Miedo
Corría lo más rápido que podía. Era la tercera vez que llegaba tarde a una clase de humanidades con la señorita María, y eso significaba que podría reprobar el semestre y tener que repetir la materia el próximo año. Espero que esta vez ella sea la que esté retrasada en vez de mi.
Escale cada uno de los escalones muy cansada por el largo recorrido que tuve que correr desde el campus hasta aquí, estaba realmente agotada. De esto solo tuve un solo aprendizaje que debo poner en marcha lo antes posible. Necesito ejercitarme o algún día de estos, moriré con solo subir las escaleras de la universidad.Cuando estoy justo en frente de la puerta, emito un largo suspiro y pienso detenidamente en lo que probablemente sea mi excusa — Si es que la señora María me deja solo decirle por tercera vez por qué me quedé dormida trabajando en mi proyecto de pintura, lo cuál no he terminado, al menos el mío. — Sabía exactamente qué no me iba a permitir hablar, sé que no le agrado mucho.
Al fin desisida, abrí la puerta y para mí sorpresa, la señora María no entraba aún al salón. Fhineas estaban sentado sobre la mesa conversado con Dominick. Tal parece que son muy unidos ahora. El salón era un completo desorden. Le hice una seña a Fhineas desde la puerta y me vió. Me señaló que me sentara junto a él. Estaba a punto de ir directamente a él cuando escuché el sonido de la puerta abrirse.
— Por una diferencia de segundos señorita Autora, casi llega tarde.
— ¿Huh?
La señora María había traído un estudiante nuevo, estaba de espaldas esperando la indicación de la muestra mientras ponía orden dentro del aula.
— ¿Pretende que empece mi clase con usted aquí parada aún? ¡Tome asiento, todos!
Acomodo mi mochila y agradezco al cielo de haber llegado en esos dos minutos antes. Al menos me ahorré la explicación, algo dentro de mi decía que podría ser algo humillante. Fhineas recalcó además que tenía pintura en mi brazo. No me dió ni tiempo de bañarme bien. Por suerte, él siempre llevaba consigo un paquete de toallas húmedas. Con sólo una pasada mi brazo ya están libre de pintura alguna.
— Esa mancha significa que ya estás trabajando en tu obra, ¿Algún detalle que quieras compartir conmigo?
— Sí — respondo — aún no está terminada.
Él rueda sus ojos. — Espero verla pronto, sé que ya viste la mía.
— No puedo creer que lo hiciste tú, no sabía que tenías tan talento.
— Seguramente tú eres mejor que yo.
Le respondí con una sonrisa. El salón se calmó un poco y la señora María invitó a pasar al chico nuevo.
— En el día de hoy tenemos un nuevo estudiante en esta clase, espero que se la lleven bien y no pase lo mismo que en otro salón. Puedes pasar ahora y haz el favor de presentarte.
Tomé la liga que tenía de mi muñeca para poder amarrar mi cabello. Sin querer la dejé caer y me agaché para poder recogerla.
— Buenos días. Mi nombre es Eduardo Díaz.
Esa voz... Ya la había escuchado antes. Alcé mi mirada y vi su cara. Era ese chico de aquella vez en el callejón. Quién trató de lastimarme. Tragué en seco esperando que no me reconociera pero creo que era muy tarde. Su mirada estaba fijada en mí y ni fui la única quién lo notó. Debe ser una pesadilla. Ahora tendré que pasar cada clase con ese tipo.
— ¿Te sientes bien? — Fhineas notó mi incomodidad.
— No.
— Puedo decirle a la señora María que te encuentras enferma, yo te puedo llevar a enfermería.
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Bajo Mil Letras De Colores [✔]
Teen FictionAurora comenzará una nueva etapa llena de aventuras y fuera de la protección de sus padres en busca de un crecimiento personal y sobre todo artístico y pintar su verdadero ser. Trevor lucha día en silencio, guardando sus secretos en su diario. A pe...