Álvaro se paseaba por la habitación, maldiciendo a cada cosa que se le ocurría mientras recogía su ropa.El celo de Efrén había remitido en el mismo instante en el que Álvaro lo marcó, aún cuando no había pasado ni veinticuatro horas de su llegada.
Llamó a su padre, rogando por su ayuda para sacar al alfa del campus sin ser descubierto.
Estaba asustado, muy asustado.
-Efrén, cariño- comentó con suavidad, arrodillándose frente a él- Tienes que vestirte, ¿si?- demandó con dulzura- Mi padre está por llegar.
Efrén no le respondió.
Ni siquiera un pequeño gruñido o un parpardeo. Absolutamente nada.Sólo se había quedado mirándolo fíjamente con sus hermosos ojos dorados.
Álvaro recuerda perder el control de su cuerpo porque su lobo se lo había arrebatado.
Además, recuerda cómo el lobo de Efrén tomó el control para dejarse marcar.
Álvaro sí había conseguido volver a tomar el control, pero Efrén parecía no ser capaz de hacerlo.
El lobo de Efrén pareció quedarse de forma permanente, mirándolo con ojos cada vez más apagados y tristes a cada minuto que parecía pasar, mostrándole su marca de forma desinteresada.
-Maldita sea- gruñó Álvaro, asustándolo un poco- No, no cariño. No pasa nada- murmuró con suavidad- ¿Puedes vestirte, por favor?
De nuevo, nada.
Se odiaba por no atender a las clases donde se suponía que le explicaban estas cosas.
Sin embargo, pocos segundos después recordaba que se trataba de una marca hacia un alfa hecha por otro alfa y que ese tipo de contenido no era apto para ser explicado.
Déjame a mí.
Gruñó su lobo con impaciencia.-No, no vas a causar más revuelo- gruñó Álvaro- Mi padre está por llegar.
No tienes ni puta idea de cómo hacer esto, pero yo sí. Déjame, joder.
Insistió su lobo.Había ganado un punto a su favor, ambos lo sabían. Su lobo le había dejado tomar el control porque pensaba que, quizás, sí sabía lo que debía hacer.
Sin embargo, se había equivocado.
Álvaro se lo cedió porque su lobo tenía un poco de razón. Él no tenía ni idea de lo que se supone debía hacer y el estado ánimo de Efrén parecía empeorar cada vez más.
-Mmm mi niño...- comentó el lobo, soltando un pequeño gruñido- Álvaro es un tonto por no saber qué hacer contigo, ¿verdad que sí?
Ese gruñido se había sentido como una pequeña llamada para el lobo de Efrén, respondiendo tan rápido como pudo.
Inclinó más su cabeza, si es que realmente podía llegar a hacerlo, para exponer de forma desinteresada su marca.
Adam, el lobo de Álvaro, cedió ante el capricho de su lobo, besando la mordida.
Poco tiempo después comenzó a lamerla, aliviando el ardor y picazón en ésta.
-Tienes que vestirte, ¿si?- demandó Adam con suavidad- Tenemos que marcharnos de aquí, nuestro hogar nos está esperando, ¿recuerdas?
Tomó la camisa del alfa, ayudándolo a colocársela mientras lo mimaba con dulces palabras.
-¿Álvaro?- inquirió su padre, golpeando la puerta varias veces- Cuando quieras, ¿necesitas ayuda con algo?

ESTÁS LEYENDO
Home #1 ©
Manusia Serigala«sɪ ᴀʟɢᴜɴᴀ ᴠᴇᴢ ᴛᴇ ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀs ᴅᴇ ᴀʟɢᴜɪᴇɴ ᴄᴏɴ ᴛᴜ ᴍɪsᴍᴀ ɴᴀᴛᴜʀᴀʟᴇᴢᴀ, ɴᴏ sᴇ ʟᴏ ᴄᴜᴇɴᴛᴇs ᴀ ɴᴀᴅɪᴇ, ᴄɪᴇʟᴏ. ɴɪ sɪǫᴜɪᴇʀᴀ ᴀ ᴍí. ɴᴏ ʟᴇ ᴄᴏɴғíᴇs ᴀ ɴᴀᴅɪᴇ ᴛᴜ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ, ᴏ ʟᴇ ᴇsᴛᴀʀás ᴇɴᴛʀᴇɢᴀɴᴅᴏ ᴇʟ ᴀʀᴍᴀ ᴄᴏɴ ᴇʟ ǫᴜᴇ ᴀᴘᴜñᴀʟᴀʀᴛᴇ».