... - colgué sin responder, luego ví la dirección de nuestra primera y última cita.
Suspiré luego de una hora encaminandome a casa. Abrí la puerta con cuidado, subiendo las escaleras, me dí una larga ducha, me relajé para después dejarme caer en la cama. Miré el techo y me acomodé un poco para cubrirme hasta la cabeza. No quiero salir mañana y eso es lo que me propondré.
[^^^^^^]
Poco a poco desperté por los fuertes toques en mi puerta. Miré la almohada a mi lado, me volteé un poco a mirar el techo y suspiré muy pesado. Agarré mi móvil enviando un mensaje a mis padres de que no saldría hoy dejé el teléfono otra vez en su lugar y cubrí mi rostro con mi antebrazo. Luego de que la puerta principal fuese cerrada, había tanto silencio. Me quedé en la cama por mas de una hora y después me levanté con cuidado para sentarme y miré la puerta con pereza. Me levanté de la cama con cuidado y caminé a mi armario para ver que me pondría, me miré en el espejo viendo mi pijama, fuí a mi baño y me duché para vestirme con el mismo pijama oscuro y pantalón largo que tenía. Caminé por mi cuarto yendo y me senté en la cama para mirar con detalle la habitación.
Había algo de anime por todas partes: posters, figuras, algo de cosplay, las tablas de skate y más. Recuerdo haber comprado todas esas cosas; pero es borroso. Me recosté en la cama y miré el techo, pensando en todo lo que he vivido, desde que conocí a Frank. Tenía una leve sonrisa hasta que recordé lo que me dijo luego de salir del hospital.
'Aun no estoy comprometido; pero sé me casaré con Claudia en un año. '
Recordarlo me parte el alma y lo único que quiero es llorar.
'Quiero que te prepares para ir al campo el Lunes...'
Yo no quiero ir, no quiero, me da miedo.
Abracé una almohada y comencé a llorar. ¿Por qué me pasaba esto?
