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El alfa tuvo que retroceder varios pasos cuando observó cómo Adam bajaba del coche hecho una furia.

Además, el fuerte portazo que pegó al intentar cerrar la puerta con la mayor sutileza posible se lo confirmó.

-Eh, eh, eh...- comentó con burla- Tranquilidad, niñato. Relájate, ¿quieres?

Tanto Adam como el otro alfa ignoraron los refunfuños por parte del padre Álvaro, quien no paraba de comentar mi coche, mi pobre coche, retándose en un pequeño duelo de miradas.

Daniel desabrochó su cinturón con rapidez, saliendo del coche a pesar de las advertencias de su alfa.

-Lo conozco, lo conozco alfa- refunfuñó, agarrando el brazo de Adam- Es un amigo, no es como los otros.

Adam pensó que si eso se suponía tenía que calmarlo un poco, no surtió ni un poquito de efecto.

El amigo de Efrén intentó aguantar una fuerte carcajada, fracansando terriblemente en el intento.

-¿Alfa?- inquirió entre risas- ¿Acabas de decirle alfa?- se burló de él- ¡No puede ser!

Adam resopló, mostrándole sus colmillos.

-Cállate, Alex- refunfuñó Daniel- No lo alteres más de lo que ya está, por favor.

Alex llevó su mano a su pecho, fingiendo verdero dolor.

-Tu rechazo duele- lloriqueó de forma fingida- Duele mucho. Pensé que seguíamos siendo mejores amigos, idiota- refunfuñó con indignación.

¿Mejores amigos?
¡Y una mierda mejores amigos!
Pensó Adam.

-Él es mi mejor amigo- le reprochó Adam- No tú, imbécil.

¡También es nuestro, házselo saber!
Escuchó la voz de Álvaro en su mente.

-¡Cierto!- gritó Adam- ¡También es mío, joder!

Nuestro.
Le regañó Álvaro.

Adam resopló, haciendo una pequeña mueca.

-Mío, tuyo, nuestro...- se quejó como un niño pequeño- Somos la misma persona, idiota.

Daniel entrelazó sus manos, completamente sonrojado, tirando de su alfa suavemente hacia atrás para apartarlo un poco de Alex.

-¿Qué haces aquí, Alex?- inquirió con preocupación.

-Efrén me llamó para pedirme que fuera a una jodida manada. Quería hablar conmigo sobre algo- refunfuñó Alex- Supongo que vosotros también váis para allá.

Daniel asintió.

-Genial, entonces hay un hueco para mí también en ese coche, ¿verdad?- comentó con emoción- Dejaré mi coche por aquí y después regresaré a por él en mi forma animal. No tengo más ganas de conducir-

-Sí- comentó Daniel.

-No- comentó Adam- Te vas en tu puto coche, imbécil.

Por supuesto, el equipo de Álvaro acabó perdiendo, puesto que Alex sí consiguió ocupar el lugar del copiloto.

Aunque no se escapó de una pequeña pelea cuando éste intentó sentarse atrás con su mejor amigo para ponerse al día de las cosas interesantes que habían sucedido en sus vidas.

-Sí, claro...- refunfuñó Adam- Y una mierda. Tira para adelante si no quieres que te arranque la cabeza.

Daniel se quedó dormirdo poco tiempo después de que el coche se pusiera en marcha otra vez, dejando al pobre Alex desamparado, a merced del malhumor de su alfa.

-Así que... ¿Efrén y tú estáis saliendo?- inquirió el alfa con diversión.

Adam gruñó bajito, mirándolo mal.

-No, todavía no somos nada de forma oficial- le respondió con molestia- Pero eso no quita que siga siendo mío. Que no te quede la menor duda-

Alex emitió una pequeña risita.

-Pues tendré que hacerme a la idea de compartir a mi mejor amigo, entonces- refunfuñó con diversión- ¿Desde cuándo?

-¿Desde cuándo qué?- insistió Adam.

-Hace cuánto que es tuyo, idiota- se quejó Alex.

-Un par de meses-

Alex asintió, haciendo una pequeña mueca.

-¿Tanto tiempo os ha tomado daros cuenta de que estáis enamorados el uno del otro?- inquirió con burla- Yo estuve a su lado durante todo el primer año de universidad, antes de que tú te convirtieras en su nuevo mejor amigo, y hasta yo podía darme cuenta de vuestras miradas para nada significativas.

Adam gruñó un cállate si no quieres que te muerda, entrelazando su mano con la de un muy dormido alfa a su lado.

-Es la verdad, estúpido- insistió Alex- Sois unos estúpidos por no ver eso durante todos estos años. Supéralo-

Alex comenzó a gritar de forma histérica, agarrando su hombro donde, accidentalmente, Adam le había mordido.

-¡Eres un maldito cabrón!- gritó, histérico- ¡Me has mordido, pedazo de imbécil!

Los gritos de Alex despertaron al alfa sentado a su lado, quien parecía haber recuperado el control de su cuerpo, pues sus ojos volvían a estar con su color de siempre.

Álvaro tomó el control de su cuerpo también, estirando su mano con rapidez hacia la mejilla de Efrén.

-¿Cómo te encuentras?- inquirió con preocupación.

Efrén parpadeó, confuso.

Él recordaba estar en la habitación, pasando su celo con Álvaro.

Sin embargo, ahora se encontraba en un coche, junto al padre de Álvaro y su mejor amigo.

¿Qué está haciendo Alex en este coche?
Pensó Efrén, confuso.

-Hemos llegado, chicos- comentó el padre de Álvaro- Por fin estáis a salvo- suspiró con alivio- Bienvenidos a vuestro nuevo hogar.

Alex emitió un pequeño gritito de frustración, intentando detener la sangre de su mordida.

Ésta, al ser hecha por otro alfa, no sanaría muy rápido.

-¡Habla por vosotros!- gritó con frustración, refiriéndose a lo de estar a salvo- ¡Este salvaje me ha mordido!

Álvaro le sonrió a Efrén inocentemente, haciendo poco después un tierno puchero.

-Él comenzó primero- comentó con suavidad- Yo sólo me he defendido, alfa.

Álvaro 1.
Alex 0.

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