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-Jodida puta resaca- gruñó Álvaro- ¡Baja la puta persiana, Jack. Me está matando lentamente!

Matando.

La imagen de Efrén clavando aquella navaja en la garganta del otro alfa como si lo hubiera hecho mil veces atravesó su mente, provocándole mayor dolor.

El pánico en los ojos de aquel alfa, intentando respirar aún cuando le era imposible debido al dolor que le estaba provocando la herida y la debilidad causada por la pérdida de sangre.

Murió lentamente, agonizando hasta el último momento en el que la pérdida de sangre acabó con su vida.

También recordó los gritos de horror por parte del omega y los suyos, suplicándole a Efrén que le diera una muerte menos dolorosa.

-Mátame ya, por favor- suplicó Álvaro- Si estos años de amistad han significado algo para ti, entonces no me mates como lo has hecho con ese alfa, por favor- volvió a suplicar, sollozando aún más fuerte- No quiero una muerte tan dolorosa y agonizante.

No consiguió recordar nada más.
Se levantó bruscamente de la cama, provocándose un mareo que bien podría haberlo hecho caer si no hubiera sido porque alguien lo detuvo.

Se soltó bruscamente del agarre de Efrén. No necesitó girarse para confirmarlo, pues las pequeñas corrientes de placer que le había recorrido por su cuerpo cuando lo tocó se lo confirmó.

Corrió hacia el omega hecho un ovillo sobre la cama de Jey, su compañero de cuarto.

Jack aceptó el abrazo del alfa, acurrucándose más sobre él, rompiendo a llorar nuevamente.

-¿Qué le habéis hecho?- inquirió mientras soltaba un gruñido amenzante- ¡Él no tiene la culpa de que me guste un alfa, no le hagáis nada, por favor!

-Nadie os ha hecho nada- comentó Zack con indignación, quien también se encontraba en la habitación-Pero te patearé el culo si sigues provocándome dolor de cabeza- refunfuñó con indignación, cruzándose de brazos.

Se ganó un gruñido de advertencia por parte de Efrén.

-Tú cállate- gruñó Zack hacia Efrén- Que estoy muy enfadado contigo.

-Zack...-

-¡Mataste a ese desgraciado y no me dejaste ayudarte!- chilló aún más indignado- ¡Sabías perfectamente que le tenía ganas al imbécil!

-¡No es momento para hablar de esto, ¿no crees?!- gritó Efrén hacia Zack- ¡Estoy intentando calmarlo, no empeorarlo!

Zack refunfuñó un bien, como tú digas a regañadientes, dando por finalizada la pequeña discusión.

-¿Álvaro?- inquirió Efrén con suavidad- ¿Podemos hablar un momento a solas?

El alfa negó con rapidez, apretando aún más el agarre de sus brazos sobre el omega.

-Por favor...- suplicó con su voz quebrada- Dame una oportunidad, buscaré un omega, me enamoraré y lo marcaré, te lo prometo.

-Álvaro...-

-No te diré el nombre del alfa del que estoy enamorado- le cortó Álvaro con rapidez.

Al menos estaba aliviado porque no podría matarse a sí mismo, pero tampoco quería burlarse de su suerte y que otro cazador matara a su alfa por su culpa.

-¡Pues disimulas bastante mal para no querer que nadie lo sepa!- chilló Zack con diversión- Álvaro...ya sabemos que es Efrén.

-Zack...- gruñó Efrén.

Home #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora