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El rumor se extendió como la polvora, provocando la aparición de aquellos cazadores que no se preocupaban en ocultar lo que eran.

La mayoría de los lobos parecían caminar por los pasillos de la universidad mirando hacia todos lados de forma un tanto paranoica.

Alfas, betas y omegas parecían estar de acuerdo en mostrar el terror que les provocaba saber que estaban siendo observados por un grupo de, nada más ni menos, cuarenta cazadores, los cuales habían ido llegando con el paso de los días para encontrar algo que parecían buscar con mucha ansía.

Algunos rumoreaban sobre dos omegas, otros sobre dos alfas y otros sobre la muerte de uno de los suyos.

Efrén pareció unirse al bando de aquellos que no parecían querer ocultar aquel tatuaje que lo marcaba como cazador.

Se paseaba por allí con una camiseta de manga corta aún cuando no era el tiempo para tal, mostrando orgullosamente el tatuaje que residía en su brazo.

Zack pareció seguirle, imitándolo.

Álvaro había visto ese tatuaje más veces de las que podría admitir, porque Efrén no se había molestado en ocultarselo en lo absoluto. Sin embargo, jamás pensó que ese era su significado.

Efrén también le explicó que ese era el motivo por el cual Zack estaba enojado el día de la fiesta. No podía quitarse la camiseta para ir a la piscina y se vería un poco raro si se metía con ella puesta.

-¿Por qué mierda no miras por dónde caminas?- inquirió Efrén, gruñéndole.

Álvaro frunció el ceño.

-Tú eres el que te has chocado conmigo- se defendió Álvaro- ¿También es mi culpa que seas torpe?

Varios alumnos redujeron la velocidad de sus pasos para poder observar disimuladamente la escena frente a ellos.

Si el rumor sobre la muerte de un cazador se extendió como la pólvora, el rumor sobre ellos dos rompiendo su amistad fue una tremenda explosión.

Aquellos mejores amigos que era inseparables ahora no podían soportarse ni tan siquiera un poco.

Algunos argumentaban que se habían peleado por el amor del omega que compartieron el día de la fiesta, porque sí, se hablaba también sobre Jack acostándose con ambos alfas aquella noche.

Por si fuera poco, en la cama de Jey.

Otros argumentaban que la culpa había sido de Efrén por formar parte de los cazadores.

Sin embargo, cualquiera que fuera el argumento válido, los lobos no podían creer lo valiente que había sido Álvaro al enfrentarse a Efrén en esa situación.

-¿Quieres que te enseñe lo torpe que soy con mis puños, también?- inquirió Efrén con burla.

Álvaro comenzó a caminar nuevamente, rodeándolo fácilmente.

-¡Bésale el culo a tu mejor amigo Zack, deberías darle un premio por ser una imitación barata de un alfa barato!- chilló cuando estuvo un poco más lejos- ¡Idiotas!

Zack gruñó fuertemente, cruzándose de brazos totalmente indignado.
Los lobos allí presentes pensaron que Álvaro ya tenía un pie en la tumba por insinuar algo entre dos alfas, cazadores.

Sin embargo, Zack estaba indignado porque no se les había ocurrido nada mejor para decirse disimuladamente te quiero.

No sólo jugaban a las escondidas, sino que él también estaba metido en el ajo.

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