Episodio 23

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Narra Frank

- ____... -me removí y al sentir la cama más grande desperté rápidamente.

Miré el pequeño cuarto traslúcido y suspiré un poco. La voy a extrañar tanto que no se si pueda seguir con esto de Claudia; pero me atemoriza que la encuentre y le haga daño. Tallé mis ojos y comencé a vestirme sin muchas ganas. ¿Debería irme? Yo solo quiero estar solo ahora, debería quedarme otro rato sin que nadie me moleste, sin que Nana se enoje conmigo por haber estado fuera sin que ella supiera. Me tiré en la cama otra vez y me cubrí hasta la cabeza hasta volver a quedarme dormido; pero con un vacío que me mataba lentamente justo en el centro de mi pecho.

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- ¡Frank! ¿Donde demonios estuviste? Tu novia ha estado casi como demente buscándote por todos lados. -mi madre de verdad no sabe de quien habla.

- Oh... Que me perdone, necesitaba despejarme... -caminé sin ganas a las escaleras de mi casa para ir a mi habitación, ducharme y meterme otra vez a la cama.

- ¿Por que hablas tan desinteresado? -me voltee a mirar a mi madre y suspiré.

- Porque... Por nada. -subí las escaleras con la mirada baja para hacer lo que antes había pensado.

- Baja a comer, Francisco.

- No tengo hambre. -mentira... Estaba casi muriendo de hambre; pero me niego a comer.

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- ¡Mira ese, Frank! -Claudia me jaló para ver el anillo que más le gustaba.

- Es lindo... -dije sin mirar, nada de esto me interesaba en lo absoluto.

- Frank, mira como se vé. -suspiré y miré ahg...

- No me gusta, no me gusta ninguno, Claudia... -dije molesto. -solo escoge uno sin preguntarme, no importa.

- ¿Como que no? ¿Qué demonios te pasa? ¿Acaso es esa tipa? -la miré con molestia.

- Eres tú... No te soporto, ya, Claudia, estoy harto de cada una de tus estupideces sin sentido. -me zafé y salí del lugar.

- ¡Francisco! ¿Acaso te viste con ____? -chilló molesta.

- ¡Claro que no, maldita sea! ¿Por que siempre crees que cuando no quiero estar contigo y no quiero nada que ver con tu ser mi razón es ____? -estas palabras, ¿Por qué me duelen tanto?

Todas mis razones para estar lejos de Claudia obviamente es ____. La amo más que nada ni nadie y ahora se fue, le juré jamás olvidarla y eso haré; pero tampoco me puedo torturar estando con Claudia para que ella esté a salvo; pero sí que me da miedo esta mujer frente a mi. Me da terror que llegue a encontrarla.

- Nos vamos a casar, Frank, ¿Por que me haces esto ahora? ¿Acaso quieres que la mate? -pregunto lo último en susurro.

Quedé completamente helado. Maldita sea. Lo sabía.

- Sé que la quieres un poquito al menos, Frank, ¿Quieres salvarla o matarla? -miré a otro lugar.

- No le hagas nada. -

- Claro que no lo haré, solo si te casas conmigo. -suspiré. -¿Aceptas, amor?

Formé mis puños con fuerza y asentí levemente.

- Acepto. -me sonrió y fuimos a una joyería tras otra para buscar los anillos.

Me sentí horrible al aceptar casarme con ella; pero está bien si es por ___. Espero ella esté bien, a lo mejor lo está, será una buena mujer en el futuro y sé olvidará que la amo, porque le combiene más que a nadie olvidarlo. Espero en el futuro ella pueda tener a alguien a su lado que la ame tanto como yo y que ella le ame mucho. Espero que esa persona siempre la haga feliz, se casen, formen su familia y vivan bien. Que cuando ellos no tengan que cuidar de los niños que él la lleve a ver las estrellas, las lluvias de meteoros y todos los eclipses lunares. Solo espero así sea.

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- Han pasado ya dos meses desde que te comprometiste, hijo, estoy orgullosa, lo seguiré diciendo siempre. -me abrazó y yo luego me separé para sentarme en la mesa y mirar la comida.

Se veía deliciosa; pero no tenía apetito. Desde hace dos meses que no sé nada de ____, esto me duele horrible y cada vez que pienso en ella lo único que quiero hacer es llorar. Agarro el tenedor y comienzo a jugar con la comida de manera automática.

- Francisco, apúrate a comer, Claudia me dijo que quiere ver los preparativos de la boda. -miré a mi madre y suspiré.

- Lo que sea. Ya mismo iré y ella me llevará a comer de todas maneras. Me va a reventar de cosas realmente asquerosas, voy a perder todo mi trabajo en el gimnasio y ella solo me encerrara en la casa donde sea que nos mudemos como si fuera su perro faldero y me sacará cuando me quiera enseñar, aun que no me sorprendería en lo absoluto que tan siquiera me dejara salir con mis amigos, los cuales por cierto, están super ofendidos conmigo porque Claudia golpeó a Lana y yo no hice nada. -dije rabioso.

- Ay, santo cielo, Francisco, solo es una chica sobreprotectora, a lo mejor lo hizo sin querer y esa chica, Lana, hizo un escándalo de ello - me levanté luego de empujar un poco el plato.

- ¡Tú no entiendes, joder, nunca me entendiste, jamás en mi vida haz cuidado de mi, me haz hecho feliz, tú nunca estuviste aquí para mi y no te necesito ahora! ¡Lárgate! ¡No quiero verte, jamás quise volver a verte! ¡Te odio, maldita sea, te odio con toda mi maldita alma, con mi ser! ¿Por qué ahora que no te necesito? ¿Por qué estas aquí ahora? Atormentandome cada maldito segundo de mi existencia. -en ese momento sentí un gran peso irse de mis hombros, me sentía menos tenso y cargado de tantas cosas que quería decirle.

Era un tipo de sentimiento de alivio que jamás había llegado a mi y me conmovió, tenía lágrimas acumuladas; pero estaba luchando con toda mi voluntad para que no cayera ni una gota.

- ¡Francisco, ni se te ocurra volver a hablarme de esa manera, eres un mal educado!

- ¡Me importa una puta mierda lo que pienses de mi!

- ¡Yo no te he criado así!

- ¡Carajo! ¿No escuchas? ¡Tú nunca estuviste para mi, nunca me enseñaste nada, todo lo aprendí yo solo! ¡Estudié solo, iba a la escuela solo, nunca ibas a mis graduaciones, nunca me felicistaste por algo que yo he luchado para hacerte orgullosa! ¡Nunca, jamás salió de tu boca un Te amo y de la mía salieron cientas de veces! Y... ¿Adivina que hacías tú? Ignorarme... ¡Como si fuera una basura, un pedazo de mierda, alguien repugnante! Simplemente seguías caminando o simplemente me mirabas con asco y me decías: "Aja." para irte y cuando estabas con gente y te llevaba un puto detalle, porque me daba miedo decirte que te amaba simplemente me ignorabas o lo agarrabas con rabia, me regañabas y castigabas frente a todos, gritándome como si fueras una loca. ¡Y aun así día tras día te quería hacer orgullosa y te decía que te amaba! Y que te quede claro, jamás volveré a decirte te amo, jamás trataré otra vez en hacerte orgullosa porque ahora tengo problemas más grandes que lidiar con una desquiciada. -dije rabioso.

My Fighting LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora