♥︎Capítulo 5

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Un chico rudo:

A pesar de que he tratado de respirar profundo, el dolor en mi pecho no cesa. Sumisa en mis pensamientos, pienso que le diré a Jhoana y a mis padres. No quiero pensar en los sermones que tendré.

Un leve dolor de cabeza hace presencia, poniendo aún más mis nervios de punta. Maldigo para mi misma. Compro una pastilla y una pequeña botella de agua, mientras tomo un poco de agua observo a Trevor mirándome a los labios.

—¿Qué pasa?— Suspiro el aire helado.

—Tú también tienes una herida, en tu labio inferior. ¿Qué te pasó?

Toque con mi dedo pulgar la pequeña herida en mi labio. Mentí diciéndole que me lo había hecho daño yo misma tratando de abrir una lata esta mañana. No dijo nada y supuse que se lo había creído.

Observo mi reloj y salté cuando ví la hora. Es casi las 10 y debía llegar pronto, Jhoana debe estar ya en casa y como no tengo mi teléfono, de seguro  estará preocupada.

—¿Vives en el campus? Te puedo acompañar si gustas.

¿Como decirle que no? Aún no se me quitaba el susto de encima, pero aveces digo cosas sin pensarlas bien y le respondo que no, que yo podría ir sola. Aveces me gustaría golpearme por tonta

Él me da una mirada de desaprobación y cruza sus brazos.

—¿Segura qué estás bien? Porque no tengo ningun problema en dejarte en el campus, vivo a unas cuadras.

¿A unas cuadras? A unas cuadras quedan ubicadas las fraternidades de la Universidad, acaso él junto a Zac...

— ¿También vas a la Universidad? — Mi pregunta le sorprende, pues le hice una pregunta que no venía a nuestra conversación pero me conocen por tener una enorme curiosidad.

—¿Acaso me ves cara de malandro?b—Se ríe— Sí. Entonces ¿Te acompaño?

—No, No. —Respondo.

Aurora eres una tonta.

—Si, ya te dejaré ir sola. —Me tomó el brazo y empecemos a caminar, el suelo estaba húmedo por el fastidio frío en plena noche, mis mejillas se habían tornado rojos por el clima y mis labios aún más, aunque los sentía algo secos.

Me sorprende que un chico tan lindo cómo él me éste ayudando en un momento como éste. Duramos medio camino sin decir nada. Era algo incómodo, no nos conocíamos muy bien y era difícil decir algo luego de lo que habíamos pasado. Éste chico despertó en mí aún más mi curiosidad. Quiero saber si tiene familia, cuál es su pasatiempo favorito y todo lo relacionado con él. Ese momento, ese preciso momento cuando llegó a salvarme de ese  hombre en ese callejón...no se me va a olvidar jamás.


—¿Cómo...Como puedo pagarte lo que hiciste por mí en el callejón? —Me detengo rompiendo el silencio.

Él se detiene también y me observa.

—Nada, no te preocupes por ello. —Dijo, sin mirarme.

Siguió caminando como si nada. Llegamos al fin al estacionamiento del campus y vacilo por un momento.
¿Qué le diré a mi amiga sobre el teléfono? No estoy segura su decirle la verdad.

Bajo Mil Letras De Colores [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora