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Álvaro decidió que lo mejor sería mantenerse callado, porque si Jack decía que lo echaría del club de mejores amigos, entonces es que sería capaz de hacerlo.

Efrén y él le dieron las gracias a los integrantes de la manada, una vez más, y se despidieron de ellos para conocer su nuevo hogar.

-¿Por qué habéis tardado tanto?- inquirió Mike, entrelazando su mano con la de Jey- Ya estaba pensando que os habíais echado para atrás.

-Unos pequeños inconvenientes- respondió Álvaro con rapidez, adelantándose a su alfa- Nada de lo que haya que preocuparse.

Acarició con suavidad la espalda del omega. Jack se había negado a bajarse de los brazos del alfa, haciéndole caras infantiles a su alfa cuando éste lo miraba de una forma acusadora.

-Tú deberías estar en mis brazos, no en los de Álvaro- se quejó Zack cuando el omega le sacó la lengua otra vez- Deja de fastidiarme, omega.

Jack soltó una pequeña risita, ocultando su rostro en el cuello de Álvaro, provocando un gruñido de advertencia por parte de Zack.

-Alguien está un poco sensible el día de hoy- se burló Álvaro- No sé si lo recuerdas, Zack, pero a mí me va un alfa en concreto. No es como si debas preocuparte por nada- insistió.

Zack resopló, indignado. No podía parar de pensar en cosas como ojalá fuera tan fácil, no me tientes alfa estúpido, Efrén gime igual o peor que un omega así que esa explicación no me sirve.

-Me da igual- refunfuñó el alfa- Mi alfa no puede controlarse. Está en mis instintos sentirme así cuando mi omega, encima muy embarazado, está siendo llevado a cuestas por otro alfa que no soy yo.

Jack dejó el cuello del otro alfa para mirar al suyo, incrédulo.

El drama comenzó en ese mismo instante, exigiéndole saber a los cuatro alfa restantes quién de ellos había sido el chivato.

-Omega, me he dado cuenta yo solo- refunfuñó Zack- ¿Puedes venir a mis brazos ahora o seguirás sacando de quicio a mi lobo?

El omega no se hizo de rogar, lanzándose a los brazos de su alfa al instante.

Efrén resopló, llamando la atención de todos.

-Nosotros hemos llegado a nuestro hogar- refunfuñó, señalando la casa- Vosotros ya habéis disfrutado un poco del vuestro, ahora exijo nuestra intimidad.

Mike resopló, golpeando su nuca.

-Esa es la casa de Jey, imbécil- refunfuñó con molestia- Y mía, aunque no quiera reconocerlo. Ten cuidado con intentar colarte en ella para ver a Jey desnudo porque golpearé- volvió a golpearlo.

Efrén hizo una mueca de horror.

-¡¿Qué?!- gritó, histérico- ¡No puede ser, esa es nuestra casa!

-Que no tío, esa es la nuestra- insistió Mike- Vete a la mierda.

Efrén sacó las llaves de su bolsillo, mostrándoselas a Mike. Éste palideció al ver que sus llaves era exactamente igual a las suyas, sintiéndose casi al borde del desmayo cuando Zack le enseñó las suyas y éstas eran completamente diferentes.

-No, no puede ser...- murmuró, histérico- ¡TÚ NO SABES LO QUE ME HA COSTADO ARMAR LA PUTA ESTANTERÍA, EFRÉN!

Tanto Efrén como Zack no consiguieron aguantar la risa mucho tiempo más, estallando en estruendosas carcajadas.

-Te quitamos las llaves de repuesto para gastarte una broma- comentó Efrén, limpiando sus lágrimas- Tranquilo, hombre. Ese es vuestro hogar- le guiñó un ojo.

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