Epílogo.

2.7K 255 22
                                    

-¡No muerdas!- gritó Álvaro, histérico.

Su hijo lo miró de forma desafiante con una sonrisita traviesa en sus pequeños labios.

-Ay, déjalo- refunfuñó Jack- Es tu hijo el que va a morder al mío y eres tú el histérico.

Álvaro miró a su mejor amigo, indignado. ¿Qué clase de madre le regañaba a otra madre para que dejara a su hijo morder a diestro y siniestro?

-¡No vayas a morder o te voy a cast...- se calló al ver como su hijo le daba un pequeño mordisco a su compañero de juegos.

Lucas, por supuesto, comenzó a llorar ruidosamente, saliendo a correr rápidamente hacia su madre para que lo consolara.

-Te dije que no mordieras, Daniel- gruñó Álvaro, indignado- Ahora mismo nos vamos a casa.

Jack suspiró, acunando a su hijo en brazos.

-¿Puedes dejar de hacer tanto drama, por favor?- inquirió el omega, profesando también su dolor de cabeza- La culpa es de Zack que tiene a nuestro bebé muy consentido- refunfuñó a regañadientes- No ha sido nada, mi amor- le comentó con dulzura, acariciando sus mejillas- Ve a jugar con Daniel, ¿si?

El pequeño omega, una copia casi idéntica de Zack, salió a correr nuevamente hacia el pequeño alfa, retomando el juego como si nada hubiera pasado.

Zack apareció por allí hecho una completa furia, seguido de Efrén riéndose de él.

-¡He visto lo que tu insensible hijo le ha hecho al mío!- gritó Zack, histérico- ¡Ahora me vas a escuchar, mini alfa!

Jack suspiró de forma dramática, intentando ocultar la pequeña sonrisita que estaba tentado a formular.

¿Amaba con locura lo sobreprotector que se había vuelto con sus dos omegas? Sí.

Pero no quería admitirlo o sabía que su alfa empeoraría.

Zack se arrodilló frente al pequeño alfa, quien parecía estar esperándolo porque su sonrisita traviesa se ensanchó aún más.

-No vuelvas a morder a mi omega o te juro que te arrancaré esos pequeños colmillitos de alfa delincuente- comentó el alfa con indignación- ¿Entendiste?

Daniel se encogió de hombros, sin perder su sonrisa.

-Ahí va- susurró Efrén, guiñándole un ojo a Álvaro.

Éste a su vez resopló, molesto por el orgullo que su alfa desprendía por las insistentes acciones para hacer rabiar a Zack.

El pequeño Daniel se acercó lentamente al pequeño omega que se encontraba haciendo un castillo de arena con otro cachorro de la manada.

Lucas le sonrió a Daniel en cuento lo vio acercarse a él, invitándole a jugar con ellos.

El mini alfa negó, acercándose a la mejilla del omega, mordiéndola con suavidad.

Se giró nuevamente para mirar a Zack, quien supo interpretar su mirada como un desafío por parte del mini alfa.

-¿Y ahora qué?- inquirió Daniel con fingida inocencia.

Zack miró con indignación a Efrén, quien no paraba de reír de forma histérica.

-¡Tenéis que domesticar a este crío!- chilló- ¡Madre mía, joder!

Tanto Jack como Lucas acudieron con rapidez hacia el alfa colérico.

-Ya pasó, amor- comentó Jack como si le hablara a un niño pequeño- Ya pasó.

Home #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora