Capitulo 28

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Narra ____

Carajo, mierda, puta mierda, me cago en todo. ¿Como se me puede escapar eso? ¿Debería decirle? No... Ahg, ¿y si le digo y se desaparece otra vez?
Negué un poco para mi misma. No quiero que se vuelva a ir; pero debo decirle, él no puede estar no sabiendo que Adara es su hija, ¿Y si le digo a Adara cuando más grande y se le escapa?

Me mordí el labio con nerviosismo, por amor a Dios. Debo decirle a Frank. Me voltee para ir con él cuando la puerta se abrió, no puede ser. ¿Como puede estar aquí tan temprano?

Me arreglé y fui con Frank, que dejaba a Adara en su cuna, ya dormida.

- Salta -miró a todas partes y dió un brinco, me dieron ganas de golpearlo, llorar y reír. -Me refiero que saltes por la ventana, ve!

Susurré cada palabra.

- ¡_____! -me estremecí y miré a Frank quien fruncía el ceño, dando media vuelta para enfrentar al tipo.

- Ven aquí, salta, me buscarás problemas -me miró serio y suspiró molesto para hacer lo dicho, cuando cerré la ventana.

- ¡______! -salí de la habitación, cerrando con cuidado, llegué frente a él mientras me miraba furioso. - ¿Donde demonios estuviste?

- El cuarto de mi hija. -dije algo seria, mirandolo de la misma manera.

- ¿Ya está mi comida? -me puse fría, maldición, lo olvidé.

- No. - se me acerco y me empujó con fuerza a una de las paredes, lastimandome.

- ¿Cuantas veces voy a tener que repetirlo? - gritó, cubrí mis oídos y me quede en mi lugar recibiedo un fuerte golpe en la cara que me hace tambalear y caer al suelo aturdida. - Eres una mujer desobediente, maldición. ¿Qué haré contigo? ¿Qué debo hacer para que no seas tan estúpida?

- Sí me sigues golpeando tendrás más hambre luego. - mencioné levantandome con cuidado.

- ¿Cuando te dije que te levantaras? - Volvió a levantarme la mano y esquivé el golpe que iba directo a mi rostro.

- Nunca. -le dí la vuelta y caminé a la cocina para preparar algo, soltando un suspiro entrecortado.

Frank volvió, se veía tan lindo. Me sonrojé al pensar en eso y sonreí tratando de no chillar y brincar. Siempre me ponía feliz saber que él iría a casa, la simple idea de que nos veríamos y eso se había esfumado hace meses. El día que Adara estaba a nada de nacer quería llamarlo y pedirle que estuviera ahí para mí; pero el simple hecho de que estaba casado y desaparecido me lo impedían y lloraba en silencio pidiendo que él estuviera bien, suplicandole a alguien tal vez ni existente que el estuviera bien, sano y salvo y quien lo diría que mis pedidos fueron escuchados.

- ¡____, apurate! -rode los ojos y empecé a maldecirlo.

Hijo de puta. Ojalá te caigas por las escaleras y no me jodas más. Hasme de comer, deja de desobedecer, tienes que hacerme la comida, tienes que lavarme la ropa, no puedes salir a no ser que me avises, yo no te ayudo con las compras, eso es de mujeres.

Terminé de cocinar y lo dejé en la mesa.

- Ya la comida está lista.

- Ajam. - lo dejé sentarse y como estaba de espaldas le saqué el dedo.

- Cabrón.- me agarró de la muñeca y me miró molesto. - Ups... Se me zafó.

- No te entiendo. ¿Como eres capaz de tratarme de esa manera después de todo lo que he hecho por tí? -gritó con fuerza.

- Tú no me haz dado nada, en combio me lo arrebataste. - Lo golpeé con fuerza, haciendo que me suelte.

Lo tiré al suelo y seguí golpeandolo hasta que dejara de moverse por unas horas. Suspiré mirando la sangre de mis manos, pasé una mano por mi cabello enredado y me quedé mirandolo.
Que lástima que me haya quitado hasta el último centavo de lo que tenía para Adara. Me levanté y me duché, lavando mi cabello. Luego agarré a Adara en brazos y agarré el teléfono del suelo, pensando por un momento y marcando números. Llamé, escuchando una voz conocida.

- ¿Diga? -

- ¡Tu Guille! ¿Donde estas? Veamonos. -

- ¡____! ¡Claro! ¿Donde? -

- Hm... Vayamos a comprar unas cosas, ¿nos vemos en la tienda de helados? - sugerí con una sonrisa.

- Sí! Nos vemos en cuanto? -

- Tienes 15 minutos, no me hagas esperar.

- ¡Samuel, voy a salir, te amo, cuidate, nos vemos tal vez mañana! - reí mientras escuchaba una puerta cerrarse y a Guille ya agitado. - Llevaré el auto. Se me olvidó decirle a Samu. Bueno lueho le digo.

Reimos y colgué para vestir a Adara e ir a la tiemda de helados donde esperé unos 3 minutos antes de lo acordado, se bajó del auto y me sonrió para ir conmigo y abrazarme.

- ¿Que te costó para que te dejara salir? -dijo muy serio.

- Que quedara inconsiente. -parpadee un par de veces antes de reír con él.

- Dejame cargarla -puchereó y le dejé a Adara en brazos mientras acomodaba la mochila de la misma sobre mi hombro, me crucé de brazos mientras caminabamos.

- Necesito un cochecito para ella, así que será lo primero que compraré.

- ¿Agarraste dinero? -lo miré seria.

- ¿Por quien putas me tomas, Guillermo? -rió un poco y negó.

- Solo pregunto por hacerlo, sé que ese idiota te robó todo el dinero que tenías escondido por casi toda la casa. - Suspiré molesta.

- Ahg, ni me lo menciones. - Dije pensando en Frank.

- ____, ¿Qué sucede? -negué un poco, sonriendo. - Te notas espaciada.

- Bueno... -reí un poco y jugué con un mechón de mi cabello.

- ¿Estás enamorada? -hizo cara de asco y suspiró.

- ¿Qué? - Suspiré - Sí, lo estoy.

Se quejó y si no fuera porque era Adara quien estaba en sus brazos tiraba lo que fuera que tuviese cerca.

- No es de quien piensas. - dije seria. - El es bueno y hace tiempo no nos vemos, fue hoy a casa. ¿Como supo donde vivía? Ni puta idea; pero bueno.

- Uhh... Esto suena interesante, ¿Quién es? -lo miré de reojo y luego me mordí un poco el labio, miré a Adara y luego hice un mohín.

Él miró a Adara y lueho de unos segundos lo captó, me miró negando y asentí, ambos chillamos por alguna razón luego escuchando a Adara quejarse por el ruido, por lo que reímos a carcajadas.

My Fighting LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora